Ante la crisis hídrica que vive la CDMX, alternativas sustentables como la planteada por Isla Urbana ya han beneficiado a muchas personas y cuentan con un gran potencial para ampliar su impacto en cada vez más comunidades.
Isla Urbana: captación de lluvia en la Ciudad de México
Ante la crisis hídrica que vive la CDMX, alternativas sustentables como la planteada por Isla Urbana ya han beneficiado a muchas personas y cuentan con un gran potencial para ampliar su impacto en cada vez más comunidades.
Texto de Nabani Vera 08/11/19
La crisis de agua
La crisis de agua es un problema que millones de personas viven cotidianamente en México. La Ciudad de México (CDMX) y su área metropolitana, con más de 23 millones de habitantes, enfrenta como su principal reto a vencer el abasto de agua para el total de sus habitantes, así como su gestión efectiva y sustentable. Según datos oficiales, más de 250 mil habitantes carecen de acceso a la red de agua potable, mientras que aproximadamente 35% de las viviendas sufren en algún grado de desabasto de este servicio. Dicha situación no parece que vaya a mejorar ya que, según un estudio realizado por el Banco Mundial y Conagua, se prevé que para 2030 el acceso al agua empeorará para millones de personas. “Si las prácticas actuales de manejo de agua se mantienen, se tendrán que encontrar nuevas fuentes para el 30% de la demanda del Valle de México”.
Es necesario dejar en claro de dónde proviene el agua de la CDMX: 70% lo hace del acuífero del Valle de México —sobreexplotado a más de 200% de su capacidad— y el resto, 30%, es bombeada cuesta arriba más de un kilómetro y a lo largo de una red de más de 330 km, desde el Estado de México y Michoacán. De este 100% que ingresa a la red de distribución de agua potable, aproximadamente 40% se pierde en fugas. Al mismo tiempo, cada año una cantidad de agua de lluvia equivalente a llenar 1,000 veces el Estadio Azteca cae sobre la cdmx, causando inundaciones y encharcamientos para luego ir directo al drenaje. Es de la paradoja antes planteada que surge la idea central de Isla Urbana. Captemos y aprovechemos la lluvia: en ocasiones la solución sí nos cae del cielo.
¿Quiénes somos?
Somos un proyecto multidisciplinario integrado por personas de distintas especialidades, tanto sociales como técnicas, dedicadas al diseño y la instalación de sistemas de captación de lluvia como una fuente alternativa, sustentable y autónoma de agua. Nuestro trabajo busca mejorar en la sustentabilidad hídrica de la CDMX y comenzar por las familias que sufren de mayor precariedad en el abasto de agua. De igual manera trabajamos en zonas rurales del país que carecen de acceso a la red de agua potable, particularmente en la sierra huichola, la sierra mazateca y la sierra de Chihuahua.
¿Qué hacemos?
Buscamos detonar la captación de lluvia en México, facilitando el acceso a la ecotecnología que favorezca la adopción de esta práctica, para instalar el sistema que hemos desarrollado, principalmente en viviendas unifamiliares y escuelas de distintos niveles, así como en naves industriales y múltiples inmuebles. El sistema fue diseñado para que su uso y mantenimiento sean lo más sencillos posible, de tal forma que los usuarios lo adopten rápidamente. Gracias al trabajo de nuestras áreas de ingeniería, diseño y relaciones comunitarias, trabajamos constantemente en el mejoramiento del sistema, basándonos en todo momento en la retroalimentación que brindan los usuarios después de haberlo utilizado durante la temporada de lluvias. Parte de nuestro trabajo se centra en ofrecer la información necesaria para que la sociedad conozca el actual panorama hídrico a nivel urbano y sepa que la captación de lluvia es una alternativa y parte de la solución; por ello generamos multitud de materiales de difusión, para que la práctica de cosechar la lluvia sea comprendida y aplicada.
Nuestra historia
El trabajo de Isla Urbana comenzó en 2009, cuando un grupo de jóvenes se interesó en la captación de lluvia al estudiar el problema de la escasez de agua en las zonas periurbanas de la CDMX. Los fundadores del proyecto se mudaron a la colonia Cultura Maya, en el Ajusco, en la alcaldía de Tlalpan, en el sur de la CDMX, para entender de cerca el problema del agua. Ahí se gestó el proyecto y creció, en paralelo con la comprensión de la problemática y la dinámica de la población para solucionarla. Esta primera etapa en la vida de Isla Urbana fue fundamental para entender a fondo las necesidades de las familias que viven en zonas con escasez de agua; así se logró diseñar un sistema de captación pluvial directamente en función del contexto y los hábitos de familias mexicanas. Gracias a la experiencia recogida en estos primeros años fue posible escalar el proyecto para su instalación en un volumen mayor de viviendas.
Guiados por el principio de “lluvia para todos” y tratando de acercar la tecnología a cualquier ciudadano interesado en el tema, encontramos que la mejor forma de lograrlo era a través de la construcción de un modelo de trabajo híbrido: una asociación civil que trabajara en las comunidades marginadas donde más se sufre por la falta de agua y una empresa social que ofreciera sistemas de captación y tecnologías de agua sustentable en el mercado. Nuestro fin mayor es que todas y todos captemos la lluvia sin importar si sufrimos o no la falta de agua, pues contar con fuentes sustentables de agua es una gran beneficio.
La cultura del agua
En Isla Urbana sabemos que todo el trabajo de diseño e instalación de componentes deja una impresión mucho más profunda y efectiva, cuando se acompaña de trabajo comunitario y se interviene en la toma de conciencia sobre el tema de agua por parte de la población. Para lograr un impacto integral del proyecto trabajamos paralelamente en la captación pluvial y la cultura del agua, a través de la educación, el arte y la empatía. Mediante métodos participativos y labor comunitaria, aplicamos diversas estrategias para compartir conocimiento sobre nuestra relación con el agua y crear conciencia en la sociedad, principalmente enfocados en las niñas y los niños. De ahí se desprende el programa de La Carpa Azul, un proyecto de educación socioambiental de Isla Urbana con el que llevamos talleres, eventos artísticos y culturales a las comunidades, para fomentar el desarrollo de una nueva cultura del agua y de una ciudadanía ambientalmente responsable. La Carpa Azul crea materiales didácticos y de difusión, y da seguimiento a las comunidades atendidas, para incrementar el nivel de adopción de los sistemas de captación.
De igual manera, llevamos a cabo el programa Escuelas de Lluvia, con el cual instalamos sistemas de captación pluvial en escuelas que sufren problemas de escasez de agua, para brindar una alternativa de abasto sustentable. Aprovechamos el eje transversal del agua para abordar temas como la sustentabilidad, el medio ambiente, nuestra cuenca y una serie de temas relacionados. También impartimos talleres de educación ambiental basados en un método participativo, que involucra a las madres y los padres de familia, así como a las maestras, los maestros, el equipo administrativo y el alumnado, para crear una cultura del agua con la comunidad educativa.
El sistema de captación
El diseño del sistema de captación de lluvia busca aprovechar la infraestructura con que ya cuentan las viviendas en la CDMX. La captación da inicio en el techo de la vivienda, el cual puede ser prácticamente de cualquier material, en su mayoría de losa de cemento o lámina galvanizada. A cada techo se le hacen las adecuaciones necesarias para que el agua se canalice a una sola bajante e ingrese al sistema Isla Urbana, donde recibe un tratamiento de potabilización.
Beneficios de la captación de lluvia
La captación de lluvia acarrea una serie de beneficios; por un lado brinda agua por hasta ocho meses a familias que en ocasiones jamás han contado con una fuente directa de agua potable. Este cambio de condición beneficia directamente en la calidad de vida, principalmente de las mujeres, a quienes un sistema dominado por hombres les han asignado históricamente el abasto de agua en el hogar. Un alto porcentaje de las colonias en las que el proyecto se ha desarrollado durante los últimos 10 años se ubican en zonas donde el abasto doméstico únicamente se logra a través de pipas repartidoras de agua potable. Este mecanismo resulta sumamente costoso, económica y ambientalmente. Se calcula que la alcaldía de Tlalpan gasta anualmente alrededor de 100 millones de pesos en el abasto de agua con pipas; además, la generación de emisiones de carbono ocasionada por los camiones es prácticamente incalculable, sin mencionar las múltiples problemáticas políticas que este método de repartición de agua genera.
Como ya se mencionó, se calcula que 40% del total del agua que ingresa a la red de distribución se pierde en fugas, por lo que, para contar con un litro de agua entero en casa, se debieron extraer en realidad 1.4 litros (un litro 400 mililitros). Con un sistema de captación de lluvia no sólo no se elimina esta posibilidad de fugas, sino que también dejan de explotarse fuentes de abasto como el acuífero del Valle de México y el Sistema Lerma Cutzamala. Esto convierte a la captación de lluvia en una fuente sustentable de agua con la que todos nos beneficiamos, sin importar la clase socioeconómica o la ubicación geográfica en la ciudad.
Uno de los principales beneficios de la captación de lluvia es la autonomía hídrica que logran las familias. En la CDMX, como hemos observado, nos encontramos frente a múltiples factores (naturales, sociales y de infraestructura, entre otros) que hacen de ésta una ciudad con alta vulnerabilidad hídrica. Así, contar con una fuente alternativa descentralizada resulta sumamente pertinente. Con un sistema de captación es la propia familia quien se encarga de darle mantenimiento a su infraestructura de abasto de agua, lo cual genera una toma de conciencia sobre las fuentes y el manejo del líquido, situación de la que muchas veces en la ciudad nos encontramos sumamente apartados. Esto también se traduce en una ciudadanía más empoderada y con la capacidad de incidir en sus problemáticas más medulares.
Actualmente
El impacto de Isla Urbana y de la captación de lluvia asciende a los 15 mil sistemas instalados, lo que se traduce en 90 mil personas que se abastecen de agua con cada aguacero y más de mil 711 millones de litros de lluvia captados, que traducidos a pipas suman 81 mil 531 viajes que la urbe se ha ahorrado. Actualmente nos encontramos implementando el proyecto Cosecha de Lluvia, en colaboración con la Secretaría del Medio Ambiente de la CDMX, en el que se instalarán 10 mil sistemas al final de este primer año en las alcaldías Xochimilco e Iztapalapa. El plan que ha presentado la jefa de Gobierno de la CDMX es la instalación de por lo menos 100 mil sistemas al final de su administración. Estamos convencidos de que el problema de desabasto de la CDMX es amplio y complejo por lo que, para encontrar un camino sustentable y de agua suficiente, necesitamos que las distintas soluciones colaboren entre sí. La captación de lluvia es una pieza más en el complejo rompecabezas que implica reparar la infraestructura existente, construir opciones sustentables y conservar los recursos naturales que ya existen, y que nos han brindado agua durante décadas a los millones de habitantes de la CDMX. EP
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