Del 13 al 16 de abril de 2023 se llevó a cabo en Guadalajara el Salón del Libro Independiente, una iniciativa del Comité de Editoriales Independientes de la CANIEM, realizado durante el marco de Guadalajara Capital Mundial del Libro. Además de ser un punto de venta y exhibición de libros independientes, tuvieron lugar algunas discusiones acerca del momento actual que se vive en el sector. Estos son algunos apuntes sueltos y reflexiones al respecto.
Algunos apuntes sobre la edición independiente
Del 13 al 16 de abril de 2023 se llevó a cabo en Guadalajara el Salón del Libro Independiente, una iniciativa del Comité de Editoriales Independientes de la CANIEM, realizado durante el marco de Guadalajara Capital Mundial del Libro. Además de ser un punto de venta y exhibición de libros independientes, tuvieron lugar algunas discusiones acerca del momento actual que se vive en el sector. Estos son algunos apuntes sueltos y reflexiones al respecto.
Texto de Carlos Armenta 11/05/23
Por lo menos tenemos algo claro: no hay un acuerdo para definir lo que significa la edición independiente. El campo de acción del libro independiente es uno de los más diversos e inestables. En la conferencia Un posible final para un certero inicio: acerca de los nuevos desafíos de las editoriales independientes, Marilina Wilik y Matías Beck aseguran que la edición independiente sólo puede pensarse desde su «plasticidad conceptual». Los modos de producción, la forma de dar significado y sentido al libro y las estrategias de comercialización son distintas entre los diversos actores del sector independiente. Los libros que pertenecen a este campo son muy variados, pueden estar impresos a través de métodos caseros, cosidos a mano, hechos de a poco y lentamente; pero también pueden estar producidos de mil en mil de forma industrial y tener una presencia amplia en diversos mercados. Libros que recorren el mundo a través de diferentes canales: pantallas de computadoras y dispositivos, grandes y pequeñas librerías, ferias de todo tipo, bibliotecas, tiendas under, recomendación de mano en mano. La edición independiente preserva la bibliodiversidad.
¿Qué características, entonces, son las que engloban al ecosistema independiente? ¿Cómo podemos definir sus fronteras? En 1455, tras publicar apenas un puñado de libros, Gutenberg no fue capaz de pagar el préstamo con el que pudo fabricar sus prensas y armar su taller de impresión. Sin solvencia económica, cayó en la desgracia. No cabe duda, Gutenberg fue el primer editor independiente de la historia.
En realidad, la edición independiente se encuentra ligada a los cambios económicos y políticos de la segunda mitad del siglo XX en occidente. En 2016, Vivian Abenshushan publicó el ensayo Edición y maremoto: La edición independiente en México. En él, da cuenta del momento de conformación de la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes (AEMI) y la potente organización de estos proyectos al arrancar el siglo XXI. La metáfora del maremoto nos permite pensar en dos grandes momentos; la primera oleada se encuentra en el trabajo de editoriales como ERA, Siglo XXI y Joaquín Mortiz, mientras que la segunda oleada llega en los noventa, cuando los corporativos editoriales comenzaron a comprarlo todo y los gobiernos latinoamericanos sucumbieron a economías neoliberales. Diversas formas gremiales en el mundo intentaron detener el acaparamiento brutal que los grandes grupos estaban llevando a cabo. Así, en 2002, se crea la Alianza Internacional de Editores Independientes.
Lo cierto es que en México el sector independiente está profundamente atomizado. Fuera de la capital, librerías y editoriales se cuentan con los dedos de la mano. No existen hoy políticas públicas enfocadas a fortalecer el sector. El precio único continúa siendo una ficción. Las bibliotecas públicas, que son la infraestructura cultural más grande del país, tienen un diálogo prácticamente nulo con los editores. Las alianzas transnacionales continúan creciendo con la única labor de crear libros homogéneos, producciones masivas de autores que puedan venderse al ritmo de los supermercados.
¿Cómo hacer un recuento de los fracasos y aciertos de estos últimos años? Hoy, los proyectos editoriales más jóvenes no quieren parecerse a las independientes de la década pasada, que desde sus trincheras pasaron a un establishment cultural y, más de alguna, perdió toda crítica frente al mercado. Muchos editores autónomos, autogestivos, anarquistas y disidentes, ya no se sienten cobijados bajo el concepto de edición independiente. Todo lo contrario, huyen de esos pequeños empresarios que impiden una edición a contracorriente. ¿Cómo conciliar estas visiones disímiles y preservar la bibliodiversidad? Resulta urgente renovar los horizontes de la construcción del campo independiente. Evitar convertirnos en un segmento de mercado. Cuestionar radicalmente los modos en el hacer de los libros. Que la independencia recobre su potencia política. Editar siempre es militar. Abrir campo para la tercera ola del maremoto independiente. EP
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