De currículums, elefantes y Tinder: ¿cómo repensar voluntariados éticos?

Mariana Mastache-Maldonado explora el tema del volunturismo y sus implicaciones éticas.

Texto de 14/11/23

Mariana Mastache-Maldonado explora el tema del volunturismo y sus implicaciones éticas.

Tiempo de lectura: 6 minutos

En mayo de 2023, surgió una controversia en Twitter (X) e Instagram en torno a una joven influencer española a causa de las historias y fotos que compartió. En una de esas imágenes, se la veía sentada mientras una mujer tanzana le trenzaba el cabello. Junto a ellas, había una niña de unos 2 años a la que la española abrazaba. En su publicación, la influencer mencionó que le resultaba adorable que a pesar de que ella y la mujer tanzana tenían la misma edad, esta última ya tenía dos hijos.

Esta publicación generó una ola de desaprobación inmediata. Las interacciones se llenaron de comentarios: “Por respeto a la chica y su hija, borra esta publicación”, “Las personas no son accesorios para tu Instagram”, “¿Por qué los influencers insisten en romantizar África?”… 

Este caso, aunque parezca único, es parte de una práctica que se está volviendo cada vez más común: el volunturismo. Esta mezcla busca combinar la caridad con el placer de viajar, pero activistas y líderes de ONGs advierten que esta práctica puede ser racista, neocolonialista y especialmente perjudicial para comunidades vulnerables.

El volunturismo, a menudo, convierte la pobreza en un atractivo turístico lo que es discriminatorio, mercantiliza la desigualdad y perpetúa estereotipos como el white saviour complex. Además, romantiza la vida en condiciones precarias, como se vio en la publicación de la influencer. También plantea cuestiones éticas al retratar menores en estas situaciones sin su consentimiento, convirtiéndolos en objetos de atracción.

“El volunturismo, a menudo, convierte la pobreza en un atractivo turístico lo que es discriminatorio, mercantiliza la desigualdad y perpetúa estereotipos como el white saviour complex”.

Se ve bien en tu currículum

Sitios web como GoAbroad, Volunteer HQ y Volunteer World actúan como buscadores de programas de viajes internacionales ideales para el volunturismo. Estos sitios proporcionan reseñas de personas que han participado en tales programas y ofrecen consejos.

Por ejemplo, un artículo en GoAbroad destaca la experiencia de hacer voluntariado en Tanzania, el destino al que viajó la influencer española. El artículo resalta lugares como el monte Kilimanjaro, el lago Victoria, el Serengeti y la enigmática isla de Zanzíbar como razones para optar por el voluntariado. Sin embargo, no se subraya que estas son comunidades que han enfrentado históricamente desventajas sistémicas, un aspecto fundamental para concienciar a quienes se unen a estos programas.

Cada año, muchos jóvenes realizan voluntariado en el extranjero, generando millones de dólares para las agencias de volunturismo. Aunque esto parece altruista, es una opción atractiva para estudiantes que buscan ampliar sus conexiones internacionales y mejorar sus credenciales académicas, lo que puede ser crucial al solicitar admisión en universidades. Colleen McGloin y Nichole Georgeou (2016) respaldan esta observación, destacando el papel de tales experiencias como trampolín en sus carreras profesionales.

Sí, un historial sólido de servicio voluntario puede abrir las puertas de la universidad. Una encuesta realizada a 264 líderes de admisiones en universidades de EE. UU., el 53 % afirmó que el servicio comunitario puede ser un factor decisivo cuando se enfrentan a estudiantes igualmente calificados. Sin embargo, esto resalta una desigualdad en el acceso a la educación para aquellos que no pueden pagar estas actividades.

Es importante cuestionar si estos voluntariados realmente beneficiaron a las comunidades y si los voluntarios estaban adecuadamente preparados, ya que estos aspectos suelen pasar desapercibidos. Según The Oxford Student, los voluntarios, a menudo sin la capacitación adecuada, pueden tener un impacto limitado en las comunidades que intentan ayudar, y en ocasiones incluso perjudicar la economía local.

Elefantes y ética 

Un aspecto importante del compromiso de todo voluntario es asegurarse de que sus acciones sean éticas y no dañen a las comunidades locales o a aquellos que no pueden cuidar de sí mismos. Hemos discutido anteriormente cómo esto se aplica a infancias, pero también es relevante para otras especies.

Hablemos de Chiang Mai, una ciudad en Tailandia famosa por su atractivo turístico, especialmente por la oportunidad de interactuar con elefantes. Sin embargo, es crucial comprender que esta interacción no siempre ha sido respetuosa hacia estos animales. Por ejemplo, el Elephant Nature Park, ubicado al norte de la ciudad, se hacía pasar como un santuario de elefantes, pero en realidad explotaba a estos animales. En Tailandia, los elefantes han sido históricamente utilizados para trabajos forzados en la industria maderera, y esta práctica persiste en la actualidad. Los elefantes suelen ser sometidos a una antigua técnica llamada Phajaan, que los vuelve sumisos, permitiendo que los humanos los monten e interactúen con ellos sin resistencia.

En busca de experiencias de volunturismo, muchas personas han participado en programas donde montan a los elefantes, les dan de comer, los bañan o se toman fotos con ellos, a menudo sin conocer el sufrimiento subyacente causado por el Phajaan. Afortunadamente, el creciente conocimiento sobre el bienestar animal ha llevado a organizaciones como la Fundación para el Asesoramiento y Acción en Defensa de los Animales (FAADA) a retirar lugares como estos de su lista de santuarios éticos.

Saber si estamos en una experiencia ética con animales, es fácil. Las organizaciones se aseguran de que los voluntarios sean evaluados y que solo realicen tareas que beneficien a los animales, sin contacto directo si no es necesario. En lugares como el Elephant Sanctuary de Tennessee, los voluntarios no interactúan directamente con los elefantes, ya que estos no se exhiben.

Aunque obviamente es posible ayudar a animales en nuestras comunidades locales sin ir a otros países, el “volunturismo” a menudo busca reconocimiento en redes sociales, combinando buenas intenciones con el feed de Instagram.

El altruismo es… ¿sexy?

El volunturismo se relaciona inevitablemente con la cultura y la sociedad, especialmente en un mundo tan centrado en las redes sociales. Este fenómeno se refleja en cómo se presentan nuestras experiencias en línea. Por ejemplo, según la investigadora Corinne Mason (2016), algunas personas han utilizado imágenes de sí mismas realizando trabajo humanitario en entornos menos desarrollados en aplicaciones de citas como Tinder para aumentar su atractivo y obtener matches.

Un archivo que evidencia esto es la cuenta de Tumblr Humanitarians of Tinder, que plantea una conversación sobre cómo se entrelazan la sensualidad y la benevolencia en un contexto racializado. Muestra perfiles de personas retratadas junto a infancias, participando en actividades culturales en países del sur global o trabajando. 

En esta era de conexiones digitales, parece que la búsqueda del amor verdadero se ha transformado en una competencia por quién puede mostrar una imagen más “sensible y atractiva”, incluso si eso implica utilizar fotos de trabajos humanitarios en el mundo en desarrollo. Nos lleva a cuestionarnos por qué muchas personas recurren a imágenes altruistas para establecer conexiones en línea y por qué sostener a un niño africano se podría considerar “atractivo”. 

“En esta era de conexiones digitales, parece que la búsqueda del amor verdadero se ha transformado en una competencia por quién puede mostrar una imagen más ‘sensible y atractiva’”.

Repensando los voluntariados: ¿qué hace falta considerar?

Ayudar y mostrar empatía hacia comunidades es un rasgo fundamental de la naturaleza humana y una parte esencial de nuestra convivencia en sociedad. Sin embargo, es crucial reflexionar, especialmente si venimos de sectores privilegiados o de países mayormente desarrollados, sobre las dinámicas de los lugares a los que deseamos brindar ayuda. Además, debemos ser conscientes de que no todas las organizaciones de voluntariado actúan de manera ética. Es importante cuestionarnos por qué queremos ayudar y qué esperamos obtener al participar en proyectos en comunidades marginadas y vulnerables: ¿queremos mejorar nuestro currículum o impresionar en las redes sociales? ¿Queremos demostrar nuestra capacidad económica al viajar a países lejanos mientras somos altruistas?

“Es importante cuestionarnos por qué queremos ayudar y qué esperamos obtener al participar en proyectos en comunidades marginadas y vulnerables”.

Directores de ONGs brindan consideraciones clave para hacer voluntariado de manera ética y evitar caer en trampas del volunturismo. En primer lugar, reconocer que no todas las personas que hacen voluntariados internacionales están adecuadamente preparadas para ello, como vimos en el caso de los elefantes. 

“La decisión de hacer un voluntariado internacional debe ser tomada con seriedad y madurez”, afirman. Idealmente, después de participar en proyectos locales a largo plazo, uno debería alejarse de la idea de tomar fotos para enfocarse en lograr resultados significativos. Las fotografías, en todo caso, deben destinarse a los informes de resultados y actividades proporcionados por los grupos y organizaciones, a menudo utilizados como evidencia para la obtención de financiamiento o apoyo económico, en lugar de ser compartidas en nuestras cuentas personales.

El voluntariado local es más duradero y arraigado, comenzando en casa al participar en actividades benéficas en la comunidad. Esta experiencia nos acerca a realidades cercanas que nos afectan directamente, aumentando nuestra conciencia. Después, podemos extender nuestro compromiso al voluntariado internacional, comenzando con proyectos de corta duración, como los típicos voluntariados de verano, y luego considerar participar en iniciativas de largo plazo, como los VOLPA.

En última instancia, el acto de voluntariado, en todas sus manifestaciones, debería ser apreciado como un compromiso continuo y significativo en la vida de quienes optan por involucrarse. Debería distanciarse, entonces, de la simple exhibición en redes sociales personales, entretenimiento, la inclusión en currículums, o el uso como estrategia en aplicaciones de citas. EP

Referencias

  1. Kushner, Jacob. “The Voluntourist’s Dilemma“ The New York Times, 22 de marzo de 2016, https://www.nytimes.com/2016/03/22/magazine/the-voluntourists-dilemma.html
  2. Mason, Corinne. “Tinder and humanitarian hook-ups: the erotics of social media racism”. Feminist Media Studies. 822-837, 16 de febrero de 2016. https://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/14680777.2015.1137339 
  3. McGloin, Colleen  & Georgeou, Nichole.  “Looks good on your CV”: The sociology of voluntourism recruitment in higher education”,  Journal of Sociology. 52(2), 403-417, junio de 2016. https://journals.sagepub.com/doi/abs/10.1177/1440783314562416
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