Pas de vagues: entrevista a Teddy Lussi-Modeste

Con motivo del 28º Tour de Cine Francés, Lucrecia Arcos Alcaraz entrevistó al director de Pas de vagues, una coproducción franco-belga sobre un presunto caso de acoso sexual escolar.

Texto de 10/10/24

Con motivo del 28º Tour de Cine Francés, Lucrecia Arcos Alcaraz entrevistó al director de Pas de vagues, una coproducción franco-belga sobre un presunto caso de acoso sexual escolar.

Tiempo de lectura: 4 minutos

No hagas olas nos presenta la historia de un profesor, interpretado por Francois Civil, que se enfrenta a una acusación de acoso sexual por parte de una de sus alumnas. La película, basada en una experiencia real del director Teddy Lussi-Modeste, teje una trama que permite al espectador reflexionar sobre la justicia, la reputación y la violencia psicológica dentro del entorno escolar.

Lucrecia Arcos (LA): La película está inspirada en una historia real. ¿Podría hablarnos de este suceso?

Teddy Lussi-Modeste (TLM): Efectivamente, la película está inspirada en una experiencia por la que atravesé hace unos años en mi carrera como profesor. Pero una historia real, aunque haya sido la experiencia propia del autor, no tiene interés en sí misma. Cuando discutimos el proyecto con Audrey Diwan, mi coguionista, decidimos que la película debía contar la historia de un profesor y un alumno abandonados por una institución desbordada.

LA: El título de la película proviene del hashtag #pasdevagues, que fue un movimiento de protesta organizado por profesores. ¿Podría explicar al público mexicano de qué se trata este movimiento y cómo llegó a representarlo en la película?

TLM: El movimiento #pasdevagues comenzó en la década de 2010. Poco a poco se fue apagando, pero se reavivó en 2018 cuando circularon en redes sociales y en la televisión francesa las imágenes de un alumno apuntando con un arma a una profesora. El arma era falsa, pero el símbolo fue devastador. Un gran movimiento para liberar la voz de los profesores se extendió por las redes sociales. Los profesores querían denunciar la violencia a la que eran sometidos a diario, a menudo seguida del silencio de sus superiores. El movimiento se llamó #pasdevagues. El sufrimiento de los profesores había sido demasiado grande durante años. Ahora están hablando, y es importante escucharles.

LA: En la película se siente que los guionistas y el director conocen bien el mundo de la enseñanza y tienen una cercanía real con él: la relación entre el profesor y los alumnos, la relación entre los profesores, la relación entre el director y los profesores, la vida personal de François Civil… ¿Cuál es su relación actual con la enseñanza?

TLM: Gracias por el comentario. Soy profesor y director. Este año he vuelto a ocupar un puesto. Me alegró volver a las aulas. Como gitano que soy, aprecio todo lo que me ha dado la escuela. Ése es el mensaje que intento transmitir a mis alumnos.

LA: ¿Cómo eligió a François Civil y cómo trabajaron juntos?

TLM: Pensé en François Civil en cuanto terminé de escribir el guión. Es un actor estelar que evoca una empatía inmediata. Además, es un actor muy popular en Francia. Su presencia en la película permitió que ésta llegara a un público más amplio. También había una especie de compromiso por su parte para interpretar este papel. Desde nuestro primer encuentro, me contó que sus padres habían sido profesores.

LA: ¿Cómo trabajaste con los jóvenes (adolescentes)?¿Conocían la situación y el movimiento #pasdevagues des profs?

TLM: Los estudiantes no estaban al tanto de este movimiento, pero conocen bien la difícil realidad de ser profesor. Todas las situaciones de la película les parecían reales. Estaban muy apegados a la verdad de las situaciones, los diálogos… El trabajo con los adolescentes comenzó con el casting. Hubo varias etapas. Cada etapa era un trabajo diferente. Cuando llegamos al set, nos habíamos beneficiado de todo el trabajo previo. Rodamos las escenas de clase al final del rodaje. La presión iba en aumento y nos mantenía a todos muy concentrados. Trabajábamos con dos cámaras y dábamos prioridad a los planos secuencia. Todo estaba escrito. Había muy poco margen para la improvisación. Y creo que esta forma de trabajar hizo que los adolescentes se sintieran respetados. Estaban allí para representar un papel, que no se parecía necesariamente a lo que son en la realidad.

LA: El final de la película es estremecedor, ensordecedor. ¿Cómo pensaron (junto con Audrey Diwan) el desarrollo de un personaje que es amable y comprometido al principio, pero que acaba inmerso en una atmósfera de extrema violencia psicológica (personal, institucional, emocional…)?

TLM: Has descrito perfectamente la trayectoria del personaje. Es un hombre que cae. Le pasa lo peor que le puede pasar a un profesor: perder a su grupo y su reputación. Teníamos que ir hacia este caos, esta crisis, para que la película sonara como un grito de ayuda. Pero si hay un grito, es porque hay esperanza. Un grito se hace para ser escuchado. Tenemos que conseguir volver sacralizar la escuela y hacer posible dentro de ella la deconstrucción de toda la retórica del odio que nos enfrenta unos contra los otros.

LA: El video en el que aparece bailando en una fiesta es utilizado por los alumnos para humillarlo, pero también funciona como el recordatorio constante de catarsis. ¿Cómo pensó la puesta en escena?

TLM: Es cierto que el video del profesor bailando con su pareja es ambivalente. Es a la vez un símbolo de su humillación pública. El director de fotografía y yo hablamos del “pasillo de la vergüenza” cuando Julien sale de clase y todos los alumnos están viendo el video en sus teléfonos. Pero también es un momento de felicidad que se descubre más tarde: pantalla completa, volumen a tope… El fin de la vergüenza, sin duda…

LA: ¿Cómo trabajó en la música con Jean-Benoit Dunckel (del dúo Air)?

TLM: Jean-Benoît Dunckel intervino después de un primer montaje. Habíamos compuesto algunas piezas musicales que no estaban destinadas a ser la banda sonora de la película, pero que podían aportar algo de atmósfera. Le hablé de mi gusto por las guitarras shoegaze. Hay algunas guitarras en la música que compuso, pero se decantó sobre todo por sonidos más electrónicos. Y me alegro de que dejara que su sensibilidad hablara por sí misma. Él sintió que la música tenía que ser tensa, por un lado, pero lírica a la vez.

Este País se fundó en 1991 con el propósito de analizar la realidad política, económica, social y cultural de México, desde un punto de vista plural e independiente. Entonces el país se abría a la democracia y a la libertad en los medios.

Con el inicio de la pandemia, Este País se volvió un medio 100% digital: todos nuestros contenidos se volvieron libres y abiertos.

Actualmente, México enfrenta retos urgentes que necesitan abordarse en un marco de libertades y respeto. Por ello, te pedimos apoyar nuestro trabajo para seguir abriendo espacios que fomenten el análisis y la crítica. Tu aportación nos permitirá seguir compartiendo contenido independiente y de calidad.

DOPSA, S.A. DE C.V