
Sebastián Guzmán, Investigador en Ethos Innovación en Políticas Públicas, expone con claridad los retos y oportunidades que existen en cuanto a la gestión del agua para lograr ciudades más sostenibles.
Sebastián Guzmán, Investigador en Ethos Innovación en Políticas Públicas, expone con claridad los retos y oportunidades que existen en cuanto a la gestión del agua para lograr ciudades más sostenibles.
Texto de Ethos Innovación en Políticas Públicas and Sebastián Guzmán 02/01/23
Sebastián Guzmán, Investigador en Ethos Innovación en Políticas Públicas, expone con claridad los retos y oportunidades que existen en cuanto a la gestión del agua para lograr ciudades más sostenibles.
Si supiera que el mundo se tiene que acabar mañana,
Martin Luther King
yo, hoy, todavía plantaría un árbol.
Las ciudades se han definido históricamente como los centros principales del desarrollo. En ellas se han asentado los componentes primordiales para impulsar el crecimiento de la economía a nivel global. Prueba de ello es que actualmente contribuyen con más del 60% del PIB mundial.1
Dicha relevancia económica trasciende en el porvenir social. Hasta 2019, 54% de las personas en el mundo habitaban en zonas urbanas, con proyecciones de incremento de 84% para 2050.2 Sin embargo, todas estas cifras en torno a las ciudades, alusivas en gran medida a comportamientos de desarrollo socioeconómico, también pueden representar un claroscuro cuando la relación del costo de crecimiento implica afectaciones en otros sentidos. Es ahí donde el desarrollo de las ciudades entra en una encrucijada.
De cara al futuro existen un conjunto de interrogantes por responder: ¿cómo lograr ciudades más eficientes en términos de desarrollo social y cuidado al medio ambiente?, ¿cómo incidir en los gobernantes para hacerlos más responsables de la gestión sostenible de los servicios públicos?, ¿cómo hacer que la ciudadanía participe en los procesos de mejoramiento de sus entornos?; en conclusión, ¿cómo construir ciudades más sostenibles?
A diferencia de los objetivos de desarrollo urbano del siglo XX, los cuales se centraban en incentivar principalmente la urbanización, el nuevo enfoque de crecimiento de las ciudades busca generar oportunidades de desarrollo integral para los ciudadanos, tomando como referente la gestión eficiente de los servicios públicos que se disponen.
“…el nuevo enfoque de crecimiento de las ciudades busca generar oportunidades de desarrollo integral para los ciudadanos, tomando como referente la gestión eficiente de los servicios públicos que se disponen”
Es una realidad que a medida que las ciudades han ido desarrollándose, los retos por establecer mejores condiciones de vida para sus habitantes van en aumento. En este sentido, el desarrollo sostenible se ha convertido en un paradigma político dominado por las capacidades presupuestales y la voluntad de los tomadores de decisiones.
Sin embargo, esta visión ha comenzado a renovarse, focalizando la escala de las problemáticas sociales y sus repercusiones ambientales y económicas a futuro, lo que ha constituido esta nueva preocupación en el proceso central de construcción de las ciudades bajo el enfoque de sostenibilidad.3
En relación con lo anterior, es un error común emprender acciones sin estrategias concretas de planificación, en las que se priorizan medidas contingentes que se convierten en proyectos ineficientes catalogados en algunos casos por sus montos de inversión como “elefantes blancos”.4
Si lo que se desea es construir una ruta hacia la conformación de ciudades sostenibles, es fundamental que exista una línea de planificación estratégica en la cual los programas y proyectos de infraestructura y servicios públicos integren componentes de desarrollo sostenible y un enfoque de crecimiento que avance de manera paralela en el entorno económico, social y ambiental.
En México, el concepto de sostenibilidad ha estado presente en los principales instrumentos de planeación nacional y local desde hace por lo menos dos décadas. Este hecho ha sido documentado por especialistas como Jaime Sobrino en diversas publicaciones pioneras en la materia.Sin embargo, hasta la llegada de la Agenda 2030 y el establecimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en 2015,5 no existía una herramienta de referencia en materia de políticas publicas que fundamentara las bases de este concepto y a su vez, se tradujera en estrategias concretas para la implementación de la visión de sostenibilidad en sectores específicos.
Bajo el marco de desarrollo que implica la construcción de ciudades sostenibles, es importante que se logre trascender del discurso a la acción. Que las políticas públicas que se diseñen en todos los niveles de gobierno dispongan de una línea común que permita estructurar y adecuar los planes y programas existentes bajo un propósito único: fortalecer el enfoque de sostenibilidad de forma permanente en los procesos de construcción y consolidación de las ciudades.
Los servicios públicos representan “la cara más aparente del gobierno”y deben ser visualizados como un sistema, el cual va más allá de solo cubrir un conjunto de necesidades sociales. Dichos servicios cumplen un rol específico en la calidad de vida de las personas, y su operatividad y eficiencia depende de forma directa de elementos como la madurez de las instituciones públicas que los operan y la infraestructura de la cual disponen.6
La evolución de los requerimientos de dichos servicios públicos avanza de manera paralela con las necesidades sociales y económicas de su entorno. Es imposible concebir el estilo de vida actual con la capacidad instalada de determinados servicios en tiempos pasados. No existe un servicio público que, a lo largo del tiempo, no requiera de un incremento en su capacidad de cobertura, y este crecimiento constante implica un gran reto para su gestión.
“los modelos de gobierno actuales, principalmente en América Latina, han confundido la inversión en programas sociales como una medida compensatoria a la ausencia de financiamiento y desarrollo de diversos servicios públicos.”
Estudios realizados por expertos concluyen que los modelos de gobierno actuales, principalmente en América Latina, han confundido la inversión en programas sociales como una medida compensatoria a la ausencia de financiamiento y desarrollo de diversos servicios públicos.7 Estas medidas de accionar político inhiben de manera real las oportunidades de consolidar niveles de bienestar social a largo plazo, pero sobre todo, con un enfoque estratégico basado en objetivos como la sostenibilidad.
De esta forma, la inversión en materia de servicios públicos debe ser vista no como un gasto, sino como un punto de desarrollo multisectorial en el cual el enfoque de sostenibilidad puede ser fácilmente adaptado si se liga su estructura de crecimiento con objetivos de planeación que busquen perdurar a largo plazo.
En este sentido, existen un conjunto de servicios públicos en los que el enfoque de sostenibilidad requiere de una implementación inmediata, y es que la valía de los recursos que manejan y la fragilidad de sus modelos de gestión operativa precisan de la puesta en marcha de este tipo de principios de forma prioritaria.
Las características de estos servicios públicos presentan nichos de oportunidad claves para la consolidación de ciudades sostenibles e incluso muchos de ellos se encuentran por sí mismos catalogados dentro de los ODS prioritarios, determinados por la propia Agenda 2030, entre los cuales se destacan:
Todos los objetivos antes mencionados contribuyen de manera específica a mejorar las condiciones en la prestación de los servicios públicos, sin embargo, el desarrollo de los sistemas de agua potable y saneamiento urbano es el que mayor preocupación presenta a nivel global, por la delicada situación que la gestión eficiente de este recurso tiene en el desarrollo de las sociedades y que mayor sensibilidad presenta ante fenómenos ambientales globales como el cambio climático.
Tal es su relevancia, que dentro de la estructura de la Agenda 2030 es el único servicio público cuya gestión recae directamente en la administración de los gobiernos locales y que cuenta con sus propias metas y objetivos de desarrollo dentro de este instrumento de política pública.
Durante los últimos años, el uso del agua a nivel mundial ha aumentado en más del doble de la tasa de crecimiento poblacional.Esta situación ha comenzado a surtir diversos efectos adversos sobre su disponibilidad, provocando que más de 2,000 millones de personas vivan en países con estrés hídrico.8
En las ultimas décadas, América Latina ha realizado enormes esfuerzos por aumentar sus niveles de cobertura de agua potable y saneamiento. Sin embargo, al ser una de las regiones donde más de 80% de su población se concentra en áreas urbanas,9 la presión sobre sus recursos hídricos sigue representando un gran reto.
En el caso particular de México, el panorama en torno a este servicio público es poco alentador. En 2019, por ejemplo, los Organismos Operadores de Agua a nivel nacional cobraron en promedio solo 75% del volumen de agua que suministraron y únicamente el 73% de la población recibió agua entubada todos los días.10
Asimismo de cada diez litros de agua distribuida, solo seis llegan a los usuarios y los cuatro restantes se pierden en fugas.10 La principal causa de este alto nivel de desperdicio del agua son las deficientes redes de distribución locales, situación que se ve afectada de manera directa por sus condiciones operativas, estrechamente vinculadas a limitaciones en el presupuesto público.
“…es fundamental proporcionar a los Organismos Operadores de Agua las herramientas de planeación integral a nivel social, económico y ambiental, que les permitan mejorar sus modelos de gobernanza”
Siendo así, es fundamental proporcionar a los Organismos Operadores de Agua las herramientas de planeación integral a nivel social, económico y ambiental, que les permitan mejorar sus modelos de gobernanza, sentando sus bases por medio de mecanismos de financiamiento y programas económicos diseñados para mejorar la gestión sostenible del agua en México de cara al futuro.
Para ayudar a fortalecer el desarrollo integral de los sistemas urbanos de agua potable y saneamiento, desde Ethos Innovación en Políticas Públicas hemos identificado un conjunto de recomendaciones y mejores prácticas enfocadas a integrar la visión de sostenibilidad en este servicio público de vital importancia para el desarrollo de las ciudades. Algunas de ellas son: