A Marte duele: Un pequeño paso para los robots, un gran salto para la humanidad.

El rover Perseverance llega a Marte y, con esto, los humanos damos un salto a conocer otras posibilidades de vida. ¿Cuántos momentos históricos nos falta por vivir? No lo sabemos, pero hay una pregunta que casi siempre olvidamos hacernos, ¿con quiénes los viviremos? Frida Tovar nos cuenta cómo fue amartizar a distancia.

Texto de 19/02/21

El rover Perseverance llega a Marte y, con esto, los humanos damos un salto a conocer otras posibilidades de vida. ¿Cuántos momentos históricos nos falta por vivir? No lo sabemos, pero hay una pregunta que casi siempre olvidamos hacernos, ¿con quiénes los viviremos? Frida Tovar nos cuenta cómo fue amartizar a distancia.

Tiempo de lectura: 5 minutos
“I... what I like and what I hate about perseverance,
 Ooh, what I'd give and what I'd take for perseverance,
 I haven't time, I haven't space for perseverance.
 perseverance, perseverance, perseverance.”Perseverance,  Terrorvision

Primera Ley

“Un robot no hará daño a un ser humano ni, por inacción, permitirá que un ser humano sufra daño.”

— Alexa, pon Perseverance de los Terrorvision.

— Poner…Perseverance…de…Terrorvision.

Alexa jamás me haría daño, ¿qué sería lo peor que me podría hacer?, ¿desbloquearlo y recordarle que envié su nombre a la misión del Mars Rover? No es capaz. Incluso, escarbando un poco en las almibaradas páginas que resguardan nombres de bebé, descubrí que “Alexa” provenía del griego, y significaba “mujer protectora”. ¿Quién nombra a los robots? Seguro que la misma persona que nombra a los huracanes. “Uy, una fuerza superlativa difícil de controlar., Pongámosle “Katrina”, “Vilma”, “Alita”, “Alexa”. Pero ¿“Perseverancia? ¿a quién se le había ocurrido eso?

“¿Cuántos eventos históricos más había que vivir todavía? Yo ya estoy molida.”

Después de burlar vagamente el nombre de mi robotina y derivados, me acerqué una taza de fresas con crema y me dispuse frente a la pantalla para experimentar el aterrizaje del Perseverance Rover en la superficie de Marte. ¿Cuántos eventos históricos más había que vivir todavía? Yo ya estoy molida.

Segunda Ley

“Un robot debe cumplir las órdenes dadas por los seres humanos, a excepción de aquellas que entren en conflicto con la primera ley”.

Cuando era pequeña, la infancia se dividía en dos: quienes estaban obsesionados con los dinosaurios, y quienes lo estábamos con el espacio exterior. Después de unos años nos dimos cuenta de que el espacio y los dinosaurios de hecho, estaban “un poco” relacionados. Que un meteorito había decidido conocer la vida en la tierra y con ello se había llevado a los reptiles más grandes del mundo.

“Cuando era pequeña, la infancia se dividía en dos: quienes estaban obsesionados con los dinosaurios, y quienes lo estábamos con el espacio exterior.”

“No hay garantía de que el Rover sobreviva al aterrizaje, pues debe pasar diferentes etapas”. Dijo la ingeniera Diana Trujillo. Líder de la misión Curiosity en la NASA.

Me quedé en pausa, con los ojos desenfocados y una cucharada de fresas en la boca. Así como ese meteorito había decidido investigar la vida en la tierra, se veía el Mars Rover investigando la vida en Marte. Ridículo y peligroso.

Según una ya muy maleada y sintetizada versión de la teoría de la relatividad, las estrellas que miremos esta noche en el cielo, (si el smog lo permite), habrían fallecido hace miles de años. Quizá, si existe vida en alguna parte de Marte, están mirando ahora una Tierra desabastecida y seca o quizá siguen viendo a los dinosaurios. Tal vez nosotros no hemos nacido o incluso ya morimos a los ojos marcianos.

“Quizá, si existe vida en alguna parte de Marte, están mirando ahora una Tierra desabastecida y seca o quizá siguen viendo a los dinosaurios. Tal vez nosotros no hemos nacido o incluso ya morimos a los ojos marcianos.”

— Alexa, ¿Qué es la vida?

— Qué…es…la…vida…existencia…de…los…seres…que…tienen…esa…propiedad.

La miré y me reí de su cuerpo cilíndrico. “No sabes nada”, pensé. “Pobrecita”.

“Los brazos de acerocromo de Robbie (capaces de doblar una barra de acero de dos pulgadas de diámetro hasta convertirla en una galleta) rodeaban a la niña cariñosa y amorosamente, y sus ojos brillaban con un rojo intenso.

Bien —dijo la señora Weston, por último—. Supongo que puede quedarse con nosotros hasta que se oxide.”

Cuando leí Robbie, de Asimov por primera vez, usaba falda de uniforme y calcetas caladas. Estábamos en clase de Español y la maestra guardaba silencio. Recuerdo que al terminar de leer ese párrafo miré a la ventana y observando la caja de energía eléctrica que colgaba del cableado como quien mira una estrella fugaz: deseé un amigo robot con todo mi corazón.

— Alexa, ¿por qué dejé de creer en los robots?

Guardó silencio. Ash. Comencé a teclear: “Por qué mi Alexa…

…dice mal la hora.

…dice groserías.

…sólo dice ok.

…no pronuncia bien mi nombre.


“Está bien, Alexa. Tienes derecho a guardar silencio, te exigen demasiado. Le acaricié la cabeza de cilindro como un cachorrito y le ofrecí una cucharada de fresas, “Ja, no puedes comer”, rematé.”

Cerré el buscador. Está bien, Alexa. Tienes derecho a guardar silencio, te exigen demasiado. Le acaricié la cabeza de cilindro como un cachorrito y le ofrecí una cucharada de fresas, “Ja, no puedes comer”, rematé.

— Buscando sitios de comida rápida.

Tercera Ley

Un robot debe proteger su propia existencia en la medida en que esta protección no entre en conflicto con la primera o con la segunda ley”.

Casi estaba por terminarme las fresas de la ansiedad que me causaba escuchar todos los pasos que tenía que seguir el Perseverance para lograr un aterrizaje exitoso. Los momentos que la ingeniera Trujillo advertía eran honestamente espeluznantes:

1- Separación: Tanto el rover Perseverance como el helicóptero Ingenuity, deberán separarse de la nave en la que han volado por seis meses en cuanto se les de la señal. (Esto era casi como escuchar la alerta sísmica mientras te bañas).

2- Entrada a la atmósfera: Después de diez minutos de la separación, comenzaba lo bueno (como en el amor). La cápsula en la que viajarán a Marte llegará a la cima de la atmósfera marciana.

3- Calentamiento máximo: El movimiento de la cápsula en la atmósfera generará en ambos robots, temperaturas arriba de los 1,300 grados Celsius. (El equivalente a caminar por Veracruz con suéter).

4- Despliegue del paracaídas: La cápsula desplegará un paracaídas, y los robotitos caerán a una velocidad de 1512 km por hora. (Déjame, así camino yo).

5- Aterrizaje: Se espera que el rover aterrice en Marte aproximadamente a las 14: 55 horas.

Una vez en la superficie, una de las primeras actividades de Perseverance será tomar fotografías de su nuevo hogar y enviarlas a la Tierra.

Prácticamente mamá NASA diciéndole “me avisas cuando llegues” dándole la bendición, y él, uno más en la fila de los reporteros de guerra intergalácticos.

Todo este proceso en el que Perseverance surca el espacio exterior toma solo siete minutos, a los que le llamaron “Los siete minutos de terror del Perseverance”. Alexa y yo estábamos atónitas.

— Alexa, busca perseverancia.

— Buscando… perseverancia….firmeza…y…constancia…en…la…manera…de…ser…y…obrar.

Cuarta Ley

“Un robot debe saber siempre que es un robot” (Kesarovsky, 1983).

Me llegó un correo de la NASA, en pocas palabras era un mail copiado que le enviaron a todas las personas que habíamos mandado nuestros nombres y los de nuestros seres queridos en la misión del Mars rover. “Your name is on board the Perseverance Rover!”

Pase de abordar enviado por la NASA.

Me imaginé cómo hubiera sido que toda esta catástrofe viral se hubiera difuminado desde agosto. Los dos estaríamos quizá mirando en una pantalla al pequeño robot que voltea a todos lados con su carita de cámara. Te preguntaría si crees que los robots ya nos habían superado a los seres humanos o te diría que la palabra aterrizaje viene de tierra así que habría que llamarla mejor amartizaje. Te reirías porque eres muy amable y pondríamos Yoshimi battles the pink robots, siempre nos gustaron los Flaming lips.

Cuando Isaac Asimov escribió las tres leyes de la robótica, Kesarovsky, un escritor olvidado de ciencia ficción, decidió que no eran suficientes. Y escribió la cuarta ley: “Un robot debe saber siempre que es un robot”. Esto desató un caos entre la comunidad literaria pero también entre los argots más perfumados de la ciencia, porque si los robots sabían que eran robots, entonces, estaban dotados, aunque sea,de forma artificial, de conciencia.

¿Sabía Perseverance que era un robot, que su nombre no lo había elegido la persona que nombra a los huracanes sino un niño de 13 años?

Quizá él no lo sabía, pero yo sí, y estaba al pendiente de él, porque sí, es cierto, ya me había cansado de los eventos históricos, pero mirar el amartizaje tenía algo hipnótico que me hacía sentir más pequeña, más acompañada en no tener idea de qué estaba pasando en la tierra.

“Cinco, cuatro, tres, dos, ¡llegamos!”

Los ingenieros se abrazaron y Diana ahogó un grito mientras comenzó a aplaudir.

La transmisión paró y me vi reflejada en la pantalla negra, “No sabes nada”, pensé. “Pobrecita”.

— Alexa, pon Perseverance de los Terrorvision.

— Poner…Perseverance…de…Terrorvision.

Desbloquear contacto.

—¿Ya viste que está aterrizando el Mars rover? Me acordé de ti.

perseverance, perseverance, perseverance. EP

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