Hacia un sistema de energía ambientalmente sostenible: 1. Las crisis del petróleo a partir de los años 70

En esta primera entrega, el Dr. José Luis Aburto toma como punto de partida las crisis petroleras de los años setenta para comenzar a reflexionar sobre el pasado y la actualidad del petróleo.

Texto de 09/06/22

En esta primera entrega, el Dr. José Luis Aburto toma como punto de partida las crisis petroleras de los años setenta para comenzar a reflexionar sobre el pasado y la actualidad del petróleo.

Tiempo de lectura: 12 minutos

La mente es como un paraguas, funciona mejor cuando está abierta.

— Walter Gropius

Antecedentes

Desde los años cincuenta y hasta mediados de los setenta,1 la ingeniería química predominaba en Pemex, fueron décadas de desarrollo y construcción de refinerías de petróleo y plantas petroquímicas. Siguiendo el modelo estadounidense2 el gas natural impulsó el desarrollo de la petroquímica de Pemex en el sureste. En contraste, en ese período, la política interna de exploración y producción de hidrocarburos estaba orientada a la autosuficiencia, sin un interés particular en el comercio exterior, en parte debido a que los cincuenta y sesenta fueron décadas de estabilidad de precios a nivel mundial, incluidos los de las materias primas. En ese tiempo, el mercado mundial del petróleo estuvo controlado por las grandes empresas internacionales privadas y su precio osciló entre 2 y 3 dólares por barril. Desde 1963, el petróleo ha sido la fuente principal de energía primaria,3 su demanda ha seguido creciendo hasta ahora4 y su participación en el porcentaje de la energía primaria mundial aumentó hasta 1999.5 

En 1970, inició un período de inestabilidad en la economía mundial. Los mercados de materias primas sufrieron desequilibrios y la inflación aumentó. En agosto de 1971 el gobierno de EUA suspendió la convertibilidad fija del dólar en oro u otras monedas e impuso controles internos de precios y salarios. Estas medidas trastornaron los tipos de cambio, varios países avanzados desvalorizaron sus monedas y utilizaron medidas fiscales y monetarias para sortear la crisis, impactando el comercio mundial. Los países en desarrollo, eminentemente exportadores de materias primas, sufrieron afectaciones económicas y financieras. 

México no fue ajeno a estos problemas. Tras doce años de desarrollo estabilizador, 1971 fue año de atonía al tiempo que inició un período prolongado de inflación creciente. El índice de precios al consumidor subió de 5% en 1970, a 12.1% en 1973 y 23.7% en 1974.6 Desde los años sesenta la pirámide demográfica ejerció fuertes presiones sobre el sistema educativo y la demanda de empleo no era satisfecha. El gobierno de Echeverría optó por aumentar el gasto público. Como porcentaje del PIB, el gasto subió de 26.8% en 1971 a 39.6% en 1976. Este incremento se explica en parte por la política de protección al empleo, incluyendo la compra de cualquier empresa privada que fuera a la quiebra. El gobierno adquirió hoteles, restaurantes, fábricas de bicicletas, en fin, negocios de cualquier giro de actividad económica. A lo largo del período 1970-1976, el crecimiento económico disminuyó y las finanzas públicas sufrieron un deterioro gradual que culminó con la devaluación del peso en septiembre de 1976,7 la primera desde 1954.   

La crisis petrolera de 1973

México era esencialmente autosuficiente en hidrocarburos, pero empezó a importar petróleo crudo en 1972; el 6% del consumo nacional en ese año, aumentó a 13% en 1973. El 6 de octubre de ese año estalló la guerra de Yom Kippur, los ejércitos de Egipto y Siria atacaron Israel el día de esa celebración judía. El 17 de octubre los países de la OPEP decretaron un embargo petrolero causando que su precio subiera de 3 a 12 dólares por barril en unos cuantos días. Fue la primera gran crisis mundial del petróleo.    

México, al igual que la mayoría de los países, no contaba con una autoridad formal en materia de energía. El presidente Echeverría se apoyaba en el ingeniero Fernando Hiriart, director general de Inversiones Públicas en la Secretaría de la Presidencia (SP), para que atendiera los problemas de energía que se iban presentando. 

Yo regresé a México en marzo de 1972 y me incorporé a la dirección general de Programación Económica y Social, en la misma SP. Las tareas principales las realizábamos en conjunto con la SHCP y una asesoría de la Presidencia. Sosteníamos reuniones semanales de la entonces Comisión Gasto Financiamiento para atender temas presupuestarios y de deuda pública. La organización del trabajo estaba sectorizada. Me correspondía participar en temas de transporte y urbanismo, no obstante, siendo ingeniero y economista, buscaba la intersección de ambas disciplinas, me atraían los sectores en los que la tecnología es de mayor relevancia. 

En octubre de 1973, el ingeniero Hiriart me pidió prestado para apoyarle con el tema del petróleo. La balanza de pagos era deficitaria, las divisas escaseaban y el país no podía hacer frente a las importaciones crecientes de un petróleo repentinamente muy caro. Por más de un mes tuvimos reuniones diarias con autoridades relacionadas con finanzas públicas y macroeconomía, con Pemex y con grupos de consumidores de petrolíferos, gas natural y electricidad, públicos y privados. Las opciones, no excluyentes, eran aumentar la producción de petróleo y reducir el consumo de petrolíferos. Contemplamos el posible racionamiento de la gasolina entre muchas otras opciones.                    

Al final, Pemex ofreció la solución, aceleró la perforación de pozos en campos en desarrollo que contaban con localizaciones determinadas para perforar e incrementó levemente la producción de petróleo, mitigando la crisis. Adicionalmente, Pemex reveló la existencia de reservas probadas significativas en los campos Cactus y Sitio Grande, en el sureste, con proyectos listos para ser desarrollados. Existía el reto de perforaciones más profundas que las acostumbradas, pero los campos estaban ubicados muy cerca de la infraestructura de transporte superficial disponible. Se asignaron los fondos, se perforaron los pozos y en el curso de 1974 empezaron a producir. Ese año, México importó solamente el 3% de su consumo aparente y para fines de 1975 hubo exportaciones incipientes de crudo.   

Superada la crisis, regresé a mi antigua oficina solamente para hacer entrega formal de los expedientes a mi cargo, incluida una investigación económica en colaboración con el Banco Mundial. Fernando Hiriart sería mi mentor durante el resto de su vida activa y muy querido amigo hasta su partida definitiva en 2005. Fue así como emprendí la aventura que ya casi alcanza cincuenta años, dedicados al fascinante mundo de la energía.

El petróleo en México: 1976-1988

En el período entre 1976 y 1982 se transformó la industria petrolera de México. Al 31 de diciembre de 1975 las reservas probadas de hidrocarburos totales eran 6.3 miles de millones de barriles. Un año después, al iniciar la nueva administración, casi se duplicaron alcanzando 11.2. En 1978, anunciaron 40.2 y para 1982 sumaban 72 miles de millones de barriles.8 La producción de petróleo pasó de 801 mil barriles diarios en 1976 a 2 millones 748 mil en 1982.9 En ningún año Pemex cumplió con la producción anunciada, sin embargo, los incrementos en los precios implicaron que las divisas del petróleo exportado superaron las expectativas. Al mismo tiempo, el endeudamiento público creció desmesuradamente. El país literalmente se fue de fiesta. Debido a que “el presidente que devalúa se devalúa”, el tipo de cambio permaneció fijo hasta bien avanzado 1981. En esos años resultaba más barato ir de vacaciones a California que a Acapulco. En septiembre de 1982 López Portillo nacionalizó la banca. 

Cuando de la Madrid inició su gobierno la deuda pública era excesiva, la inflación estaba desbordada. Las finanzas públicas, seriamente dañadas, siguieron empeorando debido, en parte, a que las condiciones externas fueron adversas, los precios del petróleo bajaron cada año hasta 1988. En julio de 1986 México se adhirió al Acuerdo General sobre Aranceles y Comercio, mejor conocido como GATT10 y emprendió un nuevo modelo de desarrollo abierto al comercio exterior. 

La secuela más nociva fue que las finanzas públicas se volvieron adictas a las divisas del petróleo, una dependencia difícil de erradicar. La extracción de las rentas del petróleo por parte de los gobiernos sucesivos condujo a la descapitalización gradual y continua de Pemex. Por otra parte, opino que la falta de salud de las finanzas públicas fue, y sigue siendo, uno de los obstáculos principales para que México reanude su senda de crecimiento económico robusto. 

El cambio tecnológico

Durante los años setenta y ochenta, el principio que guió la política de energía de los países avanzados fue la sustitución parcial del petróleo, con el fin de disminuir su sujeción a la OPEP. Para ello intensificaron la investigación y desarrollo de procesos de conversión profunda en las refinerías de petróleo. Esto se refiere a la transformación de los fondos de barril (las moléculas más pesadas del petróleo) en productos destilados intermedios tales como gasolina, diésel y turbosina. 

Los crudos de menor calidad, como el crudo Maya mexicano, se caracterizan por un alto contenido de impurezas, destacando el azufre y residuos de metales, y por la mayor proporción de moléculas pesadas. El diseño de las refinerías de conversión profunda incluyó innovaciones en materiales, consistentes en aleaciones de aceros inoxidables más resistentes para la fabricación de vasijas, recipientes, maquinaria, equipos y tuberías utilizados en el procesamiento y manejo del crudo pesado y los fondos de barril. Los crudos pesados se venden a precios más bajos por los mayores costos que implica su proceso, pero son más ricos en calorías. Al final, las refinerías de conversión profunda son más rentables que las convencionales, porque obtienen mejores mezclas de petrolíferos con valor superior en el mercado. El mayor diferencial entre el valor de los productos y el costo del insumo compensa con creces los costos más elevados de inversión y operación de las refinerías de conversión profunda.  

Gracias a los avances tecnológicos descritos, a nivel mundial se redujo sustancialmente la producción de combustóleo. A cambio, aumentó la producción de destilados ligeros para el transporte tanto terrestre, como aéreo y, en cierta medida, el marítimo. Como consecuencia, a partir de los años ochenta disminuyó significativamente el uso de petrolíferos pesados en los sectores eléctrico e industrial.

La primera transformación de los sistemas de energía

En enero de 1979, la caída del Sha de Irán condujo al desplome de la producción en ese país, y a una nueva crisis mundial de petróleo. Su precio pasó de 14 a 40 dólares por barril a lo largo del año. El petróleo caro y el papel creciente de la OPEP cambiaron para siempre a la industria del petróleo. 

En los años setenta y ochenta, grupos de científicos avanzaban en el estudio del fenómeno del cambio climático y la identificación de sus causas, pero aún no era una preocupación mundial. Por este motivo la solución rápida y generalizada para reducir el uso del petróleo fue reemplazar el combustóleo por carbón en centrales termoeléctricas y en procesos industriales. Adicionalmente se dio mayor impulso a la energía nuclear11 y, en algunos países, iniciaron los esfuerzos por desarrollar las energías eólica y solar. 

En 1990 solo tres países grandes, Japón, Italia y México, carentes de carbón, seguían utilizando combustóleo en grandes proporciones para generar electricidad. En México la demanda de electricidad crecía a tasas más elevadas que la demanda de transporte. A principios de 1991, Pemex le presentó a SEMIP12 un ambicioso programa para la construcción de refinerías convencionales, el cual se basaba en la noción de que el combustóleo seguiría siendo la base del desarrollo de la industria eléctrica. Sin embargo, para entonces la tecnología de ciclo combinado (combinación de ciclos Rankine a vapor y turbinas Brayton a gas) para generación eléctrica, con mayor eficiencia térmica, menores plazos de construcción y costos más bajos, había evolucionado y se desplegaba rápidamente en la industria eléctrica mundial, incluyendo la mexicana. La propuesta de Pemex fue descartada.

En México, la reconversión de refinerías para la destrucción de los fondos de barril inició hacia 1996 y aún no termina. La administración de Peña Nieto dejó inconclusa la coquizadora de Tula, mientras que la actual tardó cerca de tres años en retomarla. Urge concluirla para disminuir la contaminación lesiva a la salud de la población en la región que comprende desde Tula hasta el valle de México. Proyectos similares a futuro podrían ser extemporáneos. La estrategia petrolera debe revisarse y replantearse con visión a largo plazo.

“La administración de Peña Nieto dejó inconclusa la coquizadora de Tula, mientras que la actual tardó cerca de tres años en retomarla. Urge concluirla para disminuir la contaminación lesiva a la salud de la población en la región que comprende desde Tula hasta el valle de México”. 

La volatilidad de los precios del petróleo

En el mercado petrolero mundial han continuado las crisis tanto de oferta como de demanda. En 1986 se desplomó el precio del petróleo debido a que la OPEP cambió su política, los países miembros incrementaron la producción para desplazar a los productores marginales ajenos a la OPEP. El resultado fue un periodo de precios bajos que se prolongó por una década. En 1997, la crisis económica de los países del sudeste asiático redujo la demanda provocando que los precios cayeran aún más. En 1998, el barril de crudo Maya llegó a venderse en 5 dólares; el Dr Luis Téllez, secretario de energía, sostuvo reuniones con Arabia Saudita y Venezuela, cuyas visiones divergían, e impulsó acuerdos que restringieron la oferta de crudo.13

La demanda de petróleo empezó a crecer en 1999 principalmente debido a la aceleración económica de China y la India, con ello los precios reiniciaron su crecimiento llegando a un máximo en el año 2008. La crisis financiera de 2009, iniciada en los EUA, ocasionó una contracción económica mundial que mantuvo deprimidos los precios durante ese año y el siguiente. Entre 2011 y 2014 volvieron los precios elevados asociados principalmente al crecimiento económico chino. No obstante, en septiembre de 2014 se desplomaron prácticamente a la mitad, como se observa en la gráfica.

Fuente: British Petroleum, Statistical Review of World Energy, julio de 2021  

Este acontecimiento afectó profundamente los planes del gobierno de México, que recién había formulado un ambicioso programa nacional de infraestructura, basado en la expectativa de que continuarían los precios altos del petróleo. En diciembre de 2013 la SHCP instruyó a las instituciones del gobierno federal incrementar sus programas de inversiones. Durante los primeros meses de 2014 se llevaron a cabo reuniones en las que SHCP pedía mayor ambición, aumentar la inversión pública y, como efecto colateral, estimular la privada. Sin embargo, al caer el precio del petróleo (evento previsible como se explica en el párrafo siguiente), sin haber creado un fondo financiero cuantioso durante los años de bonanza petrolera, el recién publicado plan de infraestructura fue abandonado. México no podrá prosperar mientras sus planes dependan de variables que no controla.   

Avance tecnológico para la explotación de hidrocarburos no convencionales

Desde hace unos veinte años, EUA inició la aplicación de innovaciones tecnológicas a la explotación de reservas no convencionales de hidrocarburos. El resultado final fue que, con tecnologías ya maduras y una vez instalada la infraestructura de servicios necesaria, entre 2011 y 2015 la producción de petróleo aumentó en 5 millones de barriles diarios. Esta oferta sustancial rompió el equilibrio del mercado mundial y condujo al desplome de los precios de 2014. Es relevante destacar que este quiebre del mercado petrolero tuvo su causa en el avance tecnológico.  

Reflexiones 

Esta nota es una pequeña contribución para reflexionar sobre el pasado y la actualidad del petróleo. En 2020, los combustibles fósiles representaban el 83.2% de la energía primaria mundial,14) porcentaje similar al de los años sesenta. En seis décadas sólo ha cambiado la participación relativa de los combustibles fósiles, pero seguimos dependiendo de ellos. 

Para muchos países en desarrollo con recursos petroleros, estos han sido motivo de conflictos e inequidad, más que palanca de crecimiento.   

La volatilidad de los precios es inherente a los combustibles fósiles. Durante los últimos cincuenta años la inestabilidad del precio del petróleo ha sido un riesgo latente. Los quiebres de mayor magnitud tuvieron causas diversas. Geopolíticas (el control ejercido por el cartel de la OPEP en 1973 y 1979 hacia arriba, y en 1986 hacia abajo), recesiones económicas severas (Asia, 1997), crisis financieras (iniciada en EUA, 2009), avance tecnológico (EUA, 2014) y la guerra (Rusia, 2022). Adicionalmente, temperaturas extremas o fallas en infraestructura causan cambios significativos en precios locales o regionales de los combustibles fósiles, aunque generalmente de menor magnitud, amplitud geográfica y duración.

En economía es habitual medir la inflación de dos maneras diferentes. Lo hace el Banco de México como muchos otros bancos centrales. La primera, inflación general, comprende la canasta completa de bienes y servicios; la segunda, inflación subyacente, excluye los precios de la energía y los alimentos perecederos, debido a que su variabilidad es errática y se asocia a cambios de temperatura, sequías, inundaciones y demás fenómenos aleatorios o intencionales reseñados en esta nota. Por este motivo, la inflación subyacente es la adecuada para medir las tendencias generales de los precios. 

Por otra parte, la volatilidad en los precios del petróleo y el gas natural incide en la discontinuidad en la aplicación de las políticas públicas. Los precios bajos de los combustibles disminuyen la preocupación política por combatir el cambio climático. La crisis de precios de la energía que hoy vive Europa es más grave de lo necesario como resultado de esta falta de continuidad. 

“…la volatilidad en los precios del petróleo y el gas natural incide en la discontinuidad en la aplicación de las políticas públicas. Los precios bajos de los combustibles disminuyen la preocupación política por combatir el cambio climático”.

Queda muy poco tiempo para reducir y eliminar las emisiones de gases con efecto invernadero. Los avances durante las tres décadas previas han sido modestos y han estado limitados a un puñado de países, regiones y ciudades. Desplazar el uso de los combustibles fósiles será una tarea monumental y es predecible que vendrá acompañada de mayor inestabilidad en sus precios, no solo por la guerra en Ucrania, sino porque la transición a sistemas de energía ambientalmente sostenibles implica cambios radicales en oferta y demanda, así como el reemplazo de bienes de capital para la producción y el consumo de energía, con trastornos profundos en los mercados y en los hábitos de las personas. 

Posdata

Escribo para ustedes, mis lectores, con el deseo de compartirles experiencias, opiniones y expectativas sobre energía en México y en el mundo. Mi especialidad es la estrategia, la visión cabal y de largo plazo. Para entender la industria de la energía he acumulado conocimientos pluridisciplinarios gracias al consejo y apoyo de colegas dedicados a diversas actividades en energía, muchos de ellos compañeros de viaje y amigos. Y gracias también al avance tecnológico, que hace asequible información cada vez más amplia, tanto histórica, como actual y de perspectivas.  

En las siguientes entregas, abordaré temas que, en conjunto, contribuyan a visualizar una estrategia para la transición del sistema de energía que sea compatible con los postulados del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas. Al mismo tiempo, mencionaré características, vulnerabilidades y prioridades relacionadas con el sistema de energía de México. Agradeceré sus comentarios y sugerencias. EP


  1. Cuando no se indica la fuente, la información proviene de los archivos del autor y de sus memorias personales []
  2. En los orígenes de la petroquímica EUA basó su avance primordialmente en el aprovechamiento de los líquidos asociados al gas natural, en contraste, en Europa, importador neto de crudo, la petroquímica se desarrolló a partir de los hidrocarburos ligeros derivados de la refinación del petróleo. []
  3. IIASA, Energy in a Finite World, 1981, p.523 []
  4. Excepto en 2009, por la crisis financiera y en 2020 por la pandemia. []
  5. British Petroleum, “Statistical Review of World Energy, 2021”, 70th edition, p.12. []
  6. Los datos numéricos en este párrafo provienen de Carlos Tello, La política económica de México 1970-1976. []
  7. El tipo de cambio pasó de 12.49 al cierre de agosto a 24.38 a fines de noviembre de 1976. []
  8. Los procesos de medición de reservas no tenían rigor técnico, se trataba de estimaciones burdas. []
  9. Pemex, Anuario Estadístico 1985, pp. 29 y 37, contiene los datos de reservas y producción. []
  10. General Agreement on Trade and Tariffs, precursor de la Organización Mundial del Comercio. []
  11. Aunque, como se examinará en otro artículo, el despliegue amplio de la energía nuclear se vio frustrado por eventos y accidentes. []
  12. Secretaría de Energía, Minas e Industria Paraestatal, sucesora de la S del Patrimonio Nacional. []
  13. En paralelo, en EUA, los tres países mencionados, entre otros, eran objeto de demandas por parte de la industria petrolera nacional, acusados de competencia desleal (“dumping”). []
  14. http://www.bp.com/statisticalreview (consultado el 21 abril de 2022 []
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