El problema de sequía en México

Ante el grave problema de sequía que enfrenta el país, la colectiva Mexicanas Frente al Cambio Climático aborda cuáles son las posibles soluciones, así como cuál es el futuro del agua en México.

Texto de 31/08/22

Ante el grave problema de sequía que enfrenta el país, la colectiva Mexicanas Frente al Cambio Climático aborda cuáles son las posibles soluciones, así como cuál es el futuro del agua en México.

Tiempo de lectura: 7 minutos

El pasado mes de julio, la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) estableció en el Diario Oficial de la Federación el “inicio de emergencia” en México debido a la sequía excepcional registrada. Según sus propios datos (publicados luego de declarar la emergencia), hasta agosto de 2022 de los 2,471 municipios del país, 770 se encuentran en algún nivel de sequía y 972 están en la etapa previa a algún nivel de sequía (Figura 1). Estos datos se respaldan con las imágenes satelitales de la NASA que han circulado en noticias y redes sociales dándonos una idea de la gravedad del problema que está viviendo nuestro país. 

Figura 1. Mapa de sequía en México (CONAGUA, 2022) 

Fuente: CONAGUA, Monitor de sequía en México, 2022.

No hay ningún estado de la república que no tenga algún nivel de afectación, siendo en este momento Nuevo León el más afectado por la falta de lluvias, aunado al hecho de que las presas que abastecen su capital están casi vacías.

Pero ¿cómo llegamos a esta situación? Existen varios factores que explican el origen de la sequía en México como la intensidad del fenómeno de La Niña, la deficiente infraestructura hídrica, la sobreexplotación empresarial y agrícola, el cambio de uso de suelo, así como el uso desmedido del agua debido a la falta de educación ambiental en la mayoría de la población. Además, la situación se ha agravado por los efectos del cambio climático, que se han hecho notar en las variaciones de las precipitaciones anuales a través de los años. 

Al analizar las tendencias en las precipitaciones anuales en nuestro país con respecto a 2018 (Tabla 1), podemos observar la variación de estos niveles en el último año. Además, en nuestro país hay diferencias significativas en cuanto a la disponibilidad de agua. Las zonas centro y norte de México son, en su mayor parte, áridas o semiáridas: los estados norteños (Baja California, Baja California Sur, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas) reciben apenas el 9% del agua renovable (que se renueva con la lluvia y se puede utilizar) al año. Mientras que en el caso de las entidades del sur y sureste (Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Campeche, Quintana Roo, Yucatán, Veracruz y Tabasco) reciben más de la mitad del agua renovable al año (67.2%), no obstante, sus habitantes tienen menor acceso al vital líquido, pues no cuentan con los servicios básicos, como es agua entubada dentro de la vivienda.

Tabla 1. Comparativa de precipitación acumulada (mm) por entidad federativa.  

De acuerdo con la CONAGUA, en México 76% del agua se utiliza en la agricultura, 14 % en el abastecimiento público, 5% en las termoeléctricas y 5% en la industria. Sin embargo, de las más de 5 mil presas y bordos, la mayoría se utilizan para la generación de energía y en menor medida para actividades agrícolas. Y tan solo 180 de ellas representan el 82% de la capacidad de almacenamiento total de agua. 

Adicionalmente, estas presas se encuentran en niveles excepcionalmente bajos. Tan solo en el norte y centro de México alrededor de 60 presas están por debajo del 25% de su capacidad, lo que agota los recursos hídricos para beber, regar y cultivar. Debido a esta escasez, los administradores gubernamentales han tenido que reducir el flujo de agua desde los embalses y algunos habitantes se han quedado sin agua corriente. 

Las sequías ocasionan grandes pérdidas económicas y tienen afectaciones sociales negativas. Por ejemplo, la falta de agua en presas de muchos estados impacta a la población y a las industrias, y puede resultar en la pérdida de cultivos y alimentos, encareciendo varios productos y servicios. 

“Hacia 1975, había 32 acuíferos sobreexplotados. Para 2019, la cifra había ascendido a 157 (INEGI) y según las cifras oficiales de CONAGUA en los últimos dos años se sumaron 50 acuíferos a esta lista”.

Otro gran problema es la sobreexplotación de los acuíferos. México cuenta con 653 acuíferos subterráneos (CONAGUA) y su sobreexplotación ha crecido de manera pronunciada a lo largo de los años. Hacia 1975, había 32 acuíferos sobreexplotados. Para 2019, la cifra había ascendido a 157 (INEGI) y según las cifras oficiales de CONAGUA en los últimos dos años se sumaron 50 acuíferos a esta lista.

Por otro lado, según un estudio sobre la protección de cuerpos de agua de 2018 hecho en conjunto por la Comisión Nacional de Derechos Humanos y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) más del 70% de los ríos, lagos y presas tienen algún grado de contaminación. Estas cifras demuestran los graves problemas de abasto, suministro y manejo del recurso hídrico en nuestro país.

Los usos del agua en México

El manejo del agua en México está regulado por la Ley de Aguas Nacionales (LAN), dónde se establece su explotación, uso o aprovechamiento, que se realiza mediante títulos de concesión o asignación otorgados por el Ejecutivo Federal a través de la CONAGUA o los Organismos de Cuenca. En diciembre de 2018, había 88840 millones de metros cúbicos concesionados con usos consuntivos (que se extraen de un sitio y no regresan al mismo), y 182 513 hm3 de usos no consuntivos. También se mantenían vigentes 147 decretos de veda de agua subterránea, tres reglamentos de acuíferos, siete zonas reglamentadas, y tres declaratorias de zonas de reserva para uso público urbano, que cubren aproximadamente el 55% del territorio nacional, y se concentran en la región del Pacífico Norte, Balsas, Río Bravo y Lerma-Santiago-Pacífico.

“Cabe recordar que, en 2020, el agua comenzó a cotizarse en el mercado de futuros de Wall Street, lo cual incrementa la incertidumbre sobre el manejo de este recurso”.

La LAN establece que, para otorgar los títulos de concesión o asignación, se deberá tomar en cuenta la disponibilidad media anual de agua de la cuenca hidrológica o acuíferos en el que se vaya a realizar el aprovechamiento, estos acuíferos deben de ser publicados por la CONAGUA. Sin embargo, el uso industrial del agua ha presentado un incremento en el volumen de uso durante el periodo de 2009 a 2018, dentro de este rubro el uso agrícola industrial junto con el de abastecimiento público representaban el 90.4% del volumen concesionado a nivel nacional. Otro de los sectores en los que se destacan los volúmenes de agua superficial concesionados es el que hace uso termoeléctrico, en específico el ubicado cerca de la desembocadura del río Balsas. Cabe recordar que, en 2020, el agua comenzó a cotizarse en el mercado de futuros de Wall Street, lo cual incrementa la incertidumbre sobre el manejo de este recurso.

¿Qué nos espera en un futuro?

De acuerdo con la CONAGUA, en los escenarios futuros del agua para México se debe de considerar dos aspectos fundamentales: el incremento de la población y su concentración en zonas urbanas, así como los usos del agua derivados del crecimiento de las actividades económicas que realiza la población.

La disponibilidad de agua por habitante en México, a nivel nacional, en 2004 era de 4 mil 94 metros cúbicos en promedio. Sin embargo, existen diferencias entre regiones, por ejemplo, en la región de la Frontera Sur, hay 17 mil 254 metros cúbicos por habitante al año, mientras que en las regiones del Valle de México y el Sistema Cutzamala, se dispone de tan solo 188 metros cúbicos por habitante por año. 

Según datos de la CONAPO, se estima que entre 2020 y 2030 la población del país se incrementará 12.74 millones de los cuales el 78.3% se asentará en zonas urbanas. Además, se espera que disminuya el volumen de agua disponible por habitante, con una disponibilidad media por habitante de 3 mil 500 metros cúbicos, y que el porcentaje de agua concesionada aumente respecto al agua renovable. 

¿Nos acercamos al día cero?

El llamado “Día Cero” es el momento en el que una ciudad, región o país se queda sin la suficiente agua para satisfacer plenamente las necesidades principales para subsistir o desarrollarse. Las razones de esta escasez o gran sequía se pueden deber a factores como el estrés hídrico, la sobreexplotación o un mal manejo del recurso.

Según el Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) México es uno de los 25 países del mundo que enfrenta un mayor estrés hídrico. Su nivel de estrés hídrico es “alto”, lo que significa que cada año se extrae una media del 40% del agua disponible para su uso. Además, actualmente más de 50 millones de habitantes experimentan algún tipo de escasez y entre 12.5 y 15 millones de habitantes no cuentan con acceso a agua potable. Razón por la cual es necesario buscar medidas para afrontar esta crisis.  

Las principales soluciones se agrupan en dos grandes categorías: preventivas y reactivas. Las preventivas se implementan antes de que ocurra el fenómeno, con el fin de estar preparados para afrontar la falta de agua. Las acciones reactivas son aquellas que se usan durante el periodo de sequía buscando aminorar los efectos negativos que se empiezan a presentar.

“Se deben buscar soluciones que aumenten la disponibilidad del agua y que reduzcan la brecha de equidad entre las personas más vulnerables y el resto de la población”.

Las medidas preventivas que se aplican en el país, como la racionalización de agua en la población y la reparación de fugas, no son suficientes para el alcance que tienen las sequías actualmente. Se deben buscar soluciones que aumenten la disponibilidad del agua y que reduzcan la brecha de equidad entre las personas más vulnerables y el resto de la población. Algunas de estas soluciones adicionales serían:

  • Reducir el consumo de cultivos y productos que utilizan mucha agua. 
  • Implementar la agricultura temporal, es decir que no necesita riego porque se aprovechan las temporadas de lluvia. 
  • Abordar la problemática de desertificación, a través de la rehabilitación y recuperación de tierras degradadas, recuperando su fertilidad y capacidad de retención hídrica.

Otra alternativa es la aplicación y mejoramiento de tecnologías de tratamiento de aguas residuales lo cual aumentará el volumen de agua disponible y su posible uso en diversas actividades. Por otro lado, la captación de lluvia es una medida que nos permite ahorrar agua y reducir su demanda al utilizar el agua recolectada para actividades básicas y de uso doméstico. Finalmente, el manejo de cuencas es una propuesta muy llamativa, que implica el uso racional y sostenible de los recursos de una cuenca hidrológica considerando su capacidad, pero también se toma en cuenta los intereses de las comunidades y sectores que interactúan con ella. 

Todas estas medidas se pueden realizar desde el nivel individual hasta gubernamental, en donde entra la administración del recurso hídrico regulando las grandes empresas que contribuyen a la explotación de aguas nacionales. Aunque las pequeñas acciones del cuidado del agua son importantes, la educación ambiental en esta materia debe estar en todos los niveles, las grandes industrias deben regularizar el uso de este recurso, disminuyendo su explotación y mejorando los tratamientos de aguas residuales posteriores para su integración en otras actividades. EP


Referencias

10 cifras para entender el problema del agua en México https://cnnespanol.cnn.com/2021/10/12/agua-mexico-cifras-orix/

Breña-Puyol, Agustín-Felipe y Breña-Naranjo, José-Agustín. Disponibilidad de agua en el futuro de México, Ciencia, [3], julio-septiembre 2007, https://www.amc.edu.mx/revistaciencia/images/revista/58_3/PDF/09-550.pdf 

Captación de agua de lluvia, una solución ante la sequía. https://www.portalambiental.com.mx/sabias-que/20220622/captacion-de-agua-de-lluvia-una-solucion-ante-la-sequia 

Cuéntame de México, Agua potable y drenaje, https://cuentame.inegi.org.mx/territorio/agua/dispon.aspx?tema=T 

Cuéntame de México, Presas, 2018 https://cuentame.inegi.org.mx/territorio/agua/presas.aspx?tema=T  

Comisión Nacional del Agua (CONAGUA). Estadísticas del agua en México 2019, octubre de 2019, https://sina.conagua.gob.mx/publicaciones/EAM_2019.pdf

Consejo Nacional de Población (CONAPO). Proyecciones de la población de México y las entidades federativas 2016-2050 República Mexicana, julio de 2019 http://www.conapo.gob.mx/work/models/CONAPO/Cuadernillos/33_Republica_Mexicana/33_RMEX.pdf

He, C., Liu, Z., Wu, J. et al. Future global urban water scarcity and potential solutions. Nat Commun 12, 4667 (2021). https://doi.org/10.1038/s41467-021-25026-3 

Monitor de Sequía en México (MSM), Comisión Nacional del Agua.  https://smn.conagua.gob.mx/es/climatologia/monitor-de-sequia/monitor-de-sequia-en-mexico

Ortiz, P. Soluciones a las sequías agravadas por el cambio climático. Union of Concerned Scientists. https://blog.ucsusa.org/pablo-ortiz/soluciones-a-las-sequias-agravadas-por-el-cambio-climatico/

Presas de México: Las 20 Principales con su ubicación https://paratodomexico.com/geografia-de-mexico/hidrografia-de-mexico/presas-de-mexico.html 

Sistema Nacional de Información del Agua. http://sina.conagua.gob.mx/sina/index.php?publicaciones=1 

SMN, Resúmenes Mensuales de Temperaturas y Lluvia, 2022 https://smn.conagua.gob.mx/es/climatologia/temperaturas-y-lluvias/resumenes-mensuales-de-temperaturas-y-lluvias 

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