En la COP28, México se presentó con el propósito de dar continuidad al cumplimiento de los compromisos adquiridos en el histórico Acuerdo de París. No obstante, la ausencia de una ruta clara para alcanzar dichos compromisos se hace evidente, especialmente con una política energética que favorece a los combustibles fósiles y resultados limitados en la lucha contra el cambio climático.
México requiere recursos y una ruta clara en el combate al cambio climático
En la COP28, México se presentó con el propósito de dar continuidad al cumplimiento de los compromisos adquiridos en el histórico Acuerdo de París. No obstante, la ausencia de una ruta clara para alcanzar dichos compromisos se hace evidente, especialmente con una política energética que favorece a los combustibles fósiles y resultados limitados en la lucha contra el cambio climático.
Texto de Astrid Rivera 25/01/24
Con una política energética que da prioridad a los combustibles fósiles y con resultados limitados en la lucha contra el cambio climático, México se presentó a la 28° Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP28), celebrada del 30 de noviembre al 12 de diciembre de 2023. Ahí se sumó a compromisos para incrementar las energías renovables y eliminar los combustibles fósiles; sin embargo, no planteó una ruta para cumplir con estos objetivos.
Especialistas consultados por Este País consideraron que la participación de México fue de “bajo perfil”. Si bien nuestro país se sumó a compromisos importantes para impulsar las energías renovables y puso sobre la mesa temas relevantes, como el respeto a los derechos humanos y de los pueblos originarios en la transición energética, no tuvo un rol más activo en las discusiones de temas fundamentales, como la eliminación de los combustibles fósiles.
Rafael Calderón Contreras, investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y especialista en cambio climático, comentó que México siempre llega a estas cumbres con mucha presión debido a que es un país megadiverso y uno de los más vulnerables a los efectos del cambio climático. Detalló que, en las últimas ediciones de la COP, a México no le ha ido bien a causa de su política energética.
“México se presentó con una serie de resultados parciales; se enfocó en temas como la justicia social, el cuidado de la naturaleza desde una perspectiva multicultural, la revisión del rol de los grupos indígenas. Pero en términos de reducción de emisiones o de transición energética, no se presentó nada”.
En 2015, México y más de 200 países se comprometieron a reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, con el fin de limitar el aumento de la temperatura global —en este siglo— a 1.5 °C; además, a poner en marcha medidas para mitigar el cambio climático y adaptarse a sus efectos. Estos compromisos se establecieron en el Acuerdo de París, considerado como histórico ya que los líderes mundiales llegaron a un consenso para atender esta problemática.
A más de 8 años, organizaciones civiles y académicos aseguran que los países deben establecer metas claras y una ruta para cumplir con los objetivos del Acuerdo de París. En la COP28, las naciones que firmaron el Acuerdo de París se reunieron para dar seguimiento al cumplimiento de sus compromisos.
La Conferencia se llevó a cabo en Dubai, Emiratos Árabes Unidos, considerado el séptimo productor mundial de petróleo. Los líderes mundiales establecieron una “hoja de ruta” para poner fin a la era de los combustibles fósiles y establecer las bases para una transición energética en la que las energías renovables sean cada vez más utilizadas.
Uno de los resultados de la COP28 fue la presentación de un balance global en el que se reconoce que los países “no van por buen camino” para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París. Este documento destaca la necesidad de reducir 43 % las emisiones de gases de efecto invernadero para 2030.
En respuesta, se instó a los países a tomar medidas para aumentar las energías renovables y eliminar el uso de combustibles fósiles. México se unió al Compromiso Mundial sobre energías renovables y eficiencia energética, que busca triplicar la capacidad de generación de energía renovable a nivel global, hasta al menos 11000 GW, de aquí a 2030, y acelerar los esfuerzos para eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles. También se sumó al compromiso de duplicar la tasa media anual mundial de mejoras de eficiencia energética, pasando de alrededor del 2% a más del 4% anual hasta 2030.
México: sin ruta para acelerar transición energética
A pesar de que México se unió a este compromiso para impulsar la transición energética, especialistas destacan la ausencia de acciones concretas, como políticas públicas o asignación de presupuesto, destinadas a cumplir con estas metas.
Gustavo Alanís, director del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA), comentó que México ha llegado a las últimas ediciones de la COP con mucha presión debido a su política energética, que prioriza los combustibles fósiles. Aunque el país ha expresado su compromiso con el impulso de las energías renovables, no ha delineado una ruta clara para cumplir con dichos compromisos.
Comentó que desde la COP27 México se comprometió a aumentar del 22 al 35% la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, pero hasta el momento no se ha definido cómo se cumplirá este compromiso y con qué recursos en los próximos cinco años, periodo en el que los países que firmaron el Acuerdo de París evalúan el avance en el cumplimiento de sus metas.
“Eso es algo que se hizo hace un año y no está claro todavía cómo se va a cumplir. En esa ocasión también se comprometieron a generar 105 GigaWatts de energía limpia, la captura del 98% del gas metano en las instalaciones de Pemex, el aumento de las áreas naturales protegidas, la reducción de la deforestación, entre otros”.
Ninel Escobar, directora de Cambio Climático y Energía del World Wildlife Fund (WWF) en México, comentó que los cambios impulsados por México para cumplir con los compromisos del Acuerdo de París no han avanzado a la velocidad necesaria y no se han establecido plazos concretos respecto a cuándo y cómo se llevará a cabo la reducción de los gases de efecto invernadero y del uso de combustibles fósiles.
“México no llegó a la COP28 con un compromiso más ambicioso, no llegó con políticas explícitas para acelerar estos procesos. Sin embargo, tuvo una participación activa en las discusiones de la COP relacionadas con género y justicia en la transición energética”.
Escobar indicó que México también cuenta con un rezago en temas de movilidad, relacionado con la renovación del parque vehicular tanto público como privado para transitar hacia la electromovilidad, para lo que se requiere de inversión en infraestructura para instalar centrales de carga y hacer más accesibles los autos eléctricos o híbridos; esto con el fin de eliminar progresivamente el uso de combustibles fósiles.
El informe Estado y perspectivas del cambio climático en México: un punto de partida elaborado por 59 investigadores de la UNAM y de otras universidades detalla que el cambio climático requiere ser abordado desde una perspectiva multidimensional y transdisciplinaria para generar políticas públicas que atiendan todos los enfoques del problema.
“Las políticas gubernamentales sobre el cambio climático requieren de un engranaje entre el conocimiento de los distintos aspectos del cambio climático, las acciones necesarias para enfrentarlo en los diversos sectores de la sociedad, la formulación de normativas que regulen su ejecución, un monitoreo que permita la evaluación de sus resultados y la aplicación de medidas correctivas o complementarias”.
El documento señala la importancia de la participación de todos los sectores, en especial, la academia para que el conocimiento científico sea la base de las políticas y acciones para la reducción de emisiones de efecto invernadero y la adaptación a los efectos del cambio climático.
Cambio climático requiere recursos e inversiones
En el Presupuesto de Egresos de la Federación existen dos anexos el 15 y el 16 relacionados con la transición energética y el combate al cambio climático. Para 2024, el anexo 15 “Estrategia de Transición para Promover el Uso de Tecnologías y Combustibles más Limpios” tendrá un total de 10,647 millones de pesos de los cuales 10,242 millones serán ejercidos por la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para la contratación de servicios relacionados con la generación de energía con base en gas natural, indica el Centro de Análisis e Investigación Fundar. El gas natural es la principal fuente de metano, un gas de efecto invernadero.
Mientras que el anexo 16 “Recursos para la Adaptación y Mitigación de los Efectos del Cambio Climático” tendrá este año un presupuesto de 233,961 millones de pesos. Fundar detalla que de este monto, la mayor parte —53.8%— serán ejercidos por la Secretaría de la Defensa Nacional a través de la empresa Tren Maya SA. de C.V. para esta obra de infraestructura.
“Para eliminar progresivamente el uso de los combustibles fósiles se requiere de inversiones y presupuesto con criterios claros de asignación y ejecución. Hoy en día hay desviaciones de la CFE al Tren Maya, lo cual es absurdo. México va a tener que hacer un giro en la asignación de fondos para cumplir con sus compromisos”, señaló Gustavo Alanís, director del CEMDA.
Además del presupuesto para la mitigación al cambio climático y la transición energética, es necesario que se destinen fondos para la adaptación de los efectos de las modificaciones en el clima, consideró el investigador Rafael Calderón Contreras. El catedrático destacó que eventos como el huracán Otis que impactó en Acapulco es un ejemplo de la desprotección en la que se encuentra México ante el cambio climático.
“Los recursos deberían destinarse a cuestiones de mitigación y adaptación al cambio climático. Pero también es necesario hacer un cambio en la política pública de protección ambiental y esto genera muchas críticas ante la comunidad internacional sobre el rol del gobierno para reducir la vulnerabilidad frente al cambio climático. En el caso del huracán Otis quedaron expuestas muchas problemáticas en cuanto a la adaptación a los efectos de este fenómeno”.
Un desarrollo sostenible es posible
Ninel Escobar, directora de Cambio Climático y Energía de WWF, consideró que el impulso de las energías renovables es posible sin importar el modelo que decidan adoptar los gobiernos, ya sea con mayor participación del estado o del sector privado en el mercado energético. Destacó que se requiere de planeación para invertir en el desarrollo de infraestructura para las energías renovables y establecer los pasos para reducir el uso de combustibles fósiles.
“Un reto importante que tenemos es que nuestras centrales eléctricas, muchas de ellas, son antiguas, son ineficientes, son costosas. Entonces se requiere una gran inversión para ir planeando su retiro y su sustitución por centrales eléctricas más modernas o modernizar las que existen. La inversión en energías renovables requiere dinero y tiempo, no es algo que ocurra en un año”.
El investigador de la UAM, Rafael Calderón, destaca que además de establecer un plan en términos de políticas públicas y de recursos, también es necesario comenzar a cambiar la manera en la que consumimos los productos, hacia uno más sustentable en el que se protejan los recursos naturales.
“Hay ejemplos en varios estados del país de que otro tipo de desarrollo es posible. Hay que voltear a ver ejemplos locales en comunidades que, sin la ayuda del gobierno e incluso en contra del gobierno actual, están haciendo algo por construir estrategias de resiliencia socio ecológica que son muy útiles para pensar en el futuro sustentable del país”.
El cambio climático requiere de acciones urgentes tanto de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero para frenar el incremento de la temperatura global, lo cual generaría impactos más graves, como de adaptación a sus efectos; con el fin de construir comunidades más resilientes ante fenómenos como huracanes o sequías, los cuales se prevé sean más intensos. Actuar contra el cambio climático no es opcional: es un llamado a la acción. EP
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