Una vasija de barro cocido del siglo XVI proveniente de La Mancha es la protagonista de este vino absolutamente singular y, además, mexicano. Bodegas Domecq ha sorprendido en los últimos años con hallazgos hechos líquido.

Tal es el caso de Vasijas Blanco, un vino de uva Sauvignon Blanc de vides de 25 años de edad que descansan en el Valle de Guadalupe. La prensa muy ligera de los racimos resulta en un delicado líquido llamado mosto flor, que fermenta en ánforas, legado de la familia Domecq. Después de elaborarse el vino, descansa sobre sus propias lías —levadura muerta— y permanece 8 meses contenido en las vasijas, mientras se va afinando de manera natural.

Las notas de flor de azahar, flor de limonero, fruta verde y cítricos lácticos caracterizan la elaboración de tan solo 600 botellas. EP

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