Las 5-Cs de las buenas políticas migratorias

En este texto, Jorge A. Schiavon, miembro del grupo México en el Mundo, explica cuáles son las principales características de las buenas políticas migratorias a nivel internacional y en el sistema Meso-Norteamericano del cual es parte México.

Texto de 21/09/22

En este texto, Jorge A. Schiavon, miembro del grupo México en el Mundo, explica cuáles son las principales características de las buenas políticas migratorias a nivel internacional y en el sistema Meso-Norteamericano del cual es parte México.

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Según la Organización Mundial para las Migraciones (OIM) de las Naciones Unidas, en 2020 había aproximadamente 281 millones de migrantes internacionales a nivel global, más del doble de los 128 millones que eran en 1990. Esto significa que más del 3.6% de la población mundial es hoy en día una persona migrante. Sólo para el caso de México, se calcula que hay más de 38 millones de personas de origen mexicano viviendo en el exterior, aproximadamente 12 millones de ellas nacidas en México. Por esta razón, es fundamental preguntarse: ¿cuáles son las características de las mejores políticas migratorias a nivel internacional y en el sistema Meso-Norteamericano del cual es parte México? Conocer la respuesta a esta pregunta es esencial para poder formular y ejecutar políticas que promuevan que la migración sea crecientemente segura, ordenada y regular en beneficio de los migrantes y sus familias, así como para los países de origen, tránsito, destino y retorno.

Para evaluar la definición y puesta en marcha de las políticas nacionales y regionales en materia migratoria, tanto a nivel global y de manera particular en el sistema migratorio Meso-Norteamericano —que incluye América del Norte, el Triángulo Norte de América Central y el Caribe Occidental—, es necesario analizar la calidad de políticas migratorias existentes. Siendo así, ¿cuáles son las características de una buena política migratoria? Se argumentará que son cinco: coherencia, consistencia, coordinación, corresponsabilidad y cooperación; estas cinco características pueden ser denominadas las “5-Cs” de las buenas políticas migratorias, siendo este concepto una manera sencilla de recordarlas: todas empiezan con la letra “c”. Idealmente, toda política migratoria debería contar con estos cinco rasgos; entre más de ellos se observen y más consciente y profundamente se ejecuten, mayor será la probabilidad de que se propicie una migración ordenada, segura, regular y respetuosa de los derechos humanos; al contrario, entre menos de ellos sean aplicados, más la obstaculizarán.

La primera característica esencial de las buenas políticas migratorias es la “coherencia”. Esto significa que aquello que un Estado exige a los países de destino en términos de respeto a los derechos humanos, seguridad, estado de derecho y debido proceso en el trato y atención de sus nacionales en el exterior, también debe ser garantizado en los países de origen, tránsito y retorno para los migrantes extranjeros en sus territorios.

“Una situación migratoria irregular no justifica la cancelación o restricción de los derechos humanos y legales de las personas migrantes: estos derechos son intrínsecos a la condición humana y no dependen de la nacionalidad, raza, género, edad o demás características de los individuos, incluyendo su condición migratoria”.

La segunda buena característica es la “consistencia”. Esto significa que un Estado, en la aplicación soberana de sus leyes migratorias, al mismo tiempo, de manera obligatoria, debe respetar los derechos humanos y legales de las personas migrantes. En un estado de derecho, para que exista plena legalidad en el ejercicio y aplicación de la normatividad vigente, esta debe ser aplicada de manera consistente, es decir, sin privilegiar unas leyes sobre otras. Así, dado que las normas que protegen los derechos humanos y legales de las personas migrantes son parte del sistema jurídico de todos los Estados, estas deben ser estrictamente observadas en el momento de ejecutar la política migratoria. Una situación migratoria irregular no justifica la cancelación o restricción de los derechos humanos y legales de las personas migrantes: estos derechos son intrínsecos a la condición humana y no dependen de la nacionalidad, raza, género, edad o demás características de los individuos, incluyendo su condición migratoria.

La “coordinación” es la tercera característica de una buena política migratoria. Para un ejercicio efectivo de esta política debe existir estrecha coordinación entre las diferentes instancias burocráticas y administrativas responsables de su ejecución. Siendo así, dada la complejidad del fenómeno migratorio y las múltiples aristas de este, no sólo es necesario que se coordinen efectivamente las secretarías directamente responsables de la aplicación de las leyes migratorias de los gobiernos federales o centrales en los países de Meso-Norteamérica, como las Secretarías de Relaciones Exteriores —para los temas de emigración, protección y asistencia consular, y el componente internacional del retorno—, las Secretarías del Interior o Institutos de Migración —para los temas de inmigración, tránsito, asilo y refugio, integración y el componente nacional del retorno—, sino también con las secretarías encargadas de temas de salud, educación, trabajo y economía, entre otras, para atender las necesidades de las personas migrantes en estas áreas de política pública, al interior del país e internacionalmente.

Adicionalmente, es ampliamente recomendable que esta cooperación no sólo tenga lugar entre las instancias de los gobiernos federales o centrales, sino también con los gobiernos subnacionales, particularmente a nivel estatal y local. Dado que la migración ocurre en los territorios de los gobiernos subnacionales y que estos están crecientemente interesados en el bienestar de sus emigrantes, así como en la mejor administración del fenómeno migratorio a nivel local —buscando maximizar sus beneficios y minimizar sus costos—, es fundamental que se fortalezca la coordinación entre los diferentes órdenes de gobierno para tener una política migratoria más efectiva y eficaz.

“…los Estados que integran el sistema Meso-Norteamericano deben promover la cooperación entre países de origen, tránsito, destino y retorno, para propiciar una administración integral del fenómeno”. 

La cuarta característica es que las políticas migratorias estén basadas en la “corresponsabilidad”. Dado que el fenómeno migratorio en un sistema como el Meso-Norteamericano atañe e impacta a todos los países y actores relevantes que lo integran, todos los Estados deberían apropiarse de su responsabilidad compartida como países de origen, tránsito, destino y retorno. Si la migración existe en el sistema, es por los factores “expulsión” y “atracción” que se dan en todos los países de la región. Así, asumiendo la corresponsabilidad en el fenómeno migratorio se reducen los espacios de conflicto entre países, facilitando y promoviendo la cooperación en la materia.

Justamente, la “cooperación” es la quinta y última característica de una buena política migratoria. Para atender y administrar de mejor manera este fenómeno, los Estados que integran el sistema Meso-Norteamericano deben promover la cooperación entre países de origen, tránsito, destino y retorno, para propiciar una administración integral del fenómeno. Desde 1996, existe la Conferencia Regional sobre Migración (CRM) para promover la cooperación y coordinación en política migratoria a nivel regional, donde participan casi todos los Estados del sistema Meso-Norteamericano —con la excepción de Cuba, Haití y Jamaica, pero sumando a los países del Sur de Centroamérica: Costa Rica, Nicaragua y Panamá—. Sus objetivos son tener un foro para la discusión de temas migratorios regionales, así como el intercambio de información y experiencias, con el objetivo de alcanzar mayor coordinación y cooperación a nivel regional. Asimismo, promueve la protección de los derechos humanos de las personas migrantes y la creación de leyes migratorias más coherentes, buscando reforzar los vínculos entre migración y desarrollo.


“Conocer las características de las buenas políticas migratorias permite tener una mejor y más integral comprensión del fenómeno”.

Aun cuando en el seno de la CRM se ha promovido la cooperación regional en temas migratorios a través de proyectos de cooperación y asistencia, talleres de capacitación, estudios comparados de las leyes migratorias existentes en la región, propuestas de lineamientos regionales para atender fenómenos como la niñez migrante y la migración extra-regional, entre muchos otros, no se ha logrado la homologación de las políticas migratorias en el sistema, ni la generación de normatividad regional para administrar de manera conjunta y cooperativa el fenómeno migratorio. Esto se explica, en gran medida, por las diferencias en los intereses nacionales de los países predominantemente de inmigración o destino —como Canadá y Estados Unidos y, en menor medida, Costa Rica y Panamá— y aquellos de emigración u origen —el resto, aunque México paulatinamente se está transformando en un país donde los cinco componentes del fenómeno migratorio son relevantes: emigración, inmigración, tránsito, retorno y refugio—.

En suma, la sistematicidad en el análisis de la migración es esencial para entenderla cabalmente. Conocer las características de las buenas políticas migratorias permite tener una mejor y más integral comprensión del fenómeno. Esto permite su análisis y evaluación, siendo de utilidad para promover mejores políticas migratorias en beneficio de las personas migrantes y los ciudadanos de todos los países de la región y a nivel mundial. Siendo así, la aplicación de las “5-Cs” de las buenas políticas migratorias fomenta que la migración sea crecientemente segura, ordenada y regular a nivel internacional y regional. EP

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