#Tablerointernacional: Julio

Este mes, la reflexión del Grupo México en el Mundo analiza cuatro temas sustanciales para las relaciones internacionales.

Texto de , & 24/07/24

Este mes, la reflexión del Grupo México en el Mundo analiza cuatro temas sustanciales para las relaciones internacionales.

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En esta ocasión, el Grupo de México en el Mundo analiza cuatro temas sustanciales para las relaciones internacionales. En primer lugar, las elecciones en Estados Unidos; luego, el giro a la izquierda de Gran Bretaña y Francia; también a dónde va Mercosur; finalmente, el panorama preelectoral en Venezuela.

Elecciones en Estados Unidos 

Las elecciones en Estados Unidos acaban de dar un vuelco inesperado y esperado. Kamala Harris en menos de 24 horas, este 22 de julio, logró obtener los 1976 votos mínimos necesarios para ser nominada candidata a la presidencia de los Estados Unidos. En este último mes cambió el escenario completamente. Pasó de haber vivido un debate en junio pasado entre Donald Trump y Joe Biden en el que Trump quedó con una distancia de al menos 10 puntos sobre un Biden quien, muy desafortunadamente, dejó ver a los estadounidenses, a los demócratas y al mundo, su precario estado de salud. Anteriormente se le criticaba por su edad, pero en el debate se demostró realmente que su salud no era la adecuada para buscar su reelección ni para continuar en la presidencia. Durante un mes se le criticó y presionó para que dejara la candidatura. Personalidades como el mismo Barack Obama y Nancy Pelosi buscaron convencerlo para que se retirara.

Por su parte, Donald Trump aprovechó muy bien la situación, logrando obtener no sólo el apoyo de todos los republicanos MAGAS (Make America Great Again), sino también de los muchos indecisos y algunos republicanos conservadores y llegar a la Convención Republicana con mucha fuerza y habiendo definido a quién sería su compañero de fórmula en la posible vicepresidencia, escogió a James David Vance. En su discurso demostró, en muy pocos minutos, que es el mismo Trump de siempre: mentiroso, agresivo y que puede ser un presidente mucho peor que lo que fue en su primera administración del 2016 al 2020. Este mes sufrió también un atentado en el que la bala tocó su oreja izquierda. El atentado le dio todavía más visibilidad y realmente el proceso electoral estaba centrado en los republicanos y en la crítica a los demócratas. Parecía que el partido demócrata no estaba jugando adecuadamente. Durante un mes, Biden se mantuvo diciendo que continuaría en la candidatura y recibiendo todo tipo de críticas. 

En un escenario en el que el foco estaba puesto en la campaña de Trump y en sus cada vez mayor posibilidad de ganar en noviembre, Biden esperó, inteligentemente, a que pasara la Convención Republicana para anunciar el domingo 21 de julio su decisión de dejar la contienda y enfocarse los próximos meses en terminar su presidencia. Con esto no sólo cambió la atención de la contienda electoral, sino que le dio mucho aire a los demócratas. Al endosar todo su apoyo a la Vicepresidenta Kamala Harris como su posible sucesora abrió un rumbo totalmente diferente para las elecciones y para el futuro de Estados Unidos y del mundo. Con esta decisión pasará a la historia como un personaje que recibió un país en crisis y que logró cambiar la situación económica, manejar adecuadamente la pandemia de covid-19 y rescatar la democracia amenazada por Trump y los republicanos. Más importante aún, Biden pasará a la historia como alguien que aceptó sacrificarse en beneficio de su país y de los estadounidenses.

“Biden pasará a la historia como alguien que aceptó sacrificarse en beneficio de su país y de los estadounidenses”.

Kamala comenzó su candidatura el 22 de julio, enfatizando que antes de ser vicepresidenta y senadora, al haber sido fiscal conoce muy bien a personas y a hombres abusadores, mentirosos y quienes sólo ven por su propio beneficio económico; en síntesis, conoce muy bien y sabe tratar con tipos como Donald Trump. Ahora le toca vencerlo y ganar en noviembre la presidencia. Con esto se tendría a la primera mujer presidente, que al ser afro-india-latina y americana y no blanca, puede convencer a muchos indecisos. El tablero cambió y el proceso electoral también. 

El giro a la izquierda de Gran Bretaña y Francia: ¿posibilidades de renovar la cooperación intraeuropea?

El 4 de julio el partido laborista regresó al poder, después de 14 años de haber tenido un gobierno conservador en el Reino Unido. El nuevo primer ministro, Keir Starmer, llegó con una mayoría aplastante de 412 escaños en la Cámara de los Comunes (más allá de los 326 necesarios para obtener la mayoría absoluta), descalabrando a los Tories, quienes perdieron 244 escaños. Desde las primeras semanas de su gobierno, el nuevo gabinete se ha comprometido a articular una nueva política industrial que acelere la descarbonización de la economía británica, similar a lo iniciado ya en los Estados Unidos por Biden. Para ello se creará una compañía estatal, Great British Energy, con un capital inicial de 10 mil millones de euros, cuyo objetivo será elevar la disponibilidad de energía solar y eólica, a la par de incentivar la inversión privada en nuevas tecnologías energéticas que permitan reducir los costos de su generación. También se ha anunciado la construcción de millón y medio de viviendas de interés social durante los próximos cinco años, así como la mejora del sistema de salud pública. A pesar de que Starmer se opuso abiertamente al Brexit, no intentará revertir esta decisión, pero estará dispuesto a articular una alianza pro-europea en materia de defensa y seguridad. Tal y como lo mencionó su nuevo ministro de Política Exterior, David Lammy, la “amenaza fascista” se ha vuelto a cernir sobre la Europa liberal y democrática, para lo cual se necesita pensar en una política de defensa común para el continente. Dicho mensaje se dejó oír durante la cuarta reunión de la Comunidad Política Europea(CPE), un foro de diálogo que permite enlazar a los países de la Unión Europea con el resto del continente, y que tuvo lugar en su país.

Por otra parte, en Francia, después de que Emmanuel Macron disolviera la asamblea y convocara a elecciones legislativas poco antes de iniciarse los Juegos Olímpicos, ninguna alianza partidaria, ya sea de izquierda, centro o derecha, logró la mayoría absoluta para controlar la Asamblea General. Macron, presidente posicionado en la centro derecha, tendrá que terminar su periodo (mayo de 2027) bajo un gobierno de coalición. Si bien el voto de los electores franceses castigó a su partido, logró también impedir que Reagrupamiento Nacional, partido de ultraderecha, ganara la mayoría parlamentaria y quedara además relegado en la tercera posición. La gran sorpresa fue el posicionamiento del llamado Nuevo Frente Popular (NFP), coalición que agrupó tanto a los radicales como a los socialistas y a otros grupos de la izquierda, y que obtuvo el mayor número de votos. Esto sin duda ha puesto presión sobre el presidente galo para elegir su nuevo primer ministro de entre las filas de dicha agrupación.

“Macron, presidente posicionado en la centro derecha, tendrá que terminar su periodo bajo un gobierno de coalición”. 

Sin embargo, una vez instalada la nueva Asamblea, las posiciones más importantes de la misma parecen favorecer el centrismo de Macron, al menos en el momento de escribir estas líneas. Al cabo de tres votaciones, la Asamblea finalmente reeligió a la macronista Yaël Braun-Pivet para dirigir la Cámara. Así mismo, de sus cuatro vicepresidentes, dos provienen de los radicales de izquierda y dos de los partidarios macronistas. Aquí, la sorpresa es que ningún diputado de la extrema derecha logró quedar en dichas posiciones clave. Todo esto hace ver que probablemente Macron se inclinará por un primer ministro afín a su agrupación y cuyo objetivo será negociar, con los grupos de izquierda y con la derecha moderada, los pendientes que le quedan por implementar hasta el final de su gobierno. Entre dichos pendientes está sin duda la consolidación de su plan verde, no sólo en materia de ahorro energético, sino de ampliación de la oferta nucleoeléctrica y de nuevas inversiones para acelerar las renovables, a la par de estimular la producción de vehículos eléctricos con tecnología francesa.

Ahora que los laboristas han regresado al poder en el Reino Unido y que el Parlamento Europeo ha ratificado la reelección de Ursula von der Leyen como presidenta de la Comisión Europea, Macron parece contar con dos aliados importantes para fortalecer su estrategia de defensa tecnológica y militar a nivel europeo frente a la agresividad de Putin, la competencia tecnológica china y el eventual regreso de Trump a la Casa Blanca. Como lo ha hecho ver en varias ocasiones, los países clave de Europa tienen que estar en la mesa de negociación de donde se obtenga una salida satisfactoria a la invasión rusa de Ucrania.

 ¿Quo Vadis, Mercosur?

A seis lustros desde su fundación, el Mercosur enfrenta más interrogantes y contradicciones que certezas y convergencias en medio de profundos reacomodos y vaivenes políticos en los países miembros. La última reunión del mecanismo celebrada en Asunción es un botón de muestra de sus desafíos internos y de los dilemas externos que enfrenta. Esta 64ª cumbre se llevó a cabo sin la presencia del presidente Milei en una muestra explícita del cambio radical que el gobierno libertario está decidido a imprimirle a la política exterior argentina. En lugar de asistir al Mercosur, Milei viajó a Brasil para participar en la Conferencia de Acción Política Conservadora junto con Bolsonaro, Kast y Verástegui. Su brújula en el mundo es estrictamente ideológica.

La ausencia del mandatario argentino no es un asunto menor. Causó molestia con críticas abiertas incluso por parte de un gobierno ideológicamente más afín como el de Lacalle Pou en Uruguay. Argentina es uno de los socios fundadores del bloque, además de su segunda economía, y el Mercosur ha sido un pilar compartido de las estrategias de inserción internacional del país de gobiernos peronistas y no peronistas. Si bien no está en duda la permanencia de Argentina en el Mercosur, la canciller Mondino pronunció un discurso muy crítico de la política arancelaria común y sugirió la necesidad de un “shock de adrenalina” para sacarlo del estancamiento

Aunque el Mercosur llegó incompleto a Asunción, también se presentó ampliado con la participación por primera vez del presidente de Bolivia, Luis Arce, tras la reciente adhesión de ese país como nuevo miembro. Hubo también muestras de una clara intención de articularse mejor con otros espacios subregionales, en particular con Centroamérica, razón por la cual el mandatario de Panamá, recientemente electo, asistió en calidad de país invitado con la mira de convertirse en Estado Asociado.

Hace tiempo que el proceso de integración en el Cono Sur vive malos momentos, pero la coyuntura actual es particularmente crítica. El hecho de que el acuerdo entre el Mercosur y la Unión Europea que se terminó de negociar hace cinco años después de veinte años de negociaciones todavía esté estancado, plantea la necesidad imperiosa de buscar nuevos horizontes comerciales y asociaciones estratégicas en regiones emergentes. Mientras que Paraguay apunta hacia el Medio Oriente, Brasil y Uruguay vuelven la mirada hacia China y el Sudeste de Asia, en tanto Argentina gira su brújula hacia el Atlántico Norte.

“Hace tiempo que el proceso de integración en el Cono Sur vive malos momentos, pero la coyuntura actual es particularmente crítica”. 

Sería, sin embargo, un error pensar que el Mercosur es un espacio de integración exclusivamente económica en proceso de extinción por las dinámicas centrífugas en su interior. A pesar de las divergencias, en el pasado el mecanismo ha mostrado resiliencia y capacidad para reformar su estructura institucional a pesar de las divergencias ideológicas entre los gobiernos en turno de los países miembros. En 2022 y 2023, se lograron acuerdos sobre reglas de origen y coordinación de políticas en materia de infraestructura, además de un acuerdo de libre comercio con Singapur, el primero del Mercosur con un país asiático.

Uruguay ha asumido la Presidencia Pro Témpore del bloque sudamericano con la intención de reorientar las negociaciones comerciales externas hacia la reactivación del mecanismo de diálogo con China y dejar a un lado el foco en la UE. Pero no hay que olvidar que las próximas elecciones presidenciales en Uruguay son un factor de incertidumbre y podrían modificar la correlación de fuerzas a nivel nacional y regional. Más incógnitas que certezas.

Panorama preelectoral en Venezuela: incertidumbre in extremis

Las elecciones presidenciales del 28 de julio en Venezuela son, sin duda, las que generan mayor incertidumbre y preocupación regional entre los seis procesos electorales latinoamericanos de este año. A una semana de los comicios, las lecturas dentro y fuera del país son de lo más divergentes. Algunos consideran que el país está en la antesala de un verdadero parteaguas democrático a pesar de la inequidad de la contienda y del hostigamiento permanente contra la oposición. Los más escépticos creen que estas elecciones son una completa farsa, igual que las de 2018, que conducirán al atrincheramiento definitivo de un régimen tan autoritario como ineficiente. Para otros, lo que está en juego no es la naturaleza del régimen político, sino la propia estabilidad política, económica y social de un país colapsado.

Las encuestas alientan la tesis de que el cambio político por la vía electoral es aún posible. La mayoría dan como puntero con un margen de hasta 20 % al candidato opositor de la Mesa de Unidad Democrática (MUD), Edmundo González Urrutia, a pesar de ser un bateador emergente poco conocido tras la inhabilitación de María Corina Machado y la obstaculización del registro de Corina Yoris. La credibilidad de un posible triunfo de la MUD podría unir más a la oposición en torno a un solo candidato y movilizar al electorado opositor, aunque también incentiva el endurecimiento de las medidas contra la oposición por parte del régimen para impedirlo.

“La credibilidad de un posible triunfo de la MUD podría unir más a la oposición en torno a un solo candidato y movilizar al electorado opositor”.

La preocupante advertencia del presidente Maduro, en campaña por su tercera reelección, de que un triunfo de la oposición generaría un “baño de sangre” es una señal contundente de que el oficialismo desconocerá los resultados de no serle favorables. La pregunta que está en el aire entre los pesimistas, es si la descalificación sería por la vía institucional de tribunales a modo, la persecución legal de la oposición, la represión de la protesta en las calles o la movilización de las fuerzas armadas para impedir el traspaso del mando.

Los pronunciamientos y reacciones de la comunidad internacional no se han hecho esperar. El gobierno de Biden reimpuso las sanciones al petróleo venezolano en respuesta al incumplimiento de del compromiso de garantizar “elecciones libres y competitivas” después de seis meses de tregua. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó ya el discurso de Maduro mientras que los gobiernos latinoamericanos de Argentina, Costa Rica, Guatemala, Paraguay y Uruguay emitieron una declaración conjunta demandando el cese del hostigamiento a la oposición. Cabe destacar que se trata de gobiernos de distinto signo político.

Millones de venezolanos que se encuentran fuera del país se movilizan para poder emitir su voto desde el exterior y superar las trabas que les ha impuesto el gobierno. Por su parte, Brasil y Colombia han intensificado sus esfuerzos de mediación y diálogo entre el gobierno de Maduro y la oposición para cerrar un acuerdo de reconocimiento de los resultados de la elección. En la misma tesitura se encuentra la administración Biden, aunque la campaña electoral en Estados Unidos genera ruido y disrupciones. En medio de la enorme incertidumbre preelectoral venezolana, México ha optado por el silencio mientras que Chile mantiene una distancia crítica pero expectante. EP

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