Una cosa es lo que dice la letra y otra muy distinta es que la letra se cumpla. Según estudios demoscópicos, los mexicanos no perciben ser iguales ante la ley.
(Des)iguales ante la ley, un país dividido
Una cosa es lo que dice la letra y otra muy distinta es que la letra se cumpla. Según estudios demoscópicos, los mexicanos no perciben ser iguales ante la ley.
Texto de Francisco J. Parra 01/07/20
En México todos somos iguales ante la ley, o al menos eso quisiéramos. La evidencia muestra que existe un acceso desigual a la justicia. Sin embargo, esta realidad, que sólo se cumple en papel, no es compartida en este país. En el Comparative National Election Project (CNEP), un estudio poselectoral para conocer las actitudes y comportamiento del voto en la más reciente elección presidencial, vemos que en 2018 el país estaba dividido ante la afirmación “En México, todos somos iguales ante la ley”:
Los resultados revelan que la idea de ser iguales ante la ley la comparte el 19% que está “muy de acuerdo” y el 30% “algo de acuerdo”, mientras que el 25% está “algo en desacuerdo” y el 24% “muy en desacuerdo” con dicha afirmación. En el CNEP, estudio realizado en julio de 2018 a 1,428 adultos a nivel nacional, vemos que la mitad de los mexicanos está de acuerdo en que somos iguales ante la ley, mientras que la otra mitad está en desacuerdo.
Los estudios demoscópicos nos permiten conocer mejor a un grupo de personas. Las respuestas a estos estudios son una muestra de la opinión o perspectiva que tienen ante diferentes circunstancias. La perspectiva está condicionada, entre otras cosas, por experiencias y privilegios. Para conocer más sobre la opinión que hay en México respecto a la isonomía (igualdad ante la ley) revisaremos algunos temas. Para esto he agrupado las respuestas de “mucho” y “algo” con el fin de analizar este contraste.
El sospechoso común en temas de desigualdad es el dinero; a quien más tiene, le va mejor en la feria. Quien puede pagar una defensa jurídica podría sentirse en igualdad de condiciones, por ejemplo. Este supuesto no se comprueba con los resultados del CNEP, donde sin importar el nivel de ingreso no vemos diferencias en la perspectiva de igualdad ante la ley.
El 80% de las y los encuestados gana menos de 10,600 pesos, y esta categoría se divide en partes iguales: 40% de acuerdo y 40% en desacuerdo en que en México todos somos iguales ante la ley. En los otros rangos la diferencia es de apenas un punto porcentual o de plano sin diferencia. Esto no quiere decir que no exista diferencia en el acceso a la justicia por cuestión de ingreso: estos datos reflejan que la opinión de las y los mexicanos no muestran diferencias por efecto del ingreso.
El CNEP da 9 categorías para nivel educativo, desde ninguno hasta posgrado y considerando primaria, secundaria o universidad trunca. Al revisar esta dicotomía en términos educativos encontramos una pequeña diferencia a partir de secundaria.
Si bien la diferencia en cada categoría es sólo entre 1 y 3 puntos, resulta revelador que aquellas personas que no tienen estudios o sólo terminaron la primaria están en desacuerdo con la idea de que en México todos son iguales ante la ley. Mientras que quienes tienen estudios de secundaria o hasta posgrado sí ven, en mayor medida, igualdad ante la ley.
El CNEP, cuyo objetivo principal es el comportamiento del voto, nos permite analizar las opiniones respecto a la isonomía bajo la lupa política. Al cruzar esta información con identificación partidista vemos resultados que esbozan a los simpatizantes de los principales partidos políticos en México.
Entre los simpatizantes del Partido de la Revolución Institucional (PRI) el 41% está de acuerdo con que somos iguales ante la ley, mientras que el 59% no está de acuerdo. Pareciera que entre los simpatizantes del PRI predomina la icónica frase de Colosio: “México tiene hambre y sed de justicia”. Por su parte, entre quienes simpatizan con el Partido Acción Nacional (PAN) vemos que el 46% ve igualdad, aunque el 54% está en desacuerdo. Mientras que entre quienes tienen afinidad por Morena, el 53% considera que somos iguales ante la ley y el 45% no comparte esa idea.
Los datos anteriores merecen una lectura particular. A simple vista pareciera que entre quienes simpatizan con Morena hay una ligera mayoría que no ve un problema de desigualdad ante la ley. No obstante, es importante matizar que esta encuesta postelectoral se da después del triunfo de su candidato. Un candidato que había acusado de fraude en sus derrotas anteriores, tal vez esta respuesta esté capturando un poco del sentimiento de “justicia”; algo que en futbol llamarían “justicia divina” si algún día el Cruz Azul sale campeón.
Acceso desigual a la justicia
El acceso a la justicia no es igualitario y en promedio la mitad de las y los mexicanos así lo expresan según la información del CNEP. ¿Qué pasa cuando la ciudadanía no recibe un trato igualitario ante la justicia?, ¿qué pasa ante estos vacíos de Estado?, ¿qué pasa cuando la justicia se hace de propia mano y falla el Estado de Derecho? El CNEP también nos da unas pistas, como lo escribió Alejandro Moreno en su texto “Linchamientos” (El Financiero, abril 2019), donde el linchamiento es aceptado por el 43% de las y los encuestados, mientras que el 52% responde que nunca debe ser justificado este acto.
Con ayuda del CNEP hemos visto los efectos ingreso, educación y partidismo en la opinión de las y los mexicanos respecto al acceso a la justicia. También hemos visto que las y los mexicanos aceptan tomar justicia por su propia mano en un país donde el acceso a la justicia es desigual y vemos una clara falta de Estado de Derecho.
El anhelo de un mejor país pasa por tener un acceso igualitario a la justicia: un país donde la gran mayoría vea igualdad ante la ley, sin importar privilegios, porque esa igualdad es una realidad. El rapero español Nach lo dejó claro: dijo que necesita “un país que no se atraganta / que aguanta sin peros / donde justicia sea igual para obreros / que para la infanta”, en México necesitamos un país donde la justicia sea igual para todas las personas.Parafraseando al doctor Moreno, que estos datos sirvan para reflexionar sobre las características de nuestra sociedad y de cómo el Estado de Derecho sigue siendo un gran pendiente. EP
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