BECARIOS DE LA FUNDACIÓN PARA LAS LETRAS MEXICANAS: Entrevista

Con Maira Carolina Aguilar

Texto de 24/06/19

Con Maira Carolina Aguilar

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Una mujer carga dioses bajo el brazo,

pasaportes y actas de nacimiento,


lo necesario para no volver

al lugar donde adiós cabe en un bolso

pero ya no en la memoria.

Sus ojos llevan el nombre

de quien la trajo hasta aquí:

Javier Alexander Caballero.

En Honduras tenemos derecho

 a dos nombres y dos apellidos, yo llamo compañero


a aquel que me acompaña.

Brilla en sus ojos

amarillo miel


aún más miel por la sal,

aún más amarillos son

los de mi hermana

 nuestro padre era francés.

Si hay un Dios


es porque cabe en un bolso,


el que antes usaba los domingos.


No se separan de su abrazo


los papeles,


ni los hombres que la acompañan.

Cuando caí con fiebre


me regaló una cobija,


desde entonces me sigue a todas partes,

dice que soy su madre.

Junto a ellos también van los muertos

y una que otra monja


se arrodilla en la carretera


para pedir a Dios un aventón.

De carro en carro hasta Tijuana

lo demás a pie.

Vamos unos sobre otros,

 cuchicheados en las piernas,

 dormimos en círculo


para proteger a las niñas.

El pavimento guarda el dolor del mundo,

hierve hasta cubrir sus hombros.

Mi piel era más blanca


se ha ido quemando en el camino.

¿Cómo murió tu esposo?

Los Mara, me dijo,


su recuerdo
me sigue a todas partes,

 en círculo

para proteger a las niñas,

 compañero,


aquel que me acompaña. EP

DOPSA, S.A. DE C.V