Boca de lobo: Esta vez Trump tiene razón

Tras la captura de Ismael “el Mayo” Zambada, Aníbal Santiago reflexiona sobre la “parálisis” en la que se encuentra el gobierno mexicano ante el embiste del narcotráfico.

Texto de 30/07/24

narco

Tras la captura de Ismael “el Mayo” Zambada, Aníbal Santiago reflexiona sobre la “parálisis” en la que se encuentra el gobierno mexicano ante el embiste del narcotráfico.

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Aproveché el silencio que se formó cuando mi amiga Carla dio un sorbito a su jugo de no sé qué con jengibre para ver mi celular y entrar a Twitter. Y entonces vi la noticia: “Detienen en EE. UU. al ‘Mayo’ Zambada”. “Detuvieron al Mayo”, exclamé, compartiendo en un café de Coyoacán el entusiasmo frente a una noticia que de golpe mejoraría nuestras vidas. Carla bajó su vaso y con la misma reacción que hubiera tenido si le contara algo tan especial como “¿Sabes?, hoy es jueves 25 de julio, mañana viernes 26”, respondió: “Excelente, ahora sí se van a resolver las cosas. Qué bien”.

“Si me atrapan o me matan, nada cambia”

Con su cara sin gestos, blindada ante cualquier emoción, ni buena ni mala, su ironía por la captura del líder fundador del Cártel de Sinaloa tuvo en mí efectos en cámara lenta. Primero, con inocencia hurgué en sus grandes ojos negros para detectar si hablaba con la creencia genuina de que México al fin encontraría el rumbo de la tranquilidad, y luego, una vez que mi actividad neuronal reinició, le sonreí.

Al rato, ya en casa, hambriento de datos que saciaran mi morbo con detalles de la noticia de la captura comandada por el FBI y la DEA que transformará la vida de más de 130 millones de mexicanos, releí la entrevista que hace 14 años Julio Scherer le hizo en las montañas del Triángulo Dorado al Mayo, ya prófugo de la justicia, y encontré una declaración que unía las ideas del temible capo —quien con “el Chapo” fundó el máximo emporio de la droga— con las ideas de mi escéptica amiga: “Si me atrapan o me matan, nada cambia”, dijo el narco al periodista.

Al menos estadísticamente, mi amiga y el Mayo tienen razón. Si “el Güero” Palma, Ramón Arellano, Arturo Beltrán Leyva, Amado Carrillo, Miguel Ángel Félix Gallardo, el Chapo, Rafael Arellano Félix y Caro Quintero ya no viven o están en prisión, y el drama del narco continúa, crece e incluso se reinventa con el fentanilo, no hay esperanzas de que el arresto del Mayo, adulto mayor con diabetes avanzada, resuelva la tragedia.

Contra mi argumento, alguien podría decir: “El gobierno de Estados Unidos lo volverá testigo protegido para que traicione a políticos, militares, jefes de la droga, los delate, se enriquezca el mapa de culpables y eventualmente esos criminales vayan a prisión”. Pues sí, ¿y eso de qué sirve a la paz de México? Los narcos son inteligentes y saben que pueden ser capturados. Por eso los sustitutos de los jefes están bien formaditos en espera de su turno.

Donald Trump, maestro de la calumnia, la mentira y los dislates, dijo una verdad del tamaño de la Casa Blanca hace unos días: “El gobierno mexicano está petrificado con los cárteles, podrían quitar al presidente en dos minutos. Los cárteles son los que administran México”. Y es cierto (bueno, pongamos en duda lo de los dos minutos). Solo el sexenio de López Obrador sumará en unos días 200 mil homicidios, la mayoría obra del narco. Los pueblos, las carreteras, las ciudades, las policías, los cargos de elección popular, todo es de ellos, nuestros gobernantes sin traje ni corbata que ni siquiera deben registrarse ante el INE para pelear el poder.

Al jurar que el gobierno mexicano está “petrificado”, Trump dijo muchas cosas a la vez. Alguien petrificado no piensa, no actúa, no planifica, no prevé, no ataca, no disuade. El petrificado, si acaso, observa, y eso sirve de poco. Al señalamiento del candidato republicano, Sheinbaum, la próxima presidenta, respondió agudamente: “No estoy de acuerdo”.

“Los narcos son inteligentes y saben que pueden ser capturados. Por eso los sustitutos de los jefes están bien formaditos en espera de su turno.”

Ah, qué padre. ¿Alguien conoce la estrategia de Sheinbaum para detener este desastre sin fin, además de una Guardia Nacional que ha sido un chiste cruel y las becas destinadas a los jóvenes para que saquen una lanita del cajero y solo por eso no se unan a las filas del narco, una chamba un poquititito más redituable? Sí, hasta ahora la estrategia de la mujer más poderosa de México es decirle a Trump: “No estoy de acuerdo”. Nadie vaya a pensar que ella y este gobierno están petrificados. Esta vez Trump tiene razón. EP

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