El humo que respiramos: incendios forestales y calidad del aire

Los incendios forestales de las últimas semanas han afectado la calidad del aire que respiramos. Astrid Rivera presenta este reportaje sobre los efectos del fuego en la salud de todas las personas que habitamos el planeta y un posible plan para mitigar los siniestros.

Texto de 09/05/23

Los incendios forestales de las últimas semanas han afectado la calidad del aire que respiramos. Astrid Rivera presenta este reportaje sobre los efectos del fuego en la salud de todas las personas que habitamos el planeta y un posible plan para mitigar los siniestros.

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Las llamas se alzaron sobre los alrededores de Guadalajara cubriendo con un humo gris el paisaje de la capital de Jalisco. Por días, combatientes intentaron controlar la furia del fuego que consumía todo a su paso, incluso la vida de quienes lucharon para contenerlo. Los incendios forestales no solo dejaron cenizas, sino una humareda que sigue envolviendo a esa ciudad. 

Ese humo grisáceo se esparció por el ambiente dejando el paisaje con una apariencia nebulosa y con ese olor tan fuerte que se queda impregnado en las fosas nasales causando picor en ellas y la sensación de ardor en los ojos. 

En la última semana de abril, el fuego puso en jaque a la segunda metrópoli más grande del país no solo por la dificultad para apagarlo, sino por la humareda que afectó la calidad del aire. Hasta el 28 de abril se reportaban 5 incendios forestales activos, mientras que la calidad del aire se reportaba como mala con 110 puntos IMECA, según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial de Jalisco (Semadet). 

La mala calidad del aire llevó a la autoridad ambiental jaliciense a la activación de la Alerta Atmosférica en dos ocasiones, entre el 25 y 28 de abril, mediante la cual se emitieron una serie de recomendaciones para que la población como evitar salir, cerrar puertas y ventanas, reducir actividades al aire libre, entre otras que buscan reducir la exposición a contaminantes. 

“Los incendios forestales en Jalisco son una muestra de lo que está ocurriendo a lo largo del país”.

Los incendios forestales en Jalisco son una muestra de lo que está ocurriendo a lo largo del país. De hecho, el 28 de abril el gobierno de Chiapas reportó que en las últimas 24 horas habían atendido 18 incendios; estos eventos también han afectado a la mala calidad del aire en la capital chiapaneca, que hasta el 11 de abril solo reportaba 16 días con calidad del aire aceptable en 2023.

Jalisco y Chiapas no son las únicas entidades afectadas por los incendios forestales, en su reporte del 30 de abril la Comisión Nacional Forestal (Conafor) reportó 82 incendios forestales activos en 13 entidades, los cuales han afectado una superficie de aproximadamente 15,162 hectáreas. 

Únicamente en la semana del 21 al 27 de abril se presentaron 119 de estos eventos, mientras que desde el 1 de enero hasta el 27 de abril de este año se han registrado 3,093 de estos siniestros, siendo el Estado de México, Ciudad de México, Jalisco, Puebla, Michoacán, Tlaxcala, Chiapas, Veracruz, Durango y Chihuahua en donde más se han presentado, según datos de Conafor

Incendios forestales y calidad de aire 

Durante un incendio forestal se emiten contaminantes que afectan la calidad del aire. Víctor Velasco Herrera, investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM, explicó que un incendio es “un fuego sin control” que se esparce por la vegetación, en donde además se interrelacionan diversos factores como la atmósfera, el océano, superficie terrestre, así como la actividad humana. Estimó que el 90% de los incendios son provocados.

Beatriz Cárdenas, directora de Calidad del Aire en el World Resources Institute (WRI), comentó que en un incendio forestal se produce un proceso de combustión donde se quema la biomasa —la energía que proviene de la vegetación— de un bosque o pastizal, lo que genera diversos contaminantes, entre los que se encuentran: partículas PM 10 y 2.5, óxidos de nitrógeno, carbono negro, dióxido de carbono y metano. 

Explicó que estos contaminantes pueden permanecer por varias horas, incluso días, en el ambiente y ser transportados a otras regiones por el aire. El tiempo que permanecen en el ambiente estas sustancias depende de varios factores como los vientos o la humedad, afectando la calidad del aire no solo de la zona del incendio sino de las regiones cercanas.

“El tiempo que permanecen en el ambiente estas sustancias depende de varios factores como los vientos o la humedad, afectando la calidad del aire no solo de la zona del incendio sino de las regiones cercanas”.

El Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD) del Instituto Politécnico Nacional tiene un monitoreo en tiempo real, en el que se observan las zonas con mayor contaminación debido a los incendios forestales. 

Ángel Terán Cuevas, investigador del CIIEMAD, detalló que durante la última semana de abril en el país había un sistema anticiclónico que afectó desde la zona centro hasta el sureste, esto provocó altas temperaturas y fuertes vientos, factores que contribuyeron a la generación de incendios forestales en estados como Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán, Quintana Roo, Guerrero, Oaxaca y Jalisco.

El especialista también indicó que Guadalajara presentó condiciones críticas de contaminación debido a la presencia de partículas PM 2.5, que incluso, están llegando al sur de Estados Unidos. Estas partículas son una mezcla de sustancias químicas orgánicas, polvo, hollín y metales, que provienen de los autos, camiones, fábricas, quema de madera, entre otras actividades, explica la Agencia Ambiental de Estados Unidos (EPA).

La dispersión de estos contaminantes depende de muchos factores como meteorológicos, la composición de los contaminantes, velocidad de los vientos, entre otros, mencionó Terán Cuevas. El investigador refirió que estudios de la NASA han revelado que las partículas contaminantes tardan alrededor de 3 días en llegar a Europa desde el centro del país.

Calidad del aire y salud 

Las cenizas y la humareda que dejan los incendios tras de sí dejan varias consecuencias a su paso, incluidas las afectaciones a la salud. Irritación en los ojos, dolor de cabeza y episodios de tos fueron algunas de las molestias que describieron los habitantes de la zona metropolitana de Guadalajara debido a los incendios forestales que azotaron a la región en la última semana de abril. 

María Eugenia Gutiérrez Castillo, investigadora del CIIEMAD, detalla que el cuerpo humano está diseñado para filtrar las sustancias que ingresan por las vías respiratorias, sin embargo, por el tamaño de las partículas PM 2.5, al estar compuestas por dióxido de carbono, metales e hidrocarburos, se vuelven más tóxicas. Al ser tan pequeñas logran pasar por las vías respiratorias llegando hasta los alvéolos y al torrente sanguíneo.

La especialista detalló que la exposición continua a mala calidad del aire contribuye a incrementar la mortalidad por afectación pulmonar o cardiovascular, ya que el cuerpo no puede recuperarse cada vez que inhala los contaminantes por lo que, junto con otros factores relacionados con la condición de salud de cada persona, con el tiempo puede desarrollar otras afectaciones más graves en el organismo. 

Una de las maneras de proteger la salud durante un incendio forestal —recomendó la investigadora—, en especial de aquellas personas que son más vulnerables como niños, adultos mayores, mujeres embarazadas o aquellos con algún padecimiento crónico, es el uso de cubrebocas, evitar realizar actividades al aire libre, cerrar puertas y ventanas, así como pomadas que hidraten las fosas nasales para ayudar a que se detengan las partículas contaminantes; en caso de estar cerca del siniestro es necesario evacuar la zona. 

El neumólogo Juan Francisco Moreno de Hoyos explicó que las afectaciones a la salud por la mala calidad del aire más visibles son la irritación en las mucosas, los ojos, la garganta; sin embargo, a largo plazo, la exposición a la contaminación atmosférica se relaciona con el desarrollo de padecimientos cardiovasculares, pulmonares, incluso con el nacimiento de niños con bajo peso y algunos tipos de cáncer.

“Las partículas PM 2.5 son 30 veces más delgadas que un cabello, al tener ese diámetro y ese tamaño fácilmente llegan hasta los alvéolos y pueden entrar al torrente sanguíneo. La mayoría de los efectos se relaciona con las vías respiratorias, pero también se asocia a problemas cardiovasculares, ya que estas partículas dañan la parte interna de los vasos sanguíneos y eso puede precipitar una enfermedad cardiovascular”.

Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) estiman que en 2019 la contaminación del aire en las ciudades del mundo contribuyó a 4.2 millones de muertes prematuras

Hacia un mejor manejo de los incendios

La tecnología facilita herramientas para realizar un mejor manejo de los incendios forestales. Para Víctor Velasco Herrera, investigador de la UNAM, el abordaje de los incendios forestales que prevalece en el mundo es de reacción, es decir, de combatir el fuego para terminar con estos siniestros.

Sin embargo, el académico refirió que se necesitan implementar tecnologías que permitan pronosticar, con tiempo de anticipación, los años que tendrán mayores incendios forestales para planear las acciones que mitiguen el impacto de estos eventos. 

“En los siguientes dos o tres años deberíamos tener una planificación para las zonas más susceptibles a los incendios con el fin de minimizar las pérdidas tanto humanas como ecológicas; esta planeación permitirá la implementación de medidas preventivas como no hacer fogatas ni comer en los bosques, porque por ello se originan los incendios”. 

“La implementación de un plan para la prevención y manejo de estos siniestros es necesaria, no solo por los descuidos de la población, sino también porque el cambio climático incrementará los incendios forestales”.

El especialista resaltó que la elaboración de un plan para la atención de estos eventos requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad: gobierno, iniciativa privada, academia, pero sobre todo la población, la cual requiere ser consciente de que “un cerillo puede provocar un incendio”. 

La implementación de un plan para la prevención y manejo de estos siniestros es necesaria, no solo por los descuidos de la población, sino también porque el cambio climático incrementará los incendios forestales. La Organización Meteorológica Mundial alertó en un informe de 2022 que mientras la temperatura del planeta continúe elevándose por el calentamiento global aumentarán los incendios forestales y la contaminación que generan.

El fuego deja más que solo cenizas, su paso origina una serie de procesos que contaminan el ambiente y afectan la salud de los ecosistemas al dañar la flora y fauna, pero también de la población. Todos tenemos que ser conscientes de en lo que puede convertirse una chispa. EP

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