Observatorio Internacional | 50 años de Los Límites del Crecimiento

En este texto, Susana Chacón aborda la importancia de Los Límites del Crecimiento a 50 años de su publicación y destaca su vigencia y actualidad.

Texto de 10/08/22

En este texto, Susana Chacón aborda la importancia de Los Límites del Crecimiento a 50 años de su publicación y destaca su vigencia y actualidad.

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En medio de las graves consecuencias que se viven a nivel global por el cambio climático, 2022 es el año en que Los Límites del Crecimiento cumple 50 años y su propuesta es totalmente vigente y actual.

El Club de Roma fue fundado por Aurelio Peccei y Alexander King en 1968. Aurelio Peccei —italiano gerente de Fiat y presidente de Olivetti— y King —científico escocés— se reunieron a partir de ese momento con el fin de pensar el futuro. Esto debido a su preocupación por lo que veían como las consecuencias de una industrialización sin freno, que ocasionaría daños ambientales y atmosféricos, así como humanos. Invitaron a cien personalidades, empresarios, científicos, diplomáticos y políticos de todo el mundo, y en una reunión en julio de 1970, en Berna, se dieron a la tarea de investigar lo que vendría, mediante el conocimiento científico, en un estudio coordinado por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Consiguieron un fuerte financiamiento de Volkswagen, que apoyó también con las mejores computadoras del momento. Jay Forester, miembro del Club de Roma y entonces director de la escuela Sloan de Administración del MIT, con su metodología de dinámica de sistemas, coordinó un grupo de científicos jóvenes, como Donatella Medows, Dennis Medows y Jörgen Randers, entre otros. 

De manera innovadora y transversal, se proyectaron doce escenarios de posible futuro a partir de 1972. Se dedicaron a interrelacionar las siguiente variables: crecimiento de la población mundial; disponibilidad y uso de los recursos no renovables; el crecimiento del capital y la producción industrial; la producción de alimentos y el consumo de fertilizantes y, finalmente, la extensión de la contaminación ambiental y el incremento de dióxido de carbono en la atmósfera. Por primera vez se hacía una simulación matemática de la naturaleza y de la economía global, con una visión holística y con otros valores éticos. El resultado del estudio fue contundente: un indiscriminado crecimiento económico acabaría con los recursos no renovables y crearía una crisis ambiental en el siglo XXI. El uso de energéticos fósiles y el excesivo uso de energéticos ocasionarían daños en alimentación, agua, calentamiento global y catástrofes, como enfermedades, inundaciones, terremotos y sequías. La población mundial se vería cada vez más expuesta a problemas de pobreza, desigualdad y bajos niveles de educación. Hoy es lo que el mundo justamente está viviendo.

“Por primera vez se hacía una simulación matemática de la naturaleza y de la economía global, con una visión holística y con otros valores éticos”.

El informe Los Límites del Crecimiento advertía sobre la urgencia y necesidad de cambiar hábitos de consumo y de producción con el fin de reducir los daños que vendrían. Cincuenta años atrás, el Club de Roma visualizó lo que hoy estamos viviendo. En un primer momento, el informe fue bien recibido: se tradujo a 30 idiomas y se editaron más de 10 millones de copias.

En 1972, Naciones Unidas convocó la primera cumbre en Estocolmo, sobre Medio Ambiente Humano. El tema comenzó a crear una conciencia diferente en diversos grupos de la población mundial. No obstante, en la década de los 80 esto tuvo un giro opuesto.  El mensaje de la obra fue acusado de catastrofista, particularmente por las grandes petroleras que no tenían ninguna intención de reducir la explotación de energéticos fósiles como el petróleo, combustóleo y carbón. Criticaban el estudio argumentando de que la tecnología resolvería los problemas ambientales y que el desarrollo de la energía nuclear produciría energía limpia y más barata. Esto no sucedió y el mensaje de Aurelio Peccei y Alexander King hoy está más vigente que nunca.

Reuniones como la Cumbre de Río de 1992 o la Cumbre de París de 2015, donde internacionalmente se busca reducir los gases de efecto invernadero y de calentamiento global, y los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, con su Agenda 2030, nos dicen que el mensaje del Club de Roma está presente actualmente. 

Cincuenta años después, el Club de Roma publica un nuevo libro: Limits and Beyond, coordinado por dos de sus miembros, Ugo Bardi —italiano— y Carlos Álvarez Pereira —español—, en el que se reflexiona sobre las ventajas del modelo utilizado en 1972 y se llega a las siguientes conclusiones:

A. El crecimiento económico y el uso de los recursos físicos está totalmente vinculado por lo que el desacoplamiento no es posible.

B. Los escenarios propuestos en Los Límites del Crecimiento son actuales. 

C. No se ha logrado reducir el uso de recursos indiscriminadamente, por lo que el caos continuará durante las próximas décadas.

Además, hacen algunas proyecciones hacia el 2050 en las que prevalece una falta de comunicación entre los intereses de los líderes económicos y políticos frente a las necesidades de la población mundial. Como hasta ahora y desde 1972, no se logrará reducir el crecimiento haciendo un mejor uso de los recursos. Pareciera que el lenguaje de energías limpias y energías verdes, instaurados por los gobiernos y las empresas, no ha dado los resultados esperados. En muchos casos se convierten en una pantalla para seguir haciendo “más de lo mismo” o el famoso “business as usual”. Los cambios son posibles, pero deben ser dirigidos. El tiempo de la pandemia, de  finales del 2019 hasta la fecha, nos hizo ver que cambios de hábitos y de consumo son posibles, pero esto no necesariamente favorece el crecimiento de las economías. De ahí que difícilmente se logre la sustentabilidad.

En México, el Club de Roma ha tenido un impacto importante. Desde la década de los 70, durante el sexenio de Luis Echeverría, en 1974, ocurrió la primera reunión del Club de Roma Internacional en Guanajuato. Víctor L. Urquidi, fundador del Club y gran economista, convenció al presidente Echeverría de introducir cambios en los porcentajes de crecimiento de la población. A partir de ese momento se fundó el Consejo Nacional de Población (CONAPO) con lo que se introdujeron cambios en las políticas públicas.

“El tiempo de la pandemia, de finales del 2019 hasta la fecha, nos hizo ver que cambios de hábitos y de consumo son posibles, pero esto no necesariamente favorece el crecimiento de las economías”.

En 1991, Urquidi fundó la Sección Mexicana del Club de Roma que se mantuvo muy activa hasta la década pasada. En 2014, la Sección Mexicana organizó y fue sede de la reunión anual del Club de Roma con la presencia de más de ochenta grandes personajes.

A nivel internacional, la participación de los mexicanos ha sido poca, pero no por ello menos importante. Recordemos que hasta la fecha se mantienen sólo cien miembros de todo el mundo. Fueron miembros internacionales Víctor L. Urquidi y Mauricio de Maria y Campos, quienes ya no están con nosotros, pero sus aportaciones fueron sustanciales para introducir la preocupación de Los Límites del Crecimiento en la discusión y el público mexicano. Actualmente, sólo dos mexicanos son miembros internacionales: Susana Chacón y Gerardo Gil Valdivia. En diferentes momentos, ambos han sido parte del Consejo Directivo Internacional teniendo aportaciones importantes en las propuestas del Club de Roma que como Grupo de Pensamiento, desde su fundación en 1968, ha buscado influir a quienes toman decisiones, tanto en empresas como en gobiernos y organismos internacionales. Hoy, más que nunca, debemos apoyar y promover los mensajes de Los Límites del Crecimiento. EP

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