Plana verde | Descolonizar el sistema científico: hacerlo más diverso

Andrea J. Arratibel escribe sobre las dinámicas de la jerarquía científica y sus implicaciones.

Texto de 13/06/23

Andrea J. Arratibel escribe sobre las dinámicas de la jerarquía científica y sus implicaciones.

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El pasado febrero, un artículo publicado en la revista Ornithological Applications denunciaba las tantas formas en que el campo de la ornitología excluye sistemáticamente a los investigadores de América Latina y el Caribe. Firmado por 124 ornitólogos de diversos ámbitos y de hasta 19 países distintos, la declaración señalaba la marginación que sufren los investigadores del Sur Global. No sólo por la grave discriminación que constituyen estas dinámicas, sino por la barrera para el progreso y enriquecimiento de la ornitología que levantan.

De acuerdo con la publicación, la hegemonía del idioma, los costos de publicación y las opiniones sesgadas son algunos de los factores que excluyen a muchos ornitólogos con una sólida y probada trayectoria académica de publicar en revistas de alcance global y reducen drásticamente la cantidad de citas de su trabajo, menospreciando su calidad y esfuerzo.

No obstante, este no es el único campo donde pueden ser observadas las dinámicas de la jerarquía científica al servicio de una academia global occidentalizada. La mayoría de las revistas, investigaciones y rankings pertenecen siempre a instituciones estadounidenses y de ciertos países europeos. Ejemplos hay muchos…

En 2022, un grupo de científicos se planteó qué tan diversos serían los autores que publican artículos sobre botánica a nivel mundial.  Tras analizar 30.000 artículos publicados durante las últimas décadas, encontraron que el 27% eran de autores europeos, un 18% de norteamericanos, 37% de Asia y el 17% se dividía entre africanos y latinoamericanos, concluyendo que este campo sufría “una exclusión histórica más acentuada y una infrarrepresentación de las identidades marginadas más fuerte en comparación con otras disciplinas biológicas”. A pesar de que América Latina es uno de los continentes más ricos en plantas, a pesar de que América Latina alberga seis de los países más biodiversos del mundo.  También en aves, denunciaban en su artículo los ornitólogos.

En realidad, pocos campos científicos —quizás ninguno— se salvan del neocolonialismo académico. Lo demuestra la infrarrepresentación de autores según su origen cuando se los rastrea en la bibliografía científica a nivel mundial. Como destacó la revista Plos One en un estudio del 2008, los artículos científicos firmados por autores latinoamericanos recibían menos citas que los que tenían como primer autor a una persona europea. El análisis también destacó otro patrón: los autores latinoamericanos que publican sin visibilidad global, es decir, sin colaboración extranjera, tienden a recibir muy pocas citas. 

Lo que estudio no supo concluir es si esta baja de referencias se podría deber a un sesgo psicosocial o diferencias reales en la relevancia científica de las publicaciones. Lo que sí se sabe es que la visibilidad resulta fundamental para establecer una carrera científica y su impacto, por norma general, se beneficia de una mayor colaboración. Pero el reconocimiento suelen llevárselo las regiones privilegiadas, ignorando la diversidad de perspectivas en el desarrollo del conocimiento. Un desequilibrio que llama a la necesidad de construir nuevos paradigmas que transformen las relaciones colaborativas y renueven el sistema científico. ¿Y cómo empezar a cambiarlo? Quizás denunciarlo sea el primer paso…

Como concluía una de las ornitólogas autoras del artículo en la Ornithological Applications : “el colonialismo todavía tiene profundos impactos en nuestra sociedad y la biología de campo tiene un fuerte estereotipo impuesto de haber sido iniciado por hombres europeos blancos. Interrumpir esta narrativa debería ser un compromiso de todos en el campo. Sólo así podremos caminar hacia el reconocimiento, la justicia y la reconciliación tanto en la ornitología como en otros ámbitos científicos”.

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