A salto de hoja: una mirada a los Libros de Texto Gratuitos

Los Libros de Texto Gratuitos, ideados en 1960, son la columna vertebral de la educación pública en México. Mario Alberto Medrano González hace un recorrido por este proyecto y sus adecuaciones a las necesidades no educativas, sino políticas de cada sexenio.

Texto de 03/05/21

Los Libros de Texto Gratuitos, ideados en 1960, son la columna vertebral de la educación pública en México. Mario Alberto Medrano González hace un recorrido por este proyecto y sus adecuaciones a las necesidades no educativas, sino políticas de cada sexenio.

Tiempo de lectura: 18 minutos

Pensar en el libro de texto gratuito remite, en una gran mayoría de mexicanos, a la pintura La Patria, de Jorge González Camarena, que fue la portada de muchos de los libros de educación básica. Este óleo fue la heráldica que constituyó, por años, el pensamiento educativo nacional, que se componía de los lábaros patrios, representados por la bandera, la presencia de la agricultura, vista mediante un conjunto de frutas y verduras, así como la cultura, que recae en la imagen de un libro en la mano izquierda de la mujer ataviada de blanco. Éste fue uno de los sellos iconográficos más representativos en la historia de la educación pública en México. 

Habría que remitirse al año de 1958, cuando el entonces presidente, Adolfo López Mateos, se fija la meta de planear la educación a largo plazo, por lo recurre al secretario de Educación Pública, Jaime Torres Bodet, dicha comisión. El poeta y traductor lanzó lo que se conoce como Plan Nacional para el Desarrollo y el Mejoramiento de la Enseñanza Primaria (Plan de Once Años), el cual tenía como esencial objetivo impartir educación gratuita y obligatoria. Bajo esta administración se reformularon los planes y programas para dar nacimiento a la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos (Conaliteg), bajo Decreto presidencial, el 12 de febrero de 1959, y cuyo primer director fue Martín Luis Guzmán, quien ocuparía el cargo hasta 1976. 

Para 1980, el control de editar y producir los contenidos recayó en la Secretaría de Educación Pública, mediante sus diversas subsecretarías, por lo que al Conaliteg sólo le correspondería la producción y distribución de los Libros de Texto Gratuito (LTG). Para el año de 1994, la Dirección General de Materiales y Métodos Educativos, dependencia de la Subsecretaría de Educación Básica, se encargó de los proyectos en torno a los LTG. 

Actualmente, es la misma Subsecretaría de Educación Básica, cuyo engranaje lo componen Materiales Educativos, Desarrollo Curricular, Desarrollo de Gestión Educativa y Enfoque Territorial, Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe y Formación Continua Actualización y Desarrollo Profesional, la encargada de todo el proyecto de LTG. 

En charla con Este País, María de Ibarrola, doctora en Ciencias con la especialidad de Investigaciones Educativas; David Block, doctor en Ciencias con  especialidad de Investigaciones Educativas; Lorenza Villa, doctora en Sociología y Ciencias Sociales; la diseñadora Magali Gallegos, quien ha participado en el diseño de LTG, así como una exfuncionaria de la Dirección de Materiales Educativos de la administración anterior a la actual, quien pidió mantener el anonimato, quienes dan su opinión sobre la educación y los LTG.  

Los LTG y sus facetas y colores

Los cambios en la imagen y contenido de los materiales educativos van desde el diseño de la imagen de los libros como sus adecuaciones en el campo pedagógico. Dentro de su diversidad, tanto por las disciplinas como por el enfoque, los LTG se han reorientados hacia múltiples derroteros. Para la doctora María de Ibarrola, quien tiene especialidad en Investigación Educativa y es investigadora de la Comisión de Nuevos Métodos de Enseñanza por la Universidad Nacional Autónoma de México aśi como presidenta del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, los libros siempre han presentado cambios controvertidos.   

“La mayoría de los libros que se utilizan ahora vienen de la última generación que se hizo en 2014. Una aportación educativa y pedagógica muy importante que ha tenido el Estado desde entonces es implementar en el aula todos los principios de educación pública, laica, nacional. La facultad de elaborar planes y programas, así como libros de texto, recae en el ejecutivo federal, desde 1993, es el que tiene facultad para elaborar planes y programas de toda la educación básica, o sea de la Dirección de Materiales Educativos.”

“Yo había pensado ponerle otros requisitos al libro de texto que para mí es lo que está en juego, y es esta necesidad de hacer congruente con cada disciplina, ya se el conocimiento matemático o de ciencias, lo que te dice el enfoque pedagógico y lo que te dice toda la didáctica, es decir, saber cómo le enseñas a un niño, en qué momento de su vida se lo enseñas, el aspecto pedagógico del maestro, pero el otro es la unidad que debe tener el libro al interior. No es una lista de unidades didácticas, no es una lista de reactivos, sino que es una congruencia que debe de tener el libro y además secuencia entre elecciones a los largo del año, así como secuencia a lo largo de grados. Yo estoy segura que en la enseñanza del maestro está la concepción del niño”, afirma. 

Sobre los cambios que han tenido los libros, han pasado de incluir en la portada a héroes nacionales hasta imágenes mucho más artísticas, cambios de color, dejar las ilustraciones para volver a las fotografías. Aquí, expongo algunas características de los LTG desde la generación de 1960 hasta la de 2020, incluidos en el Catálogo de Conaliteg.

Para este ciclo escolar, Secretaría de Educación Pública, a través de la Dirección General de Materiales Educativos y la Estrategia Nacional de Lectura lanzó una convocatoria donde invitan a docentes normalistas, investigadoras e investigadores de las universidades públicas y privadas, Becarias y becarios Conacyt de posgrado, Consejos Técnicos Escolares, Maestras/maestros, bibliotecarias/bibliotecarios, directivos y comunidades educativas de las escuelas públicas y privadas de educación básica, Cronistas, maestras y maestros jubilados a realizar LTG, en las siguientes categorías: 

Tercer grado. Español y Ciencias Naturales

Cuarto grado. Español, Ciencias Naturales Historia, Historia, Cuaderno de Aprendizaje, Geografía y Atlas de Geografía de México

Quinto grado.  Ciencias Naturales, Historia, Historia. Cuaderno de aprendizaje, Geografía y Atlas de Geografía del mundo. 

Sexto grado. Ciencias Naturales, Historia, Historia. Cuaderno de Aprendizaje, Geografía y Cuaderno de Actividades, Geografía.

Para la doctora De Ibarrola, la convocatoria es muy confusa “porque habla de rediseñar los libros de texto, pero después menciona materiales didácticos, incluso reactivos educativos. A mí me parece que la participación de los maestros es fundamental, tiene toda la capacidad para ellos, pero no veo claro cómo se va a sacar la unidad del libro. Se les pide a los maestros que se organicen en doce grupos, se les va a dar la idea de la nueva escuela mexicana, que tampoco está muy claro cuál es esa escuela, se les pide que sus materiales sean totalmente originales, o sea, que se sospechaba que podían acudir a otros libros de texto, y que va a ver evaluaciones doble ciego (que consiste en que dos expertos en la materia evalúan un mismo trabajo), de los materiales y los reactivos, además, en tres meses o antes, ahí es donde a mí me entra la duda”, afirma. 

Historia, la piedra angular de cada sexenio

La evolución de la LTG responde, irremediablemente, al gobierno que ocupe la Presidencia, sin embargo, un leitmotiv en cada sexenio es el libro de Historia, el cual genera especial interés no sólo de orden educativo, sino también político. Lorenza Villa es muy certera en decir que el Libro de Historia es una piedra angular, pues desde siempre ha habido adoctrinamiento. 

“Debido a que no había un libro que se llamara Libro de Historia de México, se declaró, si no mal recuerdo, en el Ciclo Escolar 92-93, como el año de la Historia, y se mandó a hacer a (Enrique) Florescano, a (Héctor) Aguilar Camín, a don Luis González y González, es decir, a historiadores muy importantes del país, quienes se reunieron para hacer esos libros, los cuales cuando salieron otra vez hubo una reacción muy fuerte, no sólo ante quienes los hicieron por el alto costo, sino porque también tenía una visión de la Historia, y obviamente plasmaron en su visión. 

Ahora dicen que López Obrador quiere hacer los libros porque quiere aparecer él, como quiso aparecer Salinas, pero que le pusieron tache, es decir hasta dónde llega la historia y qué van a decir del momento actual, eso es muy importante, entonces supongo que estos libros si quieren hablar del momento actual porque el gobierno lo presenta como un cambio de régimen, con todo lo que implica, pero eso no lo sabremos sino hasta que los conozcamos. Siempre hay una especie de tabú a presentar lo que está ocurriendo en la actualidad y más aún si es tan problemático”, afirma Villa Lever.

A decir de la exfuncionaria de la dependencia encargada de realizar los libros de texto, nunca ha existido un libro neutro. “Con los libros de Historia se desea plantear una ideología para tener una hegemonía. No concuerdo que los libros de textos habían sido neutros. Se sabía que desde que llegó el gobierno estaba cambiando los libros de Historia, pero no estábamos participando ni desarrollo curricular ni la Dirección de materiales, se sabía que el gobierno ya había hecho una investigación, había avanzado en una propuesta, en un programa de estudios. 

El propio Presidente confirmó que llevaba tiempo trabajando, pero no con la SEP ni con las áreas responsables que deberían tener ese trabajo a su cargo. Para mí, van a cambiar los libros de Historia, seguramente ya los tienen, como sea que estén, dicho por el Presidente, por lo tanto, lo que hagan los maestros y a quienes han convocado no importa, es un mecanismo legitimador”, asegura.

La elaboración de los LTG

Crear materiales educativos implica, obligatoriamente, un trabajo en conjunto entre las instituciones, los especialistas, docentes, editores, diseñadores, entre muchos otros. Su elaboración lleva consigo tiempo, dinero y esfuerzo, una terna que no siempre se triangula a la perfección. 

Como ejemplo, basta observar el comunicado que la Secretaría de Educación Pública, donde aseguró que el rediseño de los Libros de Texto Gratuitos se haría de manera gradual para el Ciclo Escolar 2021-2022, siguiendo el siguiente cronograma: 

“Etapa 1. Selección y conformación de los grupos de trabajo de los diseñadores de materiales didácticos, para participar en el rediseño de los primeros 16 Libros de Texto Gratuitos, se registraron 2 mil 650 participantes, de los cuales 250 son pasantes, mil 32 tienen licenciatura, mil 82 tienen estudio de maestría, 283 tienen estudios de doctorado y 3 con estudios postdoctorales. De éstos, 2 mil 365 cumplieron con las características del perfil para continuar en el proceso de capacitación de los grupos de diseñadores que se llevó a cabo del 22 al 26 de marzo. 

Etapa 2. Posterior a la capacitación de los grupos de diseñadores, y mediante un examen de diagnóstico y final, fueron seleccionados mil 882 participantes, por lo que, al 5 de abril de este año, entregaron mil 92 materiales didácticos entre secuencias didácticas, proyectos u otras modalidades de trabajo. Etapa 3. Evaluación de los materiales didácticos generados por los diseñadores, se revisan los materiales educativos recibidos, de los cuales, se eligen a los 234 de mayor calidad didáctica, disciplinar y pertinencia. En la convocatoria de este año se registraron 690 participantes para la revisión de los trabajos, de los cuales, se seleccionaron 684. Posteriormente, y luego de una capacitación correlacionada con la segunda etapa, junto con un examen inicial y final, se logró coordinar a 516 participantes, los cuales evaluarán los mil 92 materiales educativos. 

Etapa 4. Edición de los materiales didácticos generados por los diseñadores y con resultado de la evaluación favorable, se conforman grupos de trabajo integrados por especialistas de las Direcciones Generales de Educación Indígena, Intercultural y Bilingüe; de Diseño Curricular, y de Materiales Educativos. Además de especialistas de las Escuelas Normales; Tecnológicas, y de la Universidad Pedagógica Nacional, con la intención de establecer la ruta de ajuste a las observaciones solicitadas por los evaluadores. En esta etapa se genera el borrador final de los 234 materiales didácticos.

Etapa 5. Convocatoria, selección y capacitación de los Creadores visuales, se convoca y selecciona a la comunidad de creadores visuales para ilustrar el Rediseño de los Libros de Texto Gratuitos de Primaria, y se incorporan las creaciones visuales en los 234 materiales didácticos, con las ilustraciones respectivas. 

Etapa 6. Maquetación de los Libros de Texto, se vinculan los materiales didácticos y las creaciones visuales con un diseño de maquetación acorde a la propuesta requerida; se realiza la maquetación de los 16 Libros de Texto Gratuitos propuestos en las convocatorias.”

Como lo apunta esta convocatoria, existe un diálogo fundamental entre profesores, especialistas y pedagogos para poner a prueba los materiales educativos. A decir del doctor David Block, quien ha sido coautor de libros para alumnos de primaria y de secundaria, así como para maestros, entre los cuales se cuentan algunos de los Libros de Texto Gratuitos de Matemáticas que edita la SEP y la obra La enseñanza de las Matemáticas en la escuela primaria. Taller para maestros, es fundamental el trabajo entre profesores y especialistas 

“Llevo más de 20 años participando en esta talacha, tanto como autor de libros de textos como asesor de la gente que hace los libros de texto y como revisor, y encuentro dos grandes complicaciones:

a) la incorporación de los avances de la didáctica en las disciplinas cada que se hace una reforma, es decir, cómo van cambiando las concepciones en el estatuto de diferentes conocimientos. En el caso que yo trabajo, matemáticas, los cambios son impresionantes, desde la época en la pensábamos que lo importante era aprenderse las fórmulas de memoria y aplicarlas hasta los cambios del momento actual, en los que se le da mucha más importancia a la construcción de significados y a la resolución de problemas. Yo había apuntado un ejemplo muy ilustrativo: el de las operaciones aritméticas. En alguna época lo importante era hacer cuentas precisas y con rapidez, utilizando las técnicas y algoritmos, pero bueno, hoy hay calculadoras accesibles, de manera que el desarrollo de esa destreza ya perdió importancia. Digamos que ahora le ponemos más importancia a la cuestión de significados, ahora ya no importa si divides rápidamente, sino que sepas cuándo hay que dividir, en qué casos hay que dividir, entonces eso implica una complicación particular, implica una serie de acercamientos para llevar a los niños a comprender eso. Bueno, se trata de ir actualizando los libros de texto conforme el conocimiento didáctico va avanzando, y esa es una tarea compleja.

b). La otra es pensar en el maestro, pues él o ella es quien ejecuta la orquesta, e interpreta el libro y le da valor en el salón de clase. Entonces, el libro debe ser una herramienta accesible que dialogue bien con el maestro, y eso tiene mucha complejidad: cómo lograr que el profesor vaya incorporando poco a poco las innovaciones, las comprenda, cómo lograr que se adapte el libro a su práctica, digamos, cómo lograr conciliar lo viejo con lo nuevo. Francamente, no puedes cambiar todo de la noche a la mañana, esas son dos de las tareas más complicadas de los libros, Dentro de la segunda, la de lograr la comunicación con el maestro, ahí la participación de los maestros debe ser muy importante”, reconoce el doctor Block.

Por su parte, la ex funcionaria reconoce que hacer LTG es una labor que, ante todo, requiere tiempo, pues edificar una serie de libros no se debe hacer al vapor. 

“Lo primero que diría es que el libro comienza con un análisis de lo que te piden los programas de estudio.  En el caso de un libro de texto tienes que hacer una transposición didáctica, que es articular todos esos elementos de planes y programas, y se pone en juego armar y pensar qué tienen que aprender primero los alumnos, qué deben aprender después, cómo es que tiene que hacerlo, con qué ejemplos, qué significa cada uno de los aprendizajes esperados y cómo hacer que los comprendan, cómo haces el libro para cada diferente grado escolar. Además, hacer lo que se conoce como Trayecto formativo, articulando todos esos elementos, eso lo traduces en un Plan de Obra, una Dosificación didáctica, es decir, a qué le tengo que dar más páginas y más ejemplos y por último se hace una unidad modelo, en la que se plasma, en blanco y negro, cómo serían tus lecciones.” 

“En todos los equipos de autores hay especialistas en la disciplina, especialistas en la didáctica de la disciplina, que es otro campo, es cómo se enseña, y siempre se han incluidos maestros. En los equipos de revisores ocurre algo similar, hay especialistas en la disciplina, en la didáctica de la disciplina y maestros. Los maestros son los especialistas en la didáctica y los que mejores resultados dan. Se comienza con este trabajo, que es el paquete autoral, el cual se entrega a los autores y se discute con ellos, con los revisores, ahí se hacen modificaciones a las unidades modelo, y todos quedan de acuerdo que el libro queda. Después, comienza el proceso de revisión, tanto por la secretaría como por los equipos revisores, entran iconógrafos con tratados ex profeso, quienes hacen un análisis de las ilustraciones e imágenes que contiene el libro, se hace ese trabajo de generación de contenido. En el caso de la secretaría, el proceso de edición está dividido, pues la edición tiene que ver más con editores, formadores y correctores de estilo, entonces se hace ese trabajo en conjunto entre el área editorial y de contenidos, todo va y viene con los revisores técnicos y con autores, se vuelve a revisar, ya con todos los elementos contenidos, y al final se dice esta es, y se van integrando las distintas secuencias y partes del libro hasta su conclusión”, afirma.

Las reformas a los LTG, su evolución y diferencias 

A lo largo de su historia, los LTG han tenido diversas modificaciones, casi todas ellas responden a las reformas educativas emprendidas por sendos gobiernos. A decir de la doctora Lorenza Villa Lever, autora de libros como Cincuenta años de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana, y La construcción de oportunidades educativas en contextos de desigualdad, los materiales educativos siempre han presentado transformaciones. 

“Los libros texto siempre ofrecen una visión del mundo. Si nos vamos desde López Mateos y hasta los últimos libros reformados, vamos a ver que en todos hubo una disputa por ver quién decía qué y quién tenía el derecho a decirlo. Con López Mateos la gran pugna era que el Estados no tenía derecho a hacer los libros. Para 1973, con Luis Echeverría Álvarez se hace una reforma muy grande a los LTG, y en ese momento era un hecho que era el Estado el que hacía los libros, quien  los producía. En ese momento lo que más se debatía era `qué dicen los libros, cuáles son los mensajes que envían`, y a esos libros se les tachó de que eran comunisantes o socializantes.

Hubo otra gran reforma en el 93, cuando Carlos Salinas de Gortari propuso un gobierno neoliberal. Esos libros, que duraron hasta que llegó Felipe Calderón y hasta 2009, aproximadamente, tuvieron la oportunidad de irlos corrigiendo y mejorando y esos eran unos excelentes libros, que luego, no sé por qué, llega un nuevo gobierno, además de otro color, panista, después de tanto PRI, presenta una propuesta de reforma a través de la cual se modificaron algunos libros, no todos, pero los libros que se modificaron se hicieron así, al vapor, y fueron criticadísimos, recuerdo que aquella vez el plazo para elaborarlos fue de tres meses”. 

Posteriormente, en 2008, bajo el mandato de Felipe Calderón se orquestó la Alianza por la Calidad de la Educación, cuyos ejes y objetivos eran los siguientes: 

Posteriormente, en el gobierno de Enrique Peña Nieto se urgió a transformar la educación y por ello se planteó una nueva reforma educativa. A decir del propio presidente: “mi Gobierno y las principales fuerzas políticas del país decidimos poner fin a una serie de prácticas que beneficiaban a una minoría, en detrimento de la calidad de la educación que recibían las niñas, los niños y los jóvenes de México. Nos negamos a ser cómplices de quienes habían distorsionado o usurpado las funciones de las autoridades educativas. Por eso, nuestra primera tarea consistió en recuperar la rectoría del Estado sobre la educación (…) para apoyar este proceso, durante el Ciclo Escolar 2018-2019 entrarán en vigor los nuevos Libros de Texto Gratuito. Hemos iniciado ya la distribución de casi 200 millones de ejemplares con contenido renovado, y estos materiales llegarán a más de 26 millones de alumnos y un millón y medio de maestros”, reconoció el entonces titular. 

En el actual gobierno, la pugna más importante se dio iniciando 2021, bajo el mandato de Marx Arriaga, quien solicitó, a causa de la veda electoral, la colaboración para realizar los libros de texto, pero sin recibir pago. 

Marx Arriaga, entre el salario y la vocación

Si en algo coinciden los doctores y la exfuncionaria de la Dirección de Materiales Educativos es que no era necesario hacer nuevos libros, pues las condiciones de la Pandemia no eran las adecuadas para comenzar una discusión tan amplia como lo es la de elaborar los LTG.  Teniendo conocimiento del proceso, la exfuncionaria deja claro cuáles son sus ideas del por qué se solicitó una colaboración sin pago para estos materiales educativos, y reconoce que sí existían libros que se debían cambiar eran los de matemáticas. Asimismo, el doctor Block asegura que no comprende por qué no se hicieron cambios a esta disciplina. 

“Yo creo que hay que hacerse varias preguntas en torno a ese tema y no necesariamente se están haciendo. En el tema educativo, inexplicablemente no viene ninguno de matemáticas, y si había algún libro que se debía modificar, era precisamente ese, por qué lo digo, porque los libros que hay actualmente se llaman Desafío matemáticos, lo cuales no fueron concebido como libros de texto, sino como un cuaderno de trabajo, y se hicieron así porque en teoría iba a salir el plan y programa de estudio, iba a ver una primera versión, ya con discusión, pero se fue cambiando de fecha.  Entonces, por qué sacar una convocatoria, básicamente, para libros de Historia, Geografía, Ciencias Naturales y Español. Entonces, la pregunta es, por qué esos libros, por qué no otro, y te voy a decir algo que le dijo Marx Arriaga a su equipo, `si el experimento no sale, nos vamos a reimpresiones’”. 

En cuanto a la polémica propuesta de trabajar sin pago, afirma: El propio Marx ha dicho que no es un problema de presupuesto, sino de la veda electoral, y si lo sumamos al hecho de que se pergeña la idea de ir a reimpresión, y si él mismo ha dicho que se comenzó a trabajar desde febrero en los libros y el presidente dice que ya se llevan un año trabajando, y por cierto, no con la SEP, pues la convocatoria la firma La Estrategia Nacional de Lectura y la Dirección General de Materiales Educativos, cuando la estrategia nacional no tendría nada que ver ahí, pero la lleva la Coordinación de la Memoria Histórica y Cultural de México, o sea Beatriz Gutiérrez. Si se suman los puntos, lo que pasa es que no se quiere pagar porque en el fondo se van a ir muchos libros a reimpresión y lo que no quieren es incurrir en daño patrimonial porque si yo pago algo (como ilustrador, como editor, como lo que sea) y no lo utilizo, porque además tiene que estar este año, la autoridad fiscalizadora te finca una responsabilidad de daño patrimonial y eso sería de millones”, afirma.

El proceso también es maravilloso

Realizar LTG no es todo polémica y política, sino también trabajo y edificación de saberes. El doctor David Block no cuenta su experiencia en un proceso que fue extraordinario.

“En las experiencias en las yo he participado, las condiciones que hay para hacer los libros nunca son las idóneas, las que uno quisiera, a veces son regulares, otras muy malas, casi siempre en cuestión de tiempo, y de eso dependen muchas posibilidades, por ejemplo, de cuánta oportunidad tienes para interactuar con los profesores, de poner a prueba los materiales con ellos, de recibir sus opiniones.”

“Una experiencia en la que participé que fue ejemplar en ese sentido fue la elaboración de los libros Dialogar y descubrir, que fueron libros que se hicieron para la escuela multigrado, que atiende el Conafe, a finales de los ochenta y noventa, para mí ese es el modelo ideal, pues se hicieron a lo largo de un año. Hubo una fase, primera, de ir a las escuelas a charlar con los instructores para ver problemas y necesidades, observar con ellos; después, una fase de diseño, posteriormente se estuvieron probando los materiales con ellos, una y otra vez, con los niños, por supuesto, pues una práctica que tenemos con ellos de por sí en nuestra investigación y con ellos en el sentido de pedir que leyeran una lección, que compartieran, que nos dijeran que entendieron con esa lectura, que propusieran, que nos dijeran por qué la vieron dificil , muchas cosas más. Ese fue un proceso largo, y nos ayudó a tener este elemento de comunicabilidad con el maestro, eso sería lo idea que se debería hacer siempre, pero no sucede así siempre”, confiesa.

Por su parte, la diseñadora Magali Gallegos, quien ha trabajado en el diseño de los LTG de Geografía, la corrección de varios libros de Español y Matemáticas, reconoce que cada libro tiene sus desafíos. 

“Para poder diseñar un libro o cualquier material gráfico, primero tienes que conocer a tu público final, en este caso conocer para qué edades se está diseñando, a la primaria la dividen en: primaria baja niños de primer grado a tercer grado y primaria alta, niños de cuarto grado a sexto grado, no es lo mismo hacer un libro para niños de 6 años que apenas están aprendiendo a leer; que no reconocen fácilmente los caracteres de texto. Se tienen que hacer muchas pruebas, pensar en los márgenes, el tipo de encuadernación y hasta la manera en que van a ser impresos, todo esto influye en el diseño editorial, en la manera en la que se van a trabajar las imágenes, si pueden estar saturadas de color o no. El diseño se trabaja una vez que ya se tiene por lo menos una lección escrita, por parte de los autores, para hacer una unidad modelo que sirva de máster para formar las siguientes unidades. Esta unidad modelo se revisa exhaustivamente; se trabaja junto con el editor a cargo, que es quien tiene el contacto con los autores y saber qué tipo de ejercicios o lecturas podrán incluir más adelante y las necesidades que va a tener el libro a lo largo de las demás unidades, llámese exámenes, lecturas, experimentos, cada sección tiene un diseño muy específico. No es lo mismo diseñar un libro de Matemáticas que un libro de Geografía o Español, cada libro tiene necesidades muy particulares. La unidad modelo también la revisa, el coordinador de diseño, que va dando aportes y retroalimentación con base en su experiencia, los tres, el coordinador de diseño, el editor y el diseñador editorial a cargo, trabajan de la mano en este proceso el cual puede tener hasta 5 o más vueltas de corrección, el tiempo que puede llevar terminar el máster es hasta de mes y medio.”

“Ya que está aprobada la unidad modelo, empieza la formación de todo el libro de texto, aquí pueden estar hasta dos diseñadores editoriales involucrados, depende mucho de las fechas de entrega y si los textos están completamente escritos y revisados. Un solo diseñador editorial puede formar un libro de texto con tiempo. Muchas veces se trabaja una unidad en lo que escriben, corrigen y revisan la siguiente. El proceso de formación lleva varias etapas de trabajo, tenemos la primera formación, es que el vaciado de texto, es decir, se coloca en el lugar que le corresponde, pero dejando los espacios para meter ilustraciones, fotografías, mapas, infografías. Esta primera formación se envía a varios departamentos, tenemos a iconografía, que se encarga de buscar las fotos que piden los autores para enriquecer los textos de ser necesario consigue fotógrafos para cumplir con lo que se solicita, también se hace la petición de ilustraciones, esta formación se envía a los ilustradores para que ellos sepan que piden los autores, qué espacio tienen asignado para la ilustración y ellos comienzan a bocetar. Se envía al departamento de edición, para que revisen los textos, ellos marcan correcciones al texto que posteriormente el diseñador editorial tendrá que aplicar a la formación.”

“La siguiente etapa es la colocación de fotografías aprobadas, colocación de bocetos de ilustración, colocación de mapas, infografías, aplicar correcciones de texto, una vez terminado se envía nuevamente a edición y corrección, ellos revisarán que las fotos cumplan con las necesidades del texto, así como los bocetos de ilustración de ser necesario se regresarán a corregir los bocetos a los ilustradores, en algunos casos se pedirán hacer nuevamente hasta que cumplan lo solicitado, nuevamente se marcarán correcciones al texto, y el diseñador tiene que aplicar todos estos cambios. Este proceso se puede repetir hasta cuatro o cinco veces, hasta que el texto esté limpio, durante este proceso las ilustraciones serán aprobadas y entregadas a color para su colocación en el libro. Ya que todo el libro está armado con fotos en alta resolución, ilustraciones a todo color, se hace una impresión para revisión con editores y correctores, de ser necesario marcaran nuevas correcciones y el diseñador editorial tendrá que hacer los cambios; que en este caso, se espera que sean mínimos para aprobar el libro y poder enviarlo a la imprenta”, concluye.

A manera de conclusión

Elaborar materiales educativos representa un reto, sobre todo de organización. Las jornadas de trabajo entre profesores, especialistas y profesionales del diseño y edición deben ser una tarea esencial y obligada en este proceso de creación. Si bien es cierto que esta no es ni la primera ni la única  disputa entre la opinión pública y la dirigencia encargada de elaborar LTG, sí pone en el ojo de la crítica los procedimientos y los discursos. Queda para la reflexión dos asuntos primordiales, por qué empeñarse en lanzar, en medio de la pandemia, nuevos LTG y por qué no dejar pasar las elecciones de junio próximo para elaborar planes y programas y, entonces sí, comenzar a pensar en los materiales para las aulas. La deserción es otro tema que se deberá de pensar al momento de volver a clases presenciales y elaborar libros, pues, a decir de Coneval, en su más reciente estudios, la población de 6 a 14 años que no asiste a la escuela pasó de 3.5% a 6.1%.  

Los retos serán más. La pandemia ha dejado otras enseñanzas y aprendizajes, otros modelos de interacción, así como nuevas experiencias. La discusión deberá centrarse no tanto en la polémica política, sino más bien en las reformas educativas en pro de la educación. EP

Fuentes

  1. Villa, Lorenza, Cincuenta años de la Comisión Nacional de Libros de Texto Gratuitos: cambios y permanencias en la educación mexicana, Conaliteg, 2009. 
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