La militarización de la política migratoria

Maria Elena Morera Mitre, presidenta de Ciudadanos por una Causa en Común A.C., aborda la problemática que conlleva una política migratoria militarizada y presenta algunas propuestas en materia de migración y seguridad.

Texto de 02/05/23

Maria Elena Morera Mitre, presidenta de Ciudadanos por una Causa en Común A.C., aborda la problemática que conlleva una política migratoria militarizada y presenta algunas propuestas en materia de migración y seguridad.

Tiempo de lectura: 6 minutos

La ausencia de paz y seguridad en un país es una de las grandes causas que generan el desplazamiento de personas de sus lugares de origen. La realidad de muchos migrantes que buscan paz fuera de sus países conlleva el tener que cruzar México; sin embargo, el alza en los niveles de violencia, el control territorial de los grupos criminales, la falta de procuración de justicia, la militarización y, como parte de esta, la entrega de la política migratoria a las Fuerzas Armadas son enormes obstáculos que han convertido en una condena el paso por el país.  

Históricamente, México ha tenido un contacto importante con el fenómeno migratorio. Es un país que ha realizado esfuerzos para otorgar asilo político a grandes grupos de personas perseguidas por sus gobiernos y que representa una de las más importantes rutas de migración, conectando a América del Sur con Estados Unidos de Norte America. Los flujos migratorios han aumentado y el fenómeno se ha diversificado. En las últimas décadas los movimientos migratorios en México se daban principalmente por jóvenes mexicanos y centroamericanos que buscaban llegar a Estados Unidos con fines laborales. Sin embargo, recientemente se observa una diversificación importante en los flujos, los cuales se componen de migrantes de diversas nacionalidades como Honduras, Cuba, Guatemala, El Salvador, Ecuador, Brasil, Afganistán e India. Además, los motivos para migrar, como señala Tonatiuh Gillen, también han cambiado. Las personas en tránsito por nuestro país en su mayoría corresponde a solicitantes de refugio —familias, mujeres e infantes– todos en busca de un mínimo indispensable para realizar un proyecto de vida; la garantía de la paz y la justicia. 

Lamentablemente, la terrible situación que padecen los migrantes al abandonar su país no mejora al llegar a México; en muchos casos, se agrava. Esto debido a que, a su llegada, deben enfrentarse con el contexto de violencia e inseguridad que se vive en todo el país. Llegar a México es todo menos sinónimo de paz y seguridad; familias completas y menores viajan solos y deben iniciar el largo éxodo a través de un territorio que los condena a un viacrucis repleto de coyotes sin escrúpulos, a toda suerte de grupos criminales y, como acreditan las imágenes que todos hemos visto, a las propias autoridades mexicanas que violan sus más elementales derechos humanos.

El actual gobierno federal inició su administración mandando el mensaje de que en México los migrantes serían recibidos con los brazos abiertos; sin embargo, los engañaron. El presidente López Obrador, en estricto apego a las órdenes de Donald Trump, marcó el regreso de una política de contención parecida a la diseñada por la Secretaría de Marina, implementada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto. Esta terrible política migratoria empeoró al establecer la “estrategia” en materia de seguridad pública que básicamente consistió en eliminar a las policías y reemplazarlas con compañías de soldados a los cuales se les dio la instrucción de detener y contener los flujos migratorios. La ausencia de una capacitación de estos elementos, a quien ahora se les encargan temas tan delicados como los derechos humanos de migrantes, pronto desató un enorme número de casos de violaciones, maltratos, tortura y asesinatos.

La Fundación para la Justicia y el Estado Democratico de Derecho registró en su informe Bajo la Bota: Militarización de la Política Migratoria en México cómo la participación de la Guardia Nacional y de las Fuerzas Armadas en tareas relacionadas con migración ha traído inumerables casos de detenciones ilegales y arbitrarias, violencia sexual contra las mujeres, uso de violencia desmedida, deportaciones ilegales, negación de ayuda medica y, en general, un maltrato sistemático que ha cobrado la vida de personas buscando un mejor futuro.

“Es terrible pensar que la solución del gobierno federal a la crisis migratoria fue utilizar al ejército, asimilando al migrante como un enemigo de la nación”.

El proyecto militarista del presidente ha tomado un importante espacio dentro del Instituto Nacional de Migración (INM). Un reporte del periódico El Universal refleja cómo la “estrategia” de seguridad ha entregado la gestión del Instituto a las fuerzas castrenses, al señalar que de las 32 delegaciones estatales, 18 están dirigidas por generales, contralmirantes, vicealmirantes y otros mandos castrenses, todos sin experiencia ni capacitación en derechos humanos ni temas migratorios o de control de crisis. Es inconcebible pensar que al frente de instituciones con una importante responsabilidad de garantizar los derechos humanos de personas que se encuentran en completo estado de indefensión, se designen mandos militares cuya experiencia consiste en la dirección de prisiones militares y su especialidad, en el manejo de armas e ingeniería militar. Es terrible pensar que la solución del gobierno federal a la crisis migratoria fue utilizar al ejército, asimilando al migrante como un enemigo de la nación.

Esta pésima gestión del INM provocó recientemente una de las escenas más trágicas que ha tenido el país en los últimos años. La muerte de las personas que se encontraban privadas ilegalmente de su libertad en la estación migratoria de Ciudad Juárez el 27 de marzo de este año debería causar la indignación absoluta de López Obrador y su gobierno. El funesto evento que consta en videos debería avergonzar a la nación y tendría que haber marcado un parteaguas en la política migratoria para atender el fenómeno con la delicadeza e inteligencia que merece. No obstante, desde Palacio nacional se manifestó que esas personas eran culpables de sus propias muertes y que el resto de los inumerables casos de violencia y asesinato de migrantes en este país son simplemente un invento de la prensa.

Esta atroz noticia no es un evento aislado; en los medios, todos los días, se da cuenta de las crueles historias que viven los migrantes que cruzan o llegan a México a buscar mejores condiciones de vida. En un estudio que realiza Causa en Común, “Galería del Horror: Atrocidades Registradas en Medios”, se resalta la cotidianidad con la que ocurren estos actos. Tan solo en el primer trimestre de 2023 se han registrado, al menos, 16 eventos que suman un total de 972 migrantes víctimas de violencias que van desde el hacinamiento y detenciones ilegales hasta la tortura y el secuestro infligidos por grupos criminales, la Guardia Nacional y las Fuerzas Armadas.

“Tan solo en el primer trimestre de 2023 se han registrado, al menos, 16 eventos que suman un total de 972 migrantes víctimas de violencias”.

El 19 de enero de este año, gritos de ayuda provenientes de un inmueble localizado en Monterrey lograron que las autoridades rescataran a 78 migrantes, 16 menores de edad, que se encontraban hacinados; el mismo día en Tuxtla Gutiérrez, la Guardia Nacional detuvo un trailer y de su caja salieron alrededor de 250 migrantes hacinados que trataban desesperadamente de escapar de los militares; el 6 de marzo, las autoridades localizaron una caja de tráiler abandonada en la carretera Cosamaloapan-La Tinaja, en su interior se encontraban hacinados 343 migrantes; el 19 de marzo, 4 vehículos abandonados levantaron una sospecha que terminó con el rescate de 41 migrantes que estaban al interior completamente deshidratados.

Estos eventos seguirán repitiéndose hasta que no tengamos un gobierno de corte  progresista, con valentía y voluntad política, que atienda el fenómeno migratorio con una batería de acciones y no de rollos matutinos plagados de espejismos. No se trata de inventar el hijo negro, pues las propuestas son vastas y se han planteado y discutido en inumerables foros que tratan el tema con académicos y verdaderos expertos en la materia. Desde Causa en Común, hemos replicado varias de estas propuestas en materia de migración y seguridad:

–   Reorientar la labor de la Fuerzas Armadas en las fronteras, como parte de sus tareas de protección del territorio desde una perspectiva de prevención y salvamento de migrantes;

– Revertir la designación de militares como los titulares de las delegaciones estatales del INM;

– Aumentar el presupuesto otorgado al INM así como a la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar).

–   Facilitar los trámites migratorios de visas humanitarias para las personas víctimas de persecución y generar la posibilidad de obtener visas temporales de trabajo;

–   Construir un sistema de protección humanitaria con albergues que cuenten con servicios básicos, campañas de salud y de rescate de la población migrante.

–   Integrar medidas de rescate prioritario para menores de edad que viajan sin compañía, mujeres embarazadas y otras personas vulnerables.

–   Restablecer los apoyos a las ONG que tienem como objeto social la procuración de los derechos humanos de las personas migrantes en este país.

Atender el tema migratorio requiere de un gobierno que abra el diálogo y sea capaz de rectificar a efecto de tomar la mejor decisión en pro de la paz y la seguridad de todos los que se encuentran en este país. Un gobierno que se apoye en la sociedad civil para atender con la delicadeza que merece la situación y que realmente busque fortalecer sus instituciones migratorias. Un gobierno que busque fortalecer sus policías e instituciones de seguridad para que ayuden y colaboren con las autoridades migratorias a efecto de apoyar y brindar atención a los migrantes en donde prevalezca la colaboración y la coordinación siempre en busca de construir espacios seguros para estas personas tan vulnerables. La procuración de la seguridad y la paz de las y los mexicanos, así como de cualquier otra persona que se encuentre al interior del territorio nacional sin importar su procedencia debe ser una prioridad para el Estado y uno de los principales objetivos del gobierno. Es imposible hablar de paz cuando nuestras calles, carreteras, fronteras y estaciones migratorias se han convertido en cuarteles militares. EP

Referencias

Guillén López Tonatiuh. El crimen organizado contra migrantes en Ciudad Juárez. Proceso. 10 de abril de 2023.  (https://www.proceso.com.mx/opinion/2023/4/10/el-crimen-contra-migrantes-en-ciudad-juarez-305077.html

Fundación para la Justicia y el Estado Democrático de Derecho (FJEDD). Bajo la Bota Militarización de la Política Migratoria en México. Mayo 2022. https://bit.ly/3UUZsMW

El Universal. Controlan Militares Mayoría de Puestos en Migración. Marzo 2023. https://bit.ly/41OSg7j

Galería del Horror: Atrocidades Registradas en Medios. Causa en Común. Marzo 2023. https://bit.ly/3KWU9bh

Este País se fundó en 1991 con el propósito de analizar la realidad política, económica, social y cultural de México, desde un punto de vista plural e independiente. Entonces el país se abría a la democracia y a la libertad en los medios.

Con el inicio de la pandemia, Este País se volvió un medio 100% digital: todos nuestros contenidos se volvieron libres y abiertos.

Actualmente, México enfrenta retos urgentes que necesitan abordarse en un marco de libertades y respeto. Por ello, te pedimos apoyar nuestro trabajo para seguir abriendo espacios que fomenten el análisis y la crítica. Tu aportación nos permitirá seguir compartiendo contenido independiente y de calidad.

DOPSA, S.A. DE C.V