Bad Pitch
03/11/20
Para ser guionista de televisión a cierto nivel debía estar dispuesta a jugar una serie de roles que se antojaban incómodos. Debía ser popular, sociable y carismática; caerle bien a las personas correctas y tener un buen número de seguidores en mis redes sociales. Debía ser productora, no sólo en el sentido de producir la guía técnica para un producto audiovisual, sino también porque debía ser parte integral de las grandes decisiones estratégicas y la etapa más crucial de cualquier proyecto: la venta.