*Estos poemas forman parte del poemario Bertha mira el infinito (Puertabierta editores, Colima, México, 2015) y fueron escritos a partir de las palabras de la madre del poeta, Bertha, poco antes de su muerte, por lo que ella misma pudo leer y contribuir a su perfeccionamiento. (Lee el texto con el que Eduardo Casar participó en la […]
Poemas
*Estos poemas forman parte del poemario Bertha mira el infinito (Puertabierta editores, Colima, México, 2015) y fueron escritos a partir de las palabras de la madre del poeta, Bertha, poco antes de su muerte, por lo que ella misma pudo leer y contribuir a su perfeccionamiento. (Lee el texto con el que Eduardo Casar participó en la […]
Texto de Este Pais 23/06/16
*Estos poemas forman parte del poemario Bertha mira el infinito (Puertabierta editores, Colima, México, 2015) y fueron escritos a partir de las palabras de la madre del poeta, Bertha, poco antes de su muerte, por lo que ella misma pudo leer y contribuir a su perfeccionamiento.
(Lee el texto con el que Eduardo Casar participó en la presentación de dicho poemario.)
En mi habitación
En mi habitación
ya se hospeda la muerte.
De pronto todo es luz.
Mi cuerpo
ya no responde a mis deseos.
Abro la puerta a la respiración
y el aire
tropieza en mi garganta.
Hoy conocí la calma,
hermoso atardecer
de invierno.
Mi paso por este mundo
fue un día intenso,
maravilloso.
En mi linaje brillan
las alas de mariposa
de mi padre,
el río contenido de su sonrisa
profunda, una cauda
donde sembré limones,
malvas, luceros.
La tarde me envía su reposo
y armada por las fortalezas
de la victoria íntima
me dispongo a las cenizas.
Señor:
Tú me diste algunas semillas; tu sierva,
la nunca omisa, no pide perdón. Voy
satisfecha.
Nada se me dio
Nada se me dio fácil, sólo
el vergel de la infancia.
Qué dicha abrir los ojos
cuando los ojos eran
las manos de mi padre,
su sonrisa azul,
la garganta de los pájaros
fundida a su memoria.
Yo levanté
las faldas de las montañas
para desterrar la tristeza
en las olas del mundo.
Vi el surgimiento de las aguas
en el manantial de la dicha
cuando el nombre correspondía
a la esencia de las cosas:
Se decía alma
y cruzaba un ángel;
se decía amor
y la mesa era un albergue
de fragancias.
No ambiciones más, hijo,
disfruta tu raíz,
tu árbol,
su sombra.
Grano de arena
Soy un grano de arena
en la cintura de un reloj de arena.
¿Qué son ochenta y cinco años
en el cardumen misterioso
de los siglos de los siglos?
En un abrir y cerrar de ojos
han rodado las cabezas,
las banderas de cada uno
de los tiranos.
Pero renace a diario
la ceguera de la ambición.
La desgracia es el castigo
por no aprender de la grama,
de la tranquila resurrección
de las hormigas, del regreso
de las flores del campo.
Hay redentores
Hay redentores que salvan.
El mío
no me rescató de nada.
Fue una estrella fugaz,
un río desbocado.
Yo amé su arrojo, su ternura
primera. Mi salvador
me sacó del sueño
mas no pudo digerir
las querellas de su abismo.
Las hiedras de su caos
fueron poblando nuestros muros
y un mediodía de mayo
lo expulsé
para refundar el paraíso.
El paraíso
El paraíso no es un bosque remoto
es una estancia que se construye
a diario
en la fronda de las conversaciones. ~
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VÍCTOR MANUEL CÁRDENAS (Colima, 1952) es poeta, historiador y promotor cultural. Fue director de la revista Tierra Adentro. En 2007 ganó el Premio Nacional de Poesía “Ramón López Velarde” por Micaela y en 2014 el Premio Interamericano de Literatura “Carlos Montemayor” por Noticias de la sal.