24/08/16
Después de la gran crisis de finales de los años ochenta, la calidad del aire en el valle de México había ido mejorando progresivamente. Medidas eficientes y la coordinación de distintas instancias hicieron de la capital del país un lugar de avanzada en la reducción de partículas contaminantes. Lamentablemente, en últimas fechas una serie de decisiones desafortunadas ha generado un incremento de los niveles de ozono y otras sustancias dañinas. En este artículo se hace una crónica y un diagnóstico del problema. En una próxima entrega, la autora enlistará las posibles soluciones.