Poemas
Salmuera
El ojo a la herida de ayer
es la torre de sal de hoy.
Sal que vence al tiempo,
que conserva la pesca
del otoño en primavera.
Sal que se adapta al presente,
que incorpora microplástico
para hacernos más sintéticos.
Sal que se aferra a las algas,
que crea cristales
que ceden ante el agua.
Hielo que cede ante la sal.
Otra muerte prevenida
por el puño de sal que esparzo.
Frente a tu puerta congelada,
sal que suaviza,
sal que vuelve al mar.
Sal y agua en un cuenco de barro:
lágrimas de antepasados
nuestros y ajenos.
Desde el principio de los tiempos,
sal que ioniza la célula,
que aumenta la marea
del cuerpo, que regresa
el vaivén del mar rojo.
Sal contra la gravedad.
Sal de mi cuerpo
que entrego a la noche
sin ceremonia.
Yo también me conservo
en salmuera.
Where you are
El sol de la azotea requiere tributo
de colores y horas
mezclados en la maroma que renueva
lo tosco y delicado por igual.
Aquí arriba somos libres
aunque la sangre batalle en subir
a los dedos que prenden las pinzas.
Aquí se divide el cielo
entre cuerdas y mangas.
Se vuelve un azul manejable,
a la medida.
Las paredes vecinas guiñan párpados de cal,
murales monumentales en potencia.
Detrás de los calcetines ajenos
una boca gigante me recuerda:
Perfect is the enemy of good
El viento tira la colección de toallas al oriente
revelando otro mensaje:
Don’t throw the baby out with the bath water
Las hojas del olivo apuntan hacia arriba.
Las cactáceas presentan sus flores
en síncope.
Yo admiro al agave forastero
y acomodo lo íntimo
en su propio esqueleto.
Do what you can
With what you have EP
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