Bernardo Alonso Aguilar López nos ofrece una reflexión sobre la polarización social e ideológica que se vive al interior de la comunidad LGTB+, y sobre cómo el Estado, debilitado, ha aprovechado esta fragmentación para eludir sus responsabilidades con dicho sector poblacional.
El Leviatán está herido: vulnerabilidades de la comunidad LGBT+ mexicana en un Estado débil
Bernardo Alonso Aguilar López nos ofrece una reflexión sobre la polarización social e ideológica que se vive al interior de la comunidad LGTB+, y sobre cómo el Estado, debilitado, ha aprovechado esta fragmentación para eludir sus responsabilidades con dicho sector poblacional.
Texto de Bernardo Alonso Aguilar López 08/11/23
Agradezco la lectura y sugerencias de Héctor Perales.
Entre las poblaciones de mayor riesgo de contagio de la viruela del mono se encuentran las comunidades de la diversidad sexual. A diferencia de otros países, México no concretó la compra gubernamental de vacunas contra dicha enfermedad. Hubo esfuerzos para visibilizar este problema: Alain Pinzón —director de VIH Libre, asociación enfocada al servicio de personas que viven con VIH— organizó una protesta ante la Subsecretaría de Prevención y Promoción de la Salud con la finalidad de exigir la vacunación gratuita.1 A pesar de la convocatoria de Pinzón, pocas organizaciones respaldaron las manifestaciones. Abraham Torres, coordinador nacional de la Red Nacional de Juventudes Diversas, respondió a Pinzón: “así como mencionas la lucha del VIH, ITS, Viruela S[í]mica hay poblaciones LGBT+ que tienen otras necesidades, y el trabajo ahí es sumar a los diferentes esfuerzos”.2 Es decir, a pesar de la urgencia no hubo respuesta comunitaria. Este caso muestra 1) cómo la renuencia de las autoridades sanitarias a tomar medidas de prevención para poblaciones de la diversidad sexual, 2) cómo las tensiones comunitarias desincentivan la organización y 3) cómo estas fracturas permitieron que el Gobierno no cumpliera con sus obligaciones de proveer servicios de salud.
Este ensayo se pregunta si el debilitamiento estatal afecta a las comunidades LGBT+. Argumento que la comunidad mexicana de la diversidad sexual está muy fragmentada tanto por divisiones internas sociales como ideológicas. En el contexto de la debilidad actual del Estado mexicano en términos de su incapacidad de proporcionar servicios a sus ciudadanos —aunado a la homofobia institucional—, las comunidades LGBT+ son más vulnerables porque son blancos fáciles ante la impunidad y porque no tienen incentivos para la organización colectiva. Por lo tanto, ante la posibilidad de un mayor deterioro estatal, conviene replantear las demandas al Estado dependiendo de sus capacidades, incorporar el fortalecimiento estatal en la agenda y explorar nuevas alianzas con otros actores de la sociedad civil para lograr objetivos comunes.
La fragmentación comunitaria
El concepto de comunidad LGBT+ es una categoría que aglutina a todos los grupos de la diversidad sexo-genérica, es decir, que divergen de la sexualidad —la heterosexual— y la expresión de género —cisgénero— mayoritarias de la población. Sus integrantes son muy diversos en clase, racialidad, ideología política y religiosidad. Esto ha dado lugar a intereses distintos. Históricamente los homosexuales cisgénero blancos hemos gozado de ciertos privilegios —por ejemplo, el manejo de la agenda—, lo cual ha generado desigualdades al interior de la comunidad. Muchas personas trans dicen no pertenecer a la comunidad porque son excluidas. “Hija del Mal” menciona en el marco de una agresión transfóbica en el cine:
“No fuera un vato cis gay el que violentaron en Cinemex porque ya hubieran ido a cerrar la plaza, el cine, y hacer un desmadre. La T está en todo el abandono. Por estas cosas el concepto ‘comunidad’ dentro de la población LGBT no existe”.3
En este sentido, estas desigualdades dentro del colectivo LGBT+ excluyen ciertas agendas y por lo tanto limitan la cooperación y organización dentro de la misma comunidad.
El otro gran motivo de división dentro de este grupo es de corte ideológico. La comunidad de la disidencia sexo-genérica se ha dividido por la pregunta de qué hacer frente a la sociedad heterosexual: ¿asimilarse o liberarse? En los años setenta en Estados Unidos se desarrolló una discusión entre liberacionistas y asimilacionistas. Los primeros deseaban que la movilización homosexual buscara combatir todas las formas de opresión, incluido el racismo, las desigualdades económicas, entre otras. Por otro lado, los asimilacionistas pensaban que no eran muy diferentes de los heterosexuales, a excepción de su deseo homoerótico, por lo que abogaban por homogeneizarse dentro de la sociedad heterosexual.4 Estas visiones tienen repercusiones en la visión de cómo solucionar los problemas: los asimilacionistas buscan reformar el sistema, mientras que los liberacionistas simpatizan con el ideal de la revolución.
La división también existe en México. Para ejemplificar esta división presento dos ejemplos. Quique Galdeano, famoso influencer homosexual cisgénero —fundador de Escándala!, una de las plataformas de contenido cultural LGBT+ más grandes de México—, afirmó en relación a la situación polarizante de la comunidad en los últimos años que:
“No hay un diálogo de nada. Es bien fácil en redes sociales te bloqueo te silencio, y ya nada más me aparece lo que quiero ver […] Ahorita con el rollito de cállate blanca, el racismo, todo el mundo está polarizando, chairos [vs.] fifís, el mundo está haciendo que nos separemos en lugar de unirnos. No hay un entendimiento de ninguna de las dos partes, y lo que va a pasar es que nos exterminemos por completo nosotros por las diferencias que vemos, que muchas veces son tan poquitas, y tenemos muchas más coincidencias”.5
La visión de Galdeano resalta similitudes al interior de la comunidad, por lo que la lógica divisora del “cállate blanca” es un mal que se tiene que combatir. Una postura muy distinta es la de Mikaelah Drullard, mujer trans, afrodescendiente y filósofa. Para ella el enemigo a enfrentar no es la polarización:
“Descolonizar significa desestructurar el patriarcado, el capacitismo, el racismo, la heterosexualidad como régimen político y herencia de imposición colonial. Decir que hay que despatriarcalizar primero es avalar el colonialismo del feminismo blanco, que pone el patriarcado como única opresión y como la más importante o principal, como si el patriarcado no funcionara gracias al colonialismo y el capitalismo que estructura el mundo”.6
La postura de Galdeano se asemeja al asimilacionismo, mientras que la postura de Drullard remite al liberacionismo. No pretendo decir que los autores se identifiquen con estas corrientes o que existen bloques claramente agrupados alrededor del asimilacionismo y del liberacionismo. Más bien, pienso que destacar estas visiones ideológicas subyacentes a los discursos de las personas permite apreciar diferencias sustanciales: ambas tienen visiones muy distintas sobre los problemas que es urgente resolver. Ahora bien, tanto las diferencias ideológicas como sociales profundas tienen consecuencias prácticas en la organización colectiva.
La debilidad estatal en México
Sostengo que el Estado mexicano puede ser calificado de débil en el sentido de Robert Rotberg. Para el profesor de Harvard, el Estado existe con la finalidad de: “proveer un método descentralizado de proporcionar bienes (públicos) a las personas viviendo en parámetros establecidos (fronteras)”. De tal manera, distingue los Estados fuertes de los débiles “de acuerdo a su desempeño —de acuerdo a los niveles de su ofrecimiento de los bienes más cruciales—”.7 Rotberg dice que los principales bienes son seguridad, métodos de ajuste de disputas —lo cual implica un sistema judicial eficiente—, un sistema de libre participación en el proceso político, servicios médicos y educación.8 Los Estados fuertes tienen un buen desempeño en estas áreas, los Estados débiles tienen resultados mixtos; estos, mientras peor se desempeñan, mayor es su debilidad, y el peor evaluado es el Estado fallido.9 Para demostrar que el Estado mexicano es un Estado débil me enfocaré en cómo es incapaz de proporcionar los principales bienes públicos enunciados por Rotberg a la población en general, y particularmente a la comunidad LGBT+.
El primer bien público es la seguridad. El Estado mexicano no puede proveer seguridad a sus ciudadanos, y mucho menos a las poblaciones LGBT+. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del segundo trimestre de 2023, el 62.3% de encuestados consideró que su ciudad era insegura y el 51.7% declaró haber visto o escuchado robos y asaltos en los alrededores de su vivienda.10 De acuerdo con el INEGI, de enero a diciembre de 2022 hubo 32 223 homicidios, 25 homicidios por cada 100 mil habitantes.11 Si la violencia es parte de la cotidianeidad de la ciudadanía en general, las poblaciones de la diversidad sexual también sufren violencia por ser quienes son. De acuerdo con la organización civil Letra Ese, en 2022, 87 personas fueron asesinadas en México por motivos de odio.12
El segundo bien es un sistema de resolución de controversias. Esto implica un sistema de justicia eficiente, cosa que en México no existe. En el Índice Global de Impunidad del 2020, México aparece en el número 60 de 69 naciones con un nivel de impunidad superior al promedio global –39.9–.13 De acuerdo con México Evalúa A. C., en la Ciudad de México el 98.4 % de casos denunciados en la entidad quedaron impunes en 2021.14 Es decir, los niveles de impunidad son altísimos. A lo anterior hay que añadir que las personas de la disidencia sexual deben enfrentarse a la homofobia que existe en el Estado, lo cual hace todavía más difícil el acceso a la justicia.
De igual manera, la homofobia, entendida como el rechazo hacia las personas no heterosexuales o cisgénero, hace que la comunidad de la diversidad sexual no pueda gozar de los bienes públicos como la educación y la salud, y mucho menos de representación política. El acceso a servicios públicos para las personas de la diversidad sexual tampoco está asegurado. De 2012 a 2022, el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación ha registrado 1175 quejas relacionadas con personas de la diversidad sexual a las cuales se les ha negado el acceso a derechos, ya sea desde actores privados o públicos.15 Muchas personas LGBT+ que han escogido la vida política enfrentan obstáculos. Por esto se crearon las “cuotas arcoíris”, que son un esfuerzo para que la diversidad sexual sea incluida en los puestos de elección popular. El problema es que los partidos no cumplen con esta regla y de ahí que suelan postular, por ejemplo, a personas heterosexuales en lugar de personas homosexuales.16 En todo caso, la participación de la comunidad LGBT+ es raquítica y se concentra en núcleos urbanos como la Ciudad de México. El Estado mexicano no ha logrado integrar a estas comunidades a la vida pública.
Por todas estas razones podemos afirmar que el Estado mexicano es incapaz de proveer los bienes colectivos fundamentales —seguridad, justicia, participación política y servicios— a sus ciudadanos. Aunque el Estado mexicano no es un Estado fallido, ciertamente entra en la categoría de un Estado débil. Esto tiene implicaciones para una población tan vulnerable como las comunidades LGBT+ a causa de la homofobia institucionalizada. Y es que el Estado no puede proveer servicios tanto por la homofobia institucionalizada, como porque no tiene la capacidad de brindarlos.
La vulnerabilidad LGBT+ en un Estado débil
Por todo lo anterior, distinguir cuándo el Estado no puede —no tiene la capacidad de brindar los servicios— o no quiere —tiene la capacidad, pero no lo hace por discriminar a la comunidad LGBT+— es vital para reformular las estrategias de las organizaciones de la sociedad civil en este contexto.
En el caso de la homofobia estatal es posible pugnar por la acción puntal y concreta, pero en el caso de agendas donde el Estado es débil hay que ampliar la agenda hacia la construcción de capacidades estatales, como garantizar la seguridad, el acceso a la justicia, cobertura de servicios sociales y la participación política. Por ello es fundamental establecer nuevas alianzas con otros actores a favor de un Estado fuerte y democrático, capaz de sancionar los actos homofóbicos y de prevenirlos mediante educación y campañas públicas.
Sin embargo, para lograr esto, primero se tiene que enfrentar el gran problema de la fragmentación interna en la comunidad LGBT+. Una comunidad fragmentada tendrá una menor eficacia para responder a los retos en el contexto de un Estado débil. De acuerdo con la literatura sobre organizaciones de la sociedad civil (OSC), la eficacia de las campañas de cabildeo de las OSC depende del nivel de formación de las coaliciones o de los conflictos en la comunidad de las OSC.17 Esto se puede extrapolar a otras técnicas de influencia; cuando no hay consenso entre las OSC, hay una acción fragmentada, como en el caso de la viruela del mono. Además, el clima político y económico de los Estados en los que se ubican las OSC afectan sus tácticas y probabilidades de éxito.18 Esto sucede porque pueden florecer en las democracias, pero son restringidas en los sistemas autoritarios.
En suma, se necesita que la comunicación entre organizaciones ofrezca un espacio de negociación en la agenda. Esto es muy poco probable porque dicha negociación implica compartir el poder al frente de las organizaciones, es decir, en la propia formulación de las agendas. Es dudoso que quienes detentan el poder quieran compartirlo o se sienten a negociar con quienes han tenido discusiones agresivas en el pasado. Sin embargo, si queremos evitar fracasos como el caso de la viruela del mono, la acción fragmentada nunca será la solución y solo se traducirá en malos servicios para nuestra comunidad. EP
- Inés Amarelo, “Activistas denuncian minimización de viruela del mono por Gobierno mexicano”, Swissinfo.ch, 27 julio 2022, https://acortar.link/TpLmeZ. [↩]
- Abraham Torres (AmtsmaTm), “Creo amix que ninguna”, Twitter, 28 de octunre 2022, https://acortar.link/NLbMwX. [↩]
- Hija del Mal (Hija_del_Mall) ”No fuera un vato cis”, Twitter, 16 de abril 2022, https://acortar.link/pCeVyV. [↩]
- Benjamin H. Shepard. “The Queer/Gay Assimilationist Split. The Suits vs. the Sluts”, Monthly Review, 53, n. 1, May 2001, https://lc.cx/qQfbr2. [↩]
- Enrique Gómez, host, “La Otra Cara de Quique Galdeano 2ª Parte”, Diversidad Ciudadana Todes Podcast, Podcast Audio, 8 mayo 2023, https://lc.cx/FyXuBK. [↩]
- Mikaelah Drullard, “No soy tu enemiga: un llamado a matar el policía que llevamos dentro”, junio 24 de 2023, Volcánicas, https://acortar.link/4aWzyP. [↩]
- Robert Rotberg, “Failed States, Collapsed States, Weak States: Causes and Indicators”, en R. Rotberg (ed.), State Failure and State Weakness in a Time of Terror, Brookings Institution Press, 2003, p. 2. [↩]
- Ibid., pp. 3-4. [↩]
- Ibid., p. 4. [↩]
- INEGI, “Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana. Segundo semestre 2023”, 19 julio 2023, p. 1, https://acortar.link/MQVJmD. [↩]
- INEGI, “Defunciones por homicidio enero a diciembre de 2022”, 25 julio 2023, https://acortar.link/bTly7W. [↩]
- Letra Ese A.C., “Los rastros de la violencia por prejuicio. Violencia letal y no letal contra personas LGBT+ en México, 2022”, Ciudad de México, p. 24. https://acortar.link/nYCetN. [↩]
- Juan Antonio Le Clercq, “Mexico: Measuring Impunity through the 2020 Global Impunity Index”, Global Americans, 11 enero 2021, https://acortar.link/LWCLwR. [↩]
- México Evalúa, “A pesar de los esfuerzos por transformar la justicia en CDMX, no se ha logrado reducir la impunidad”, 23 de julio 2023. [↩]
- CONAPRED, “Boletín 015/2022”, 17 mayo de 2022, https://lc.cx/He6MVI. [↩]
- Guillermo Osorno, host, “Candidaturas LGBTQ”, El futuro es nuestro, Podcast audio, 27 de mayo de 2021, https://acortar.link/03qRmS. [↩]
- Jennifer Clapp & Jonas Meckling. “Business as a Global Actor”. En Robert Falkner (ed.) The Handbook of Global Climate and Environment Policy, Nueva Jersey, John Wiley & Sons, 2013, p. 296. [↩]
- Elizabeth Bloodgood, “Non-Governmental Organizations”, Jon C. Pevehouse and Leonard Seabrooke. (Eds.) The Oxford Handbook of International Political Economy. Oxford University Press, 2021, p. 3. [↩]
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