Tecno-lógicas: Tecnología para la cultura, el derecho y la sociedad

Tecno-lógicas es una colaboración periódica en la que se analiza el impacto de las decisiones tecnológicas en la nueva realidad digital.

Texto de & 25/06/20

Tecno-lógicas es una colaboración periódica en la que se analiza el impacto de las decisiones tecnológicas en la nueva realidad digital.

Tiempo de lectura: 10 minutos

Si la felicidad prevista no llega a materializarse, siempre está la posibilidad de echarle la culpa a una elección equivocada antes que a nuestra incapacidad de vivir a la altura de las oportunidades que se ofrecen.

 Zygmunt Bauman

Ante las ventajas y peligros que la tecnología supone, es necesario entenderla para poder usarla de manera responsable y, así, aprovechar las nuevas posibilidades que ofrece para temas tan diversos como la cultura, la economía, el derecho o la mejora social. En esta primera entrega se aborda la relevancia que cobra la tecnología en el contexto actual y se exponen cinco postulados que conforman la ideología de esta colaboración periódica.

La sociedad de la información y el nuevo contexto digital suponen una revolución en la forma de comunicarse, crear y acceder a la cultura y al saber. La introducción de las nuevas tecnologías de la información en la vida cotidiana abre todo un abanico de posibilidades que a menudo son infravaloradas e infrautilizadas, tanto por las estructuras institucionales, como por los propios usuarios. Conocer y saber utilizar Internet y las herramientas tecnológicas implica conseguir un nuevo poder. (Mancini, 11)

Hoy, que las posturas se masifican con un like o un retuit y —como diría Bauman, la proximidad virtual puede ser interrumpida, literal y metafóricamente a la vez con sólo apretar un botón— no hace falta esperar más meses para asumir que la “normalidad” después de esta pandemia no será la que conocimos. Uno de los elementos centrales de esta nueva normalidad, amplificada exponencialmente en este proceso a distancia, es la tecnología. En este espacio donde la proximidad ya no implica cercanía física, y la cercanía física ya no es indispensable para la proximidad, ¿cómo estamos usando la tecnología durante esta pandemia?

La actual crisis sanitaria global nos ha permitido hacer más visibles y evidentes ciertas condiciones derivadas de las dinámicas económicas, que ya no son sostenibles ni para las personas ni para las instituciones y menos para el planeta. Frente a ello, se pueden tomar al menos dos posturas: voltear para otro lado, tratando de huír de la incertidumbre, bajando la cabeza como avestruces, o levantarla y abrir los ojos para experimentar y reflexionar sobre una situación que aún no se sabe cuánto durará ni cuáles serán todas sus consecuencias.

Si se acepta que la tecnología llegó para quedarse, como una herramienta fundamental en el contexto presente y futuro, es importante prever las potenciales intromisiones en la privacidad y los peligros que esto puede suponer para los derechos individuales. Es decir, analizar los derechos más allá de la percepción que pudo haber predominado durante años, contextualizando las decisiones a partir de los nuevos desarrollos tecnológicos.

Y es que cada vez más, las tecnologías tienden a alterar los caminos de los derechos. Las preguntas sobre la intromisión de los órganos del Estado en la esfera del individuo deben cambiar y evolucionar ante las nuevas realidades tecnológicas. Por ello, esta sección pretende aportar reflexiones sobre la relación entre la tecnología y el derecho, las instituciones, la cultura, las nuevas formas de trabajo, siempre a partir de las siguientes cinco premisas:

  1. Alternativas y peligros
  2. Rumbo a un uso orgánico de la tecnología
  3. Conciliación personal y políticas laborales
  4. Repercusiones cotidianas en lo privado, público y político
  5. Reflexiones para un uso sostenible e igualitario de la tecnología 

1) Alternativas y peligros

La tecnología puede ser una herramienta para la mejora social, pero hay que estar conscientes de sus peligros. La revolución en las tecnologías y, sobre todo, la tecnología de la información no garantiza la transferencia de conocimiento; sólo la facilita y la hace más accesible al simplificar la transferencia de todo tipo de contenido.

Para preservar las libertades y el estado de derecho, la tecnología debe servir como herramienta para hacer más eficientes las tareas automatizables y los procesos burocráticos; a su vez, la actividad creativa de las personas se debe empoderar, esa creatividad que, de momento, la máquina no puede reemplazar.

Sin embargo, puede suceder que el desarrollo de tecnologías relacionadas con la informática, las telecomunicaciones, el procesamiento de datos y sus casi ilimitadas posibilidades de aplicación, converjan con la pérdida de los valores humanistas y el nuevo esclavismo cultural. Este, bajo la forma de analfabetismo funcional propio del siglo XXI, comporta que muchos individuos no sepan analizar y seleccionar entre la enorme masa de información que reciben continuamente y, de esta manera, se dejen manipular (pensamiento único). (Klein) (Mancini 11-12). Y este es solo un ejemplo.

No hay que olvidar que el individuo podría también ver afectado su derecho a la privacidad por el uso de internet, debido a que todo sitio web registra absolutamente todos los movimientos de sus usuarios en el ciberespacio. Esta información es recabada por empresas de publicidad para dirigir la promoción de determinados productos que parecen interesarnos. En un extremo nocivo, tales informaciones, medibles en dinero, son utilizadas también por gobiernos o por partidos políticos para controlar política o electoralmente a amplios sectores de usuarios de internet al conocer sus hábitos, intereses, preferencias, condiciones de salud o de ahorro en función de sus visitas predilectas en la red. (Mancini 30-31)

Hay que ser conscientes de que todo tiene un coste y cualquier servicio brindado gratuitamente a través de Internet se paga de alguna otra forma, empezando por entregar datos y hábitos de consumo.

2) Rumbo a un uso “orgánico” de la tecnología

Ante las alternativas y peligros, es necesario abogar por un escenario en el que el uso de la tecnología se dirija de una manera orgánica, que de voz de manera igualitaria, permitiendo la diversidad de ideas y dando espacio a la actividad creativa de las personas. Un uso constructivo de la tecnología, que permita la participación de los individuos resulta indispensable para canalizar las implicaciones tecnológicas en esta nueva era.

La expresión de “uso orgánico”[1] implica entender y utilizar la tecnología como una herramienta que permita a las personas liberarse del trabajo rutinario y contar con más tiempo para hacer uso de este a su voluntad[2]; utilizar la tecnología como una herramienta que permita a sus usuarios ser cada vez más libres y creativos, automatizando procesos, acortando distancias físicas y reduciendo el tiempo, ante escenarios que se han vuelto burocráticos y costosos económica y ecológicamente.

En esta época de pandemia, la tecnología ha significado un potencial ahorro de reuniones presenciales prescindibles, una disminución de los desplazamientos, la posibilidad de trabajo por vía remota e incluso del trabajo colectivo a distancia, que puede ayudar a ahorrar tiempo y recursos a todos. Ello exige la revisión y adecuación de los mecanismos de la organización social tradicional, con la finalidad de alcanzar una sociedad con capacidad para generar, apropiar y utilizar el conocimiento, que atienda las necesidades de su desarrollo y utilice la creación y la transferencia del saber como herramienta social para el beneficio común.

3) Conciliación personal y políticas laborales

Una forma de organizar nuestra vida implica conciliar, al menos, dos ámbitos: el personal y el profesional. El desequilibrio entre ellos puede producir situaciones de desigualdad, conflictos familiares y violaciones a derechos humanos que frecuentemente se encuentran normalizados o invisibilizados. No obstante, conciliar rutinas y necesidades no suele estar en el centro del debate ni en los objetivos de las políticas públicas.

Lo anterior cobra relevancia frente a los planes asumidos por distintos países para regresar a “la nueva normalidad” que, por lo general, no consideran las consecuencias que las estrategias y medidas tienen sobre las distintas realidades y esferas jurídicas. Cómo es que estas políticas impactan en las personas y familias en sus cotidianeidad. Estas preguntas se traducen en el ejercicio y ponderación de derechos, y en una oportunidad de usar la tecnología a nuestro favor, a partir de la visibilización y conciliación interseccional de realidades y conflictos jurídicos.

El contexto actual requiere aprovechar la tecnología como una herramienta que busque conciliar las políticas laborales con la vida personal y familiar a partir de:

●  Respetar y considerar el Interés Superior de la Niñez

Dónde o quién cuidará de los menores si el regreso a las escuelas se prevé en el mes de agosto, pero las personas trabajadoras se incorporarán a sus labores en junio. ¿Serán entonces los abuelos quienes cuidarán de los nietos? o ¿se permitirá el trabajo en casa a las madres y padres mediante el uso de tecnología? La niñez y la adolescencia necesitan crecer en un entorno de cuidado, respetuoso y seguro, con estructuras, rutinas y límites preestablecidos, con el cariño, la protección y el amor de sus padres durante las etapas cruciales de su formación (García Sotelo).

●  Detener la violencia contra las mujeres y buscar la igualdad de género

Al permanecer en los domicilios, ha crecido exponencialmente la violencia de género dentro de los hogares.[3] En los últimos años se ha llevado a cabo una gran lucha y movilización cultural y de concientización, a fin de enseñar que la conciliación laboral-personal no es “un problema de las mujeres”, sino que la corresponsabilidad es clave. ¿Cómo conseguir que el “quédate en casa” no genere más violencia o una mayor carga de responsabilidades en las mujeres? La tecnología permite nuevas formas de trabajo que podrían impulsar la reasignación de responsabilidades y roles tanto en el hogar como fuera de él; y la innovación tecnológica permite que la violencia sea atendida, asesorada y, en su caso, denunciada en línea.

●  Reconquistar derechos laborales

En 2018, México fue el país con el promedio anual más alto de horas trabajadas, con un total de 2148 horas por trabajador, lo cual no es proporcional a la eficiencia de la economía ni a la competitividad del país. (Justo) La tecnología puede dirigir esta tendencia a políticas más eficientes pero también, a la vez, agravar el impacto a las y los trabajadores de una manera desproporcionada; por ejemplo, si el trabajo en casa impide diferenciar los tiempos profesionales de los tiempos personales. ¿Será necesario revisar la normativa mexicana[4] de trabajo en casa o regularla como ha sucedido en Francia?

4) Repercusiones cotidianas en lo privado, público y político

El conocimiento y la actuación que se tome ante la tecnología en lo cotidiano tiene repercusiones privadas, públicas y políticas. La mayor causa de exclusión de la población de las herramientas informáticas es la falta de conocimiento y educación. Por ello, en esta “pandemia íntima” que “desdibuja el orden de lo público —que en tiempos normales ocupa casi todos los ámbitos— y magnifica el espacio de lo íntimo” es momento, también, de repensar lo público y aprovechar este espacio de intimidad para re/construir nuevas formas de manifestar convicciones políticas desde la actuación cotidiana.

Cuestiones como: ¿qué información comparto?, ¿de dónde pido la verdura a domicilio?, ¿qué plataforma uso para mis reuniones? o ¿qué puede ocurrir si acepto que una App tenga acceso a mi temperatura corporal para detectar el COVID-19?, son decisiones, actos que, consciente o inconscientemente, al masificarse, están contribuyendo a dibujar nuevas formas de comportamiento social. Son sutiles actos que dirigen esta nueva era tecnológica hacia una utopía o una distopía.

Einstein explicaba que “locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”. Por ello, para obtener resultados distintos ante esta situación, se debe cambiar la dinámica actual a una postura crítica, constructiva, desde la conciencia y el comportamiento cotidiano. La actitud frente al entendimiento y al uso de la tecnología constituye una oportunidad para plantear nuevas formas de hacer política, desde posiciones individuales, poniendo en práctica uno de los grandes lemas del 68: “Lo personal es político”.

El reto en la estrategia de reapertura presentada por el Gobierno federal y los gobiernos locales de México debería contemplar, como mínimo, ¿cómo se incorporarán las personas más vulnerables a las actividades fuera de casa?, ¿cómo puede la tecnología coadyuvar a esta reactivación, transición y consolidación de nuevas realidades?, ¿se ha contemplado el trabajo en línea en la mayor parte de las empresas? Entre otros muchos interrogantes.

5) Reflexiones para un uso sostenible e igualitario de la tecnología

Es imperativo cuestionar y debatir sobre las mejores maneras de conciliar la tecnología y usarla para la mejora social, persiguiendo un contexto igualitario y sostenible. La tecnología puede ser utilizada como herramienta de cambio. Esta colaboración periódica pretende compartir reflexiones para construir, junto con el lector, nuevas formas de entender y utilizar la tecnología desde una perspectiva igualitaria.

Algunas de las limitaciones de la tecnología se encuentran en el ámbito educativo e institucional. En el “primer mundo”, la tan debatida brecha tecnológica está dividiendo la población entre info-ricos e info-pobres. Para intentar evitar que las nuevas generaciones padezcan “discriminaciones tecnológicas”, la informática se ha convertido en una materia oficial de los programas educativos de las escuelas públicas europeas (Mancini 19) y de las universidades en los primeros lugares de los rankings mundiales.

Aunque de COVID-19 puede enfermar cualquiera sin discriminación[5], las afectaciones no son las mismas para todas las personas. El factor común es la pérdida, ya sea de algún ser querido, del trabajo o del sustento; para otros se agrava por la urgencia de satisfacer necesidades básicas (si la solución es lavarse las manos ¿qué pasa con los que no tienen acceso al agua?). Tras la pandemia, ¿continuaremos impulsando la economía y la carrera de la producción imparable y desigual? ¿Dónde se defiende un crecimiento sostenible? Se trata de un valor importante pero no interesa al modelo económico vigente; por lo tanto, no se difunde en televisión, nadie lo conoce y muy pocos lo practican.

En una sociedad del conocimiento y del aprendizaje, según el ideal de Habermas, las comunidades, empresas y organizaciones avanzarían gracias a la difusión, asimilación, aplicación y sistematización de conocimientos creados u obtenidos, potenciando el proceso de aprendizaje en común, de manera igualitaria a través de redes, empresas, gremios, comunicación inter e intrainstitucional, comunidades y países.

Así, en este espacio se busca un uso igualitario y sostenible (5) que permita tener repercusiones en lo privado y en lo público (4), conciliando las realidades personales con las políticas laborales (3) rumbo a un uso orgánico de la tecnología (2), todo ello a partir de un análisis consciente de las alternativas y peligros que conlleva la tecnología (1). Estas cinco premisas conforman la visión desde la cual “Tecno-lógicas” abordará sus reflexiones, a través de unos lentes que permitan leer el código de lo que implica cada decisión tecnológica desde la mente crítica que aspiramos construir junto con los lectores.

En esta colaboración, se construirán reflexiones para conciliar la relación de la tecnología con diversas áreas  —no para generar terror descubriendo que series como Black Mirror ya son parte de esta realidad—, para entender el código en el que se inscribe la nueva realidad y poder aprovecharla haciendo que nuestras decisiones cotidianas dibujen los contornos de la nueva realidad que queremos construir.

EP

[Bibliografía]

García Sotelo, Gilda. El camino hacia la educación inclusiva, de las niñas y los niños con discapacidad en el Derecho Internacional de los Derechos Humanos, (tesis), Programa de Derechos Fundamentales del Instituto de Derechos Humanos Bartolomé de las Casas, de la Universidad Carlos III de Madrid, Director, Ignacio Campoy Cervera, 2016.

Habermas, Jürgen. Teoría de la acción comunicativa, Madrid: Taurus, 1987. 

Justo, Marcelo. “¿Cuáles son las economías más eficientes y por qué?”, BBC Mundo, 30 enero 2015.

Klein, Naomi. No Logo, Barcelona: Paidós Ibérica S. A., 2001.

Mancini, Luna. Cómo fomentar el acceso de la sociedad al conocimiento a partir de contenidos compartidos por internet: Alternativas en la propiedad intelectual para la era digital (tesis). FLACSO México, 2014.

Marx, Karl. El Capital. Barcelona: Grijalbo Mondadori, 1998.


[1] Esta expresión no hace referencia a la modificación genética ni a la biotecnología, sino a un uso más humano de la tecnología. Por ejemplo, Twitter optó por promover los “organic tweets”, limitando los “ads” o anuncios políticos que son una de sus mayores fuentes de ingresos. Sin embargo, su uso masivo e ilimitado modifica el discurso y el alcance de la opinión de las personas, generando una percepción alterada, por no decir falsa, de la postura social. Frente a ello, Twitter optó por usar la tecnología para una política con menos “bots” y más “gente viva”.

[2] Lo que podría asemejarse al sueño de la utopía comunista pero en el campo capitalista, como ya mencionaba Marx al final de su libro El Capital.

[3] Pese a que el presidente del gobierno mexicano expresó que “el 90 % de las llamadas de auxilio son falsas”, de acuerdo con el Secretario Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, las llamadas de emergencia relacionadas con incidentes de violencias contra las mujeres ha aumentado desde marzo. Los municipios han detectado mayor número de delitos y denuncias de violencia de género.

Las cifras oficiales se conocerán el 26 de mayo 2020, cuando se presente un informe pormenorizado de las acciones, programas y resultados que se impulsan desde el Grupo de Estrategias contra las Violencias de Género, coordinado por la Secretaría de Gobernación para que las mujeres vivan una vida libre de violencia.

[4] Desde el 2012, la Ley Federal del Trabajo regula el “Trabajo a domicilio”.

[5] El Secretario General de las Naciones Unidas calificó esta pandemia como la peor crisis desde la Segunda Guerra Mundial, debido al número de muertos. “Secretary-General’s message to staff (23 April 2020)”



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