22/01/16
a presidencia de Enrique Peña Nieto ha sido de contrastes. En un inicio fue capaz de lograr consensos políticos no vistos en mucho tiempo. Se dice fácil pasar 11 reformas estructurales, pero tantos y tan profundos cambios requirieron de mucha voluntad y habilidad política. Sin embargo, los elogios que esa gestión atrajo se esfumaron conforme el panorama económico no mejoraba y la terca realidad de nuestro inexistente Estado de derecho hacía de las suyas. Basta analizar cuatro sectores para ver los claroscuros de la presente administración. Por un lado está la reforma energética, que por fin dio a México un mercado eléctrico y uno de hidrocarburos, es decir, pasamos del siglo XIX al XXI en muy poco tiempo. Por otro, la tibia respuesta a la crisis de corrupción que atraviesa el país. En medio están la economía y las finanzas públicas, que no son historias de éxito ni fracaso, sino todo lo contrario. Presentamos cuatro esbozos de lo que ha sido y podrá ser la historia de estos temas para el resto del sexenio.