La opinión de la población mexicana en su conjunto está tan dividida como la de los especialistas: mucha gente considera más valiosos los incentivos al esfuerzo individual que la igualdad.

La opinión pública mexicana tiene preferencias encontradas respecto a la igualdad económica. Cuatro de cada diez mexicanos adultos están a favor de que haya mayor igualdad de ingresos en el país, mientras que otros cuatro de cada diez prefieren que haya incentivos al esfuerzo individual aunque ello signifique una mayor desigualdad de ingresos. Dos de cada diez mexicanos toman una postura intermedia entre esas dos visiones.

Esta pregunta se ha incluido en la Encuesta Mundial de Valores (EMV) desde hace varios años y en varios países. En la ronda más reciente de la Encuesta, realizada entre 2010 y 2014, resulta evidente esta división de opiniones entre los mexicanos, pero también es claro que las preferencias varían de manera significativa de país a país. Según los datos, en la India las preferencias por la igualdad de ingresos alcanzan un 70%, con solamente 14% a favor de los incentivos al esfuerzo individual a costa de la igualdad. En Chile y Rusia el porcentaje a favor de la igualdad es de 69%; en Ucrania, 67%, y en Alemania se registra una mayoría de 59%.

Las preferencias por la igualdad económica también resultan ser una mayoría en China, con 56%. Con la excepción de Chile, las sociedades latinoamericanas tienden a estar más divididas. En Argentina el 44% está a favor de la igualdad, frente a 31% que prefiere los incentivos. En Uruguay los porcentajes son muy similares, 46% vs. 33%. En Perú la pluralidad se revierte a favor de los incentivos, con 44%, frente a 32% a favor de la igualdad.

La EMV también muestra países donde la preferencia por los incentivos rebasa, por mucho, a las actitudes favorables hacia la igualdad. En Malasia, Nigeria, Corea del Sur y Polonia se registran proporciones mayores a 50% en favor de los incentivos al esfuerzo individual a costa de la igualdad.

El tema de la igualdad llega a ser polarizante en algunos casos o a centrarse más en un lado u otro del debate. Pocos países muestran una postura intermedia significativa, y en ningún caso de los que aquí se muestran esta postura representa una mayoría. Japón es el caso más moderado, con 41% que toma una postura intermedia, es decir, sin inclinarse hacia uno u otro lado del debate.

En Estados Unidos se observa una división de opiniones: 37% está a favor de los incentivos, la opción capitalista, y 30% esta a favor de la igualdad, la opción de tipo socialista. Por lo que se ha visto en el proceso de selección de candidatos a la presidencia, el discurso socialista resultó bastante llamativo para una buena parte del electorado, sobre todo entre jóvenes.

La división de opiniones en México no siempre ha sido pareja. En algunos momentos, la preferencia por la igualdad ha sido el punto de vista minoritario, representando alrededor de un tercio en las encuestas de 1990, 1996 y 2005. En Estados Unidos, la predominancia de la visión capitalista ha cambiado: luego de representar 60% en 1990, en la última encuesta fue de 37%, mientras que la preferencia por la igualdad de ingresos (una visión redistributiva) aumentó de 18 a 30% en el mismo periodo.

En Rusia ha sucedido lo opuesto. Mientras que en las encuestas desde 1990 hasta mediados de los 2000 la visión capitalista era mayoritaria, la más reciente encuesta marcó un cambio radical en la preferencia por una mayor igualdad económica, al subir de 15 a 31 y finalmente a 69%, quizá como respuesta a la recesión económica. Aunque en España no se vio este cambio, con todo y el descontento económico. Los españoles han mantenido puntos de vista más o menos estables a lo largo de las últimas dos décadas y media.

Las preferencias sobre igualdad de ingresos pueden reflejar rasgos de una cultura político-económica más o menos arraigada, pero también pueden ser sensibles a las circunstancias económicas nacionales e internacionales. En México, la igualdad de ingresos es un tema divisivo, aunque en algunos momentos la visión mayoritaria ha sido la contraria a la igualdad: buscar los incentivos individuales a expensas de resultados igualitarios.

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Alejandro Moreno es profesor de Ciencia Política en el ITAM y vicepresidente de la Asociación de la Encuesta Mundial de Valores.

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