En la mente de quien se pone los audífonos y camina escuchando Orbe // Nacimiento, dúo de ambient de la Ciudad de México, se dibuja una ciudad de vidrios rotos. Pareciera que todo es muy frágil, que el entorno se rompe mientras avanzamos por este paisaje. Pero la fragilidad del cristal esconde el peligro de cortarnos con las puntas azules y brillantes que quedan expuestas. Estas tienen un filo tan agudo que pueden dejar heridas muy profundas, antes incluso de percatarnos de que estamos siendo lastimados.

Su álbum debut, Quien Nos Va a Soñar Cuando Despierte, está lleno de descripciones de lugares, de atmósferas, de espacios: cementerios que parecen pantanos, calles por las que nadie transita durante el día. Entre canción y canción se construye un mundo cristalino, lleno de diamantes y objetos brillantes. De pronto aparece una voz. Nos dice: Esta ciudad es solo una maqueta. ¿Una maqueta de qué exactamente? 

Los personajes que habitan este paisaje están todos muy solos y un poco tristes. Se reúnen en medio de estos cristales rotos, de estas paredes que traicionan y espejos que mienten a compartir su tristeza. Semeja una fiesta en la que no se dice mucho, porque todos conocen demasiado bien el tamaño y la disposición de sus heridas. Así es el mundo que se produce durante Quien Nos Va a Soñar Cuando Despierte: Personajes reunidos en silencio dentro de un edificio de cristal, cada uno adoleciendo, juntos pero solos. Y afuera, la ciudad que se derrumba y se hace pedazos.

Entre los materiales recientemente estrenados que he podido escuchar, y especialmente en los conciertos que me ha ofrecido esta ciudad de cristal, percibo una atmósfera muy similar. Estoy pensando específicamente en Des de Rosas, Fa(u)ces de Ollin Vázquez, y Quien Nos Va a Soñar Cuando Despierte de Orbe // Nacimiento. Posiblemente esto podría explicarse técnicamente por el uso de ciertos efectos en la voz; pero a mi me gusta pensar que estas músicas, que estas personas, fueron para siempre marcadas por el acontecimiento Blonde de Frank Ocean. Voces dulces que cantan sus tristezas al vocoder (voice coder), sumergidos en un ambiente de bajos oscuros y envolventes.

Es un poco contradictorio. Si uno piensa en un orbe, se imagina una superficie lisa, no este desierto de picos. Resulta casi increíble que en medio de este pantano de tristezas Daniel y Marcos nos regalen esta joya, este diamante filoso que debe sostenerse con mucho cuidado. EP