Agustín B. Ávila Casanueva nos habla sobre las implicaciones en materia de medio ambiente que tendrán las próximas Olimpiadas 2024, así como sobre las controversiales medidas que ha tomado el gobierno francés para su organización.
Texto de Agustín B. Ávila Casanueva 23/07/24
Agustín B. Ávila Casanueva nos habla sobre las implicaciones en materia de medio ambiente que tendrán las próximas Olimpiadas 2024, así como sobre las controversiales medidas que ha tomado el gobierno francés para su organización.
El próximo viernes se inaugurarán los XXXIII Juegos Olímpicos de Verano en París. Pocas ciudades son tan evocativas como la capital francesa, pues tiene múltiples nombres a la vez: “la ciudad de la luz”, “la ciudad del amor”, “la capital de la moda”, “la ciudad del arte”, “la ciudad de los puentes”; asimismo, presta su nombre para distintas agrupaciones o eventos: el París Saint Germain, la Comuna de París, el Tratado de París, los Acuerdos de Paz de París. Pero quizá el nombramiento más importante y urgente —y uno al que lamentablemente se le hace poco caso— son los Acuerdos de París.
“Se espera que París acoja este verano un poco más de quince millones de turistas…”
El 30 de noviembre del 2015 inició la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, la cual se celebró justamente en París. A lo largo de una docena de días, los distintos países miembros elaboraron un acuerdo en el que se buscaba principalmente establecer una meta para reducir la emisión de gases de efecto invernadero con el fin de limitar el calentamiento global por debajo de 2 grados Celsius en 2100, en comparación con la temperatura previa a la era industrial. Los 146 países miembros que se encontraban representados presentaron sus proyectos de contribuciones nacionales sobre el clima, definiendo cuál iba a ser su camino a seguir para cumplir la meta climática. La Unión Europea propuso cortar sus emisiones a un 40 %, tomando como punto de comparación las emisiones de 1990.
Casi diez años después, la ciudad de los puentes recibe a las naciones del mundo para los Juegos Olímpicos. Se espera que París acoja este verano un poco más de quince millones de turistas, más los comités olímpicos de cada nación participante. Tomando en cuenta que la población total de la ciudad de la luz es de poco más de doce millones, uno pensaría que varias alarmas estarían sonando en los gobiernos locales y nacionales. Sin embargo, estas cifras no espantan a Pierre Rabadan, alcalde de la ciudad, quien aclara que “tan solo son uno o dos millones de personas más” que las que reciben cada verano.
Pero, ¿qué París van a encontrar los visitantes, tanto los olímpicos como los mundanos? El ex atleta olímpico Tony Estanguet, quien es presidente de estas olimpiadas, prometió que París 2024 serán los Juegos “más sustentables” en la historia moderna de este evento deportivo. Por su parte, los organizadores y el Comité Olímpico Internacional anunciaron que estos Juegos serán “positivos-climáticamente”, y que se reducirán las emisiones de carbono en un 50 %, en comparación con las 3.5 millones de toneladas de CO2 emitidas en la edición anterior. Según el propio sitio web de las olimpiadas: París 2024 ha tenido en cuenta la categoría más amplia de emisiones, Scope 3, que abarca también el impacto indirecto de los Juegos, así como los desplazamientos de los espectadores. Todas las emisiones que no puedan evitarse serán compensadas mediante proyectos concebidos para aportar beneficios tanto medioambientales como sociales en los cinco continentes. Los primeros proyectos se encuentran en marcha desde 2021.
En la víspera de la inauguración, este jueves 25, se llevará a cabo, en el Carrousel du Louvre, una cumbre titulada “El Deporte para el Desarrollo Sustentable” (Sport for the Sustainable Development). La cumbre está dirigida a las juventudes y permitirá a los países participantes discutir cómo sus desarrollos deportivos asegurarán el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable, así como el Pacto de París por los Pueblos y el Planeta (4P), cuyos cuatro puntos principales son:
La cumbre reunirá a quinientas personas, lo que incluye a líderes de estado, líderes de organizaciones internacionales y atletas. La meta es lanzar una iniciativa global sobre deporte y desarrollo sostenible, que involucra cinco áreas principales: educación y empleo, salud y nutrición, igualdad e inclusión, sustentabilidad y patrimonio, y financiamiento y medición de impacto.
Apoyando el 4P, el presidente de Francia, Emmanuel Macron ha declarado lo siguiente: “no tendríamos que elegir entre pelear contra la pobreza y pelear contra el cambio climático”. Sin embargo, su gobierno, así como el de la ciudad de París, han recibido críticas por justamente sí tomar esta decisión dentro de los preparativos para los Juegos Olímpicos. Desde el año pasado, el gobierno francés ha reubicado a al menos cinco mil personas en situación de calle, mandándolas en autobuses a ciudades cercanas como León o Marsella, con la promesa de que se les proveería de vivienda. Una vez que llegan a la ciudad de su destino, se les acomoda durante tres semanas en albergues temporales; mientras tanto el gobierno analiza quiénes de estas personas son elegibles para un asilo migratorio. Quienes sí lo son, pueden recibir un alojamiento de largo plazo durante el tiempo que realizan su aplicación y reciben el asilo. Sin embargo, la realidad es que 60 % de quienes llegan a estos albergues son deportados.
El gobierno francés niega que este programa de reubicación y deportación esté relacionado con las olimpiadas, pero un correo electrónico, obtenido por el diario francés L’Equipe, escrito por parte de un agente de gobierno, declara que el programa está orientado a “personas que vivan en la calle cerca de localidades olímpicas”. Uno de los sitios donde la puesta en marcha de este programa ha sido más clara es el barrio de Seine-Saint-Denis donde una de cada tres personas es inmigrante —la proporción más alta dentro de Francia— y es el barrio donde se ubica la Villa Olímpica.
“Desde el año pasado, el gobierno francés ha reubicado a al menos cinco mil personas en situación de calle…”
El Parlamento Europeo reconoce que el mundo se encuentra ante una crisis de migración climática detonada por el calentamiento global. Distintos países han tomado medidas al respecto: por ejemplo, en diciembre del 2020, Francia reconoció oficialmente a su primer migrante climático —un hombre de 40 años de Bangladesh con un problema asmático. Sin embargo, no queda claro quién puede ser reconocido como migrante climático. Mientras tanto, la Unión Europea ha gastado miles de millones de euros construyendo barricadas y muros para detener a los migrantes que tratan de llegar a su territorio. Lo anterior, en longitud, es el equivalente a doce muros de Berlín —aunque cruzar dichos muros y barricadas no contará como prueba olímpica. Este viernes París recibirá a las naciones del mundo con los brazos abiertos, pero solo si sus representantes descienden del Olimpo.
A continuación se encuentran una serie de recomendaciones de material con el que me he encontrado este mes y, aunque no necesariamente todo tiene que ver con las olimpiadas, sí está relacionado con el medio ambiente. Tengan, para que se entretengan:
¡Gracias por leer! EP
