Frida (2009-2022)

Alonso Ruvalcaba escribe un obituario para Frida, la perra rescatista de la Marina mexicana.

Texto de 16/11/22

Alonso Ruvalcaba escribe un obituario para Frida, la perra rescatista de la Marina mexicana.

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Uno. Hoy, 15 de noviembre del año 2022, murió Frida, la perra rescatista. Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Amo del universo, quienes vamos a morir, aquellos a quienes el pecado nos sofoca, nos reclinamos en tu trono y suplicamos: derrama tu nieve blanca sobre la ciudad de México; cubre las azoteas, cubre mi casa, cubre la banqueta y la cloaca, cubre mi tumba, cubre las tumbas de los vivos y los muertos, cubre los restos de los perros que amamos y nos amaron. Cúbrelo todo. Cubre el mar.  

Dos. Un hombre se confunde, gradualmente, con la forma de su destino; un hombre es, a la larga, sus circunstancias. Una perra no. Una perra como Frida, menos. Frida no era la forma de su destino ni sus circunstancias. Frida era una perra con un trabajo: salvarnos a nosotros. Donde fuera posible. Circunstancias: Frida era una perra labrador que pertenecía a la Marina Nacional y usaba goggles, chaleco y botas de resistencia; en caso de desastres naturales, era enviada para colaborar en las labores de rescate; los escombros eran su especialidad: los del terremoto de 2010 en Haití, en 2016 en Ecuador; los deslizamientos de Guatemala en 2012; los terremotos de Oaxaca y Puebla y, crucialmente, la ciudad de México en septiembre de 2017. (Qué mes fue septiembre de 2017; qué mes trágico, fúnebre y feliz fue ese septiembre.) Frida no fue, a la larga, esas circunstancias. Frida fue su trabajo: rescató a 52 personas de entre todos esos escombros.

“Frida no era la forma de su destino ni sus circunstancias. Frida era una perra con un trabajo: salvarnos a nosotros. Donde fuera posible”.

Este párrafo escrito por Alejandra Vergara está en un libro sobre el 19 de septiembre de 2017; aquí, circunstancias y trabajo se entrelazan inextricablemente:

…Frida no sólo ayudó en las zonas afectadas: su imagen viralizada fue un respiro entre la montaña de noticias sobre el sismo. No lo hizo intencionalmente, está en sus genes. La historia de los perros es la historia de una especie que evolucionó para agradarnos. Las grandes fauces de los lobos se redujeron, sus expresiones se infantilizaron y su carácter se volvió dócil para generarnos reacciones como la ternura o la compasión. En la expresión de un perro vemos reflejada nuestra capacidad de sentir afecto y crear lazos, y la imagen de Frida, una perra que además estaba salvando vidas, nos recordó que incluso en medio del desastre, el terror y la incertidumbre pueden florecer en nosotros sentimientos de solidaridad y amor incondicionales.

Ese florecimiento, siquiera breve, fue real. He aquí mi imagen favorita de todos los tiempos. Sucedió, o yo digo que sucedió, el último día de los rescates del inasible Colegio Rébsamen. Televisa y TVAzteca se disputaban el micrófono y el escándalo, porque alguien tiene que vender esos minutos de aire y publicidad. Entre los escombros ya no se oían gritos ni reales ni inventados, pero el ruido aquel era insoportable. En casa, nosotros cogíamos para recobrar nuestra parcela de tierra arrebatada. Llorábamos, peleábamos, queríamos golpear una pared después de venirnos. Entonces algo nos interrumpió. En la tele dijeron: “Frida la perrita rescatista va a intentar un último rescate en el colegio Rébsamen.” Volteamos. Frida estaba sentada en lo que había sido la entrada del colegio. Iba con su binomio, el soldado Rafael Arauz Salinas. Luego avanzó hacia aquellos escombros. Había otros soldados formados en fila. La vieron pasar y, a su paso redoblado, se pusieron en firmes y la saludaron con una mano en la frente, como a la generala que fue. Frida avanzaba y ningún soldado miró hacia abajo, hacia ella; todos miraban al horrible horizonte, al escombrado horizonte interminable. A uno de ellos le temblaba la mano. 

Luego Frida se internó en los escombros y no encontró nada, sino restos de gente muerta.

(Cinco años he pensado en esa imagen. No sé si sucedió o la soñé o alguien me dijo que la soñó. ¿Importa? La realidad de Frida está más allá de esas minucias, y de cualquier modo la realidad realidad ya es un sueño que compartimos entre todos.) 

Frida se retiró en 2019. Tal vez su retiro no fue voluntario. Tal vez nunca supo que tenía trabajo.

Envío. Frida, pequeño nombre inolvidable, querida Frida, Frida Marina perdida para siempre: estés donde estés, te suceda lo que te suceda, yo te deseo el bien mayor, la bondad imposible en este mundo. Yo, Alonso Ruvalcaba, mota de polvo en el espacio, te lo deseo. Te deseo agua fresca y un apacible viaje. Te deseo el amor que entonces te teníamos –así nomás: amor libre de celo y lleno de esperanza–, y te deseo el amor que inútilmente te tengo todavía. EP

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