Lo que sí podemos hacer: El desarrollo sostenible de México

En septiembre de 2015, en la ONU, con la presencia del papa Francisco, Barack Obama y otros líderes mundiales, se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el mundo con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos en los próximos 15 años. El desarrollo sostenible del […]

Texto de 24/10/16

En septiembre de 2015, en la ONU, con la presencia del papa Francisco, Barack Obama y otros líderes mundiales, se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el mundo con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos en los próximos 15 años. El desarrollo sostenible del […]

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En septiembre de 2015, en la ONU, con la presencia del papa Francisco, Barack Obama y otros líderes mundiales, se establecieron 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para el mundo con el fin de erradicar la pobreza, proteger el planeta y asegurar la prosperidad de todos en los próximos 15 años. El desarrollo sostenible del planeta es un tema fundamental, esto es: apoyar el desarrollo económico, social y natural, y concientizarnos no sólo de las necesidades de nuestro tiempo, sino también de las condiciones de vida de las generaciones futuras a consecuencia de nuestros actos.

Es fácil pensar que lograr esto es sólo responsabilidad de gobiernos, corporaciones y organizaciones de la sociedad civil. Sin embargo, transformar el mundo es asunto que nos compete a todos, e inicia desde cada persona.

Hace diez años empecé mi contribución al desarrollo sostenible como directora de Sustentabilidad de ICA, la empresa constructora más importante de México, por solicitud del director general de “hacer más”. Mi reto era demostrar que no se trataba de hacer filantropía sino de aportar valor a la empresa y, a través de ésta, a sus 35 mil empleados y a México.

Así que, buscando las herramientas para fortalecer la estrategia de sustentabilidad, conocí la metodología de “pensamiento integrado”, el cual habla de los capitales de una organización: humano, intelectual, social, natural, económico e industrial. Al mismo tiempo, aprendí sobre la metodología de “valor compartido”, esto es, generar valor que, a partir de la empresa, beneficie a toda la sociedad.

Unir estas dos metodologías y alinearlas a los ods me llevó a descubrir que cada uno de nosotros, en lo individual, puede generar valor y contribuir al desarrollo sostenible de México. Te preguntarás: ¿Cómo puedo hacerlo si sólo soy un estudiante, un microempresario, un emprendedor o simplemente una persona más, y mis recursos son muy limitados?

Te sugiero empezar por considerar a la “persona” —capital humano e intelectual— como el pilar del desarrollo sostenible. Me parece que ésa es la mejor estrategia para el éxito. Desarrolla iniciativas que promuevan el bienestar físico, intelectual, emocional y espiritual de las personas, y que a la vez atiendan un reto de tu organización. Te aseguro que son rentables y generan valor.

Una experiencia fue el desarrollo del Libro vaquero de la seguridad. Teníamos el reto de comunicar de forma efectiva las normas de seguridad y salud para los trabajadores. Así que un cómic con lenguaje accesible, información técnica y su toque de romance logró varios objetivos: conocimiento, involucramiento y resultados. Si buscas formas distintas de hacer las cosas seguro encontrarás nuevos resultados.

El siguiente nivel de contribución es en el ámbito social. Todos nacemos, crecemos y morimos en relación con otras personas, por lo que es relevante que participemos activamente en la construcción de sociedad (familia, empresa o comunidad) con Estado de derecho.

Elige una acción colectiva que fomente cambios sociales positivos. Para mí ha sido muy enriquecedor colaborar con iniciativas de protección a niños y jóvenes, como Meyalli y World Vision. Te invito a que busques una causa con la que te involucres y te comprometas. Sólo juntos lograremos transformaciones relevantes.

Generar riqueza y la multiplicación de bienes son una consecuencia positiva de la generación de valor al satisfacer necesidades humanas a través de un negocio.

Un empresario responsable es aquel que crea fuentes de empleo decente y bien remunerado, ayuda a las personas a desarrollarse, cumple las leyes, mejora procesos e innova, cuida el dinero y su inversión, respeta su entorno, se preocupa por su comunidad y siempre da “un poco más”. He sido testigo de que cuando el objetivo único y último es “ganar mucho dinero y tener muchos bienes”, el fin de las personas pierde sentido, la estrategia de la empresa fracasa y los gobiernos se corrompen.

Hoy mido mi contribución al desarrollo sostenible de México en función de la capacidad que tengo de generar valor con mi propio crecimiento intelectual, cultural y espiritual; con mi compromiso y aportación al bienestar de otros y de una sociedad mejor; asumiendo una mayor responsabilidad con la protección de la naturaleza, y luchando por generar fuentes de empleo que den crecimiento económico a todos los que trabajamos en la empresa.

Es imposible desligar unos elementos de otros. Todos suman. Por ejemplo, con respecto al capital natural, he logrado pasar de la ignorancia e indiferencia a una mayor conciencia y a trabajar diariamente por cambiar mis hábitos de consumo y los de mi organización. Desde cosas tan simples como no usar popotes o bolsas de plástico, ahorrar agua y no desperdiciar alimentos hasta otras un poco más elaboradas, como invertir en luces de bajo consumo, hacer un huerto urbano (¡que se me sigue muriendo!) y trabajar por promover y proteger la biodiversidad de México.

Probablemente mi generación de valor no sea grande, pero estoy convencida de que si cada persona se preocupa por ge-nerar valor a través de los capitales con que cuenta a favor de los demás, en la suma de esfuerzos tendremos un México mejor. EstePaís

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