Exclusivo en línea: Los Estados Unidos y el terrorismo supremacista

En este artículo, Héctor Calleros analiza brevemente el resurgimiento de la creencia racista del supremacismo blanco

Texto de 20/09/19

En este artículo, Héctor Calleros analiza brevemente el resurgimiento de la creencia racista del supremacismo blanco

Tiempo de lectura: 5 minutos

En los Estados Unidos de América es posible ver que un terrorista, un gobernador, un presidente y un comunicador están en lucha contra lo que ellos perciben como una ‘invasión hispana’ a su país.

     En el mundo del supremacismo blanco, teorías conspirativas denuncian un ‘remplazo’ [étnico] y denuncian una invasión [mexicana, centroamericana, latina] de ‘inmigrantes’ [legales e ilegales]. Esta línea de mensajes es lo que el terrorista posteó en la plataforma 8chan antes de iniciar su asalto en el Walmart de El Paso; es lo que el gobernador de Texas, Greg Abbott, escribió en una carta[1] a sus electores; es lo que Donald Trump, presdiente de los EE.UU. ha dicho desde 2015 en tuits, Facebook, mítines y conferencias de prensa y es, también lo que opinadores como Tucker Carlson (Fox News Network) repite constantemente.

     Lo preocupante no es que en ese país haya millones personas que nieguen, minimicen, toleren o respalden al supremacismo étnico. Lo estrujante es el vigor del llamado a la acción inmediata. Un ejemplo es lo sucedido en un mitin de Trump, en mayo de este año, en Florida (Panama City). El evento se realizó después de que una caravana de inmigrantes centroamericanos intentara llegar a la frontera. En el mitin, el presidente se lamentó y preguntó ‘¿cómo detener a esa gente?’. Una voz entre la muchedumbre, apuntó: “¡Dispárales!”. El presidente respondió con una sonrisa y la muchedumbre festejó la idea emotivamente.

     En general, en los EE.UU., en el mes de agosto, ha habido por lo menos 31 arrestos relacionados con amenazas de actos terroristas (Tabla 1). En ese ambiente, el Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA) declaró, a instancias de México, que el 3 de agosto de 2019, se llevó a cabo un ataque terrorista en El Paso. La OEA condenó y rechazó ‘la discriminación racial y los crímenes motivados por el odio, el racismo, la xenofobia e intolerancia, incluyendo el discurso de superioridad racial’ (OEA. CP/doc. 5552/19 [28.08.2019].)

Continuidad del anti-mexicanismo

Es imposible entender el ataque terrorista de El Paso sin el contexto de violencia anti-mexicana que por dos siglos ha existido en la región de Texas. El supremacismo anglo –en su vertiente anti-mexicana- ha sido un arma de construcción del estado nacional estadunidense en lo que fueron las provincias mexicanas hasta 1847.

     El terrorismo no es la única forma de violencia étnica, sin embargo. La segregación racial otra forma de violencia. Desde 1890, había segregación en áreas públicas: bebederos, restaurantes, teatros, baños, tiendas, autobuses, trenes, áreas de trabajo, entre otras, eran designadas con mensajes que decían ‘White Only’ and ‘Colored’. En 1896, la Suprema Corte de Justicia decidió (caso Plessy v. Ferguson), que la segregación era constitucional. Las leyes de la discriminación racial (Jim Crow) aplicaron sobre la población mexicana.

     La segregación racial parece una forma ‘amistosa’ del supremacismo si se le compara con otras formas históricas del supremacismo anglo-estadunidense como las ejecuciones extrajudiciales y los linchamientos. Por ejemplo, las ejecuciones extrajudiciales de 1918 en la comunidad El Porvenir (a 320 kms. de El Paso). Los Rangers de Texas -al parecer con ayuda de soldados y civiles- asesinaron a 15 hombres y niños (ver www.porvenirmassacre.org y Monica Muñoz Martínez, The Injustice Never Leaves You: Anti-Mexican Violence in Texas).

     Los linchamientos son otro ejemplo en esta historia de violencia supremacista. Historiadores han registran, por lo menos, 597 mexicanos linchados entre 1848 y 1928 (Carrigan y Webb 2003: 413). (Tabla 2).

     La violencia ha sido instrumental en la construcción del estado nacional estadunidense. Ha sido un problema que la historiografía y cultura popular estadunidenses hayan triunfado en justificar esas formas de violencia. Se argumenta que el desarrollo económico y demográfico de la frontera superó rápidamente el crecimiento de las instituciones legales y gubernamentales y que la población anglo del ‘Salvaje Oeste’ no tuvo más remedio que tomar aplicar la ley como a ellos les parecía. Los méxico-americanos que respondieron y resistieron la opresión del supremacismo eran considerados como bandoleros – y así lo presenta la cultura contemporánea: video juegos, caricaturas y películas-. El arte chicano, sin embargo, ha rechazado la estigmatización y ha desafiado los estereotipos burlones que la población anglo les ha atribuido: por ejemplo, se pregonaba ‘que los latinos eran demasiado inferiores como para lograr un nivel de vida de clase media.’ La lucha chicana nació en la década de 1960 y el arte ha sido uno de sus herederos tal como fue expuesto en la exhibición ‘Construyendo Puentes. Arte chicano/mexicano de Los Ángeles a Ciudad de México‘ que el Museo de Arte Carrillo Gil organizó en septiembre de 2018.

Supremacismo

El terrorismo supremacista blanco de 2019 tiene antecedentes en la violencia anti mexicana que data del siglo XIX. El supremacismo blanco puede ser considerado para del Movimiento del Poder Blanco (MPB). En los EE.UU., este movimiento se consolidó desde los años setenta. Una de sus preocupaciones centrales es ‘la extinción étnica’ o ‘el remplazo demográfico’. En particular, el supremacismo estadunidense teme el reemplazo de la población anglo por inmigrantes (latinoamericanos) -tal vez por eso asigna a las mujeres blancas el rol de ‘dar a luz a futuros reclutas’ y se opone al aborto-. La ‘invasión de inmigrantes’ es un mensaje que constantemente enuncia el conductor Tucker Carlson de la cadena Fox. Estas ideas nacen de teorías conspirativas como la de ‘el gran reemplazo’ que anuncia la desaparición de la ‘raza blanca’. El libro The Turner Diaries es un manual del MPB y ‘Le Grand Remplacement‘ es un punto de referencia.

     Los llamados a ‘restaurar la demografía histórica de los EE.UU.’ incluyen varias formas de acción. El terrorista de El Paso pensó que su acción era una respuesta a la invasión ‘hispana’ de Texas –como lo expuso en un texto de 2,300 palabras y colocado en la plataforma 8Chan-. Otras formas de acción son colectivas: recuérdese el despliegue de militantes de la organización ‘Identity Evropa’ frente al consulado mexicano en Nueva York (28.07.2018) con demandas como ‘restaurar la demografía histórica de los EE.UU.’, construir el muro fronterizo y acabar con ‘la migración masiva’.

     El MPB tiene como objetivo final la guerra racial. Sus acciones tienen un carácter internacional: el ataque de El Paso fue inspirado en uno similar en Christchurch (Nueva Zelandia) y éste, a su vez, fue inspirado en el de Utoya (Noruega) de julio de 2011. Así mismo, el ataque a una mezquita en la localidad de Baerum (Noruega), el 10 de agosto de este año, fue inspirado en los ataques de Christchurch y El Paso. El terrorismo supremacista se trata de llamados a las armas (véase Kathleen Belew. 2018. Bring the War Home The White Power Movement and Paramilitary America). Los atentados no son acciones aisladas ni fines en sí mismos. El fin de los atentados es la incitación. Incitar una masacre aún mayor para ‘despertar’ a otra gente a unirse al movimiento. El ataque de El Paso está inscrito en la estrategia del ‘foquismo supremacista’ del MPB.

Conclusión

En la actualidad, denunciar el terrorismo significa decir algo cuando uno ve violencia política. Por eso, es necesario decirlo: el terrorismo supremacista anti-mexicano existe y opera en los Estados Unidos. Las ejecuciones extrajudiciales y los linchamientos son parte la continuada violencia antimexicana. Si bien México está activo en la OEA, los méxico-estadunidenses enfrentan la paradoja de la opresión: si la única forma de evitar violencia es combatirla; el temor a represalias violentas puede orillar al silencio.

Kathleen Belew. 2018. Bring the War Home The White Power Movement and Paramilitary America)

William D. Carrigan Clive Webb. 2003. The Lynching of Persons of Mexican Origin or Descent in the United States, 1848 to 1928 Journal of Social History, Vol. 37, No. 2 (Winter, 2003), pp. 411-438

Monica Muñoz Martinez. 2018. The Injustice Never Leaves You: Anti-Mexican Violence in Texas.

Harvard University Press. (https://refusingtoforget.org)

OEA. 2018. CP/doc. 5552/19 [28.08.2019]. Nota de la Misión Permanente de México, Mediante la cual solicita que se incluya en el orden del Día de la Próxima Sesión Ordinaria del Consejo Permanente el Tema -Ataque Terrorista Ocurrido en el Paso, Texas, el 3 de Agosto de 2019-.


[1] http://thetexassignal.com/exclusive-abbott-sends-out-anti-immigrant-fundraising-letter-a-day-before-el-paso-attack/

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