Los cucapá: una cultura viva

Como muchas de las lenguas indígenas de Norteamérica, la cucapá es propia de una cultura que se encuentra dispersa en una amplia región en la frontera entre México y Estados Unidos, puesto que solían ser nómadas. En un esfuerzo por preservarla, nuestra autora se acercó a doña Inocencia González para conocer de primera mano algunos de sus rasgos.

Texto de 09/07/21

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Como muchas de las lenguas indígenas de Norteamérica, la cucapá es propia de una cultura que se encuentra dispersa en una amplia región en la frontera entre México y Estados Unidos, puesto que solían ser nómadas. En un esfuerzo por preservarla, nuestra autora se acercó a doña Inocencia González para conocer de primera mano algunos de sus rasgos.

Tiempo de lectura: 7 minutos

En memoria de Doña Inocencia González (1936-2021)

Escribo este texto sobre los cucapá, motivada por la señora Inocencia González, Jefa tradicional de la comunidad de El Mayor Cucapá, quien falleció el 23 de junio del presente año. Convivimos poco, pero agradezco los conocimientos y el tiempo que nos brindó a los estudiantes con los que trabajo y a mí. Es por ello que, aunque no tengo mucho tiempo de conocer a los cucapá, sobre su historia, lengua y cultura, considero importante compartir parte de lo que estamos aprendiendo.

En la Facultad de Idiomas de la Universidad Autónoma de Baja California estamos realizando diferentes proyectos de investigación sobre lenguas indígenas e implementamos el Programa de Investigación y Estudios Aplicados en Lenguas Indígenas de Baja California. El objetivo es coadyuvar al fortalecimiento de estas lenguas, realizando proyectos y acciones en diferentes ámbitos. Por ejemplo, difundir conocimientos sobre las lenguas indígenas y sus hablantes, apoyar los proyectos que desarrollan miembros de los diferentes pueblos indígenas para preservar sus lenguas e integrar sus conocimientos y sus voces a la UABC. 

Los antiguos cucapá fueron los primeros pobladores del actual Valle de Mexicali, tal como lo demuestran vestigios arqueológicos prehispánicos.

Entre los proyectos de investigación, estoy desarrollando uno sobre paisaje lingüístico de los cucapá para conocer cuáles son los lugares más importantes y significativos, qué nombres les dan en su lengua y cuáles son las narrativas acerca de estos lugares. Además, recientemente y junto con estudiantes del doctorado en Ciencias del Lenguaje y la Maestría en Lenguas Modernas, de la misma facultad, iniciamos con una investigación dirigida a la enseñanza de la lengua para los cucapá que ya no la hablan.

Al desarrollar la investigación sobre paisaje lingüístico, tuvimos la oportunidad de trabajar con la señora Inocencia González, quien nos enseñó sobre los lugares sagrados de los cucapá, cómo era antes el paisaje y cómo se fue modificando hasta la actualidad. Nos contó sobre su historia y la de su familia en esa región y nos compartió algunas reflexiones sobre su lengua, entre ellas, que la usaba muy poco porque solo la hablan unas cuantas personas en su comunidad.

Mapa de El Mayor Cucapá, elaborado por Inocencia González y Antonia Torres.

Los antiguos cucapá fueron los primeros pobladores del actual Valle de Mexicali, tal como lo demuestran vestigios arqueológicos prehispánicos; habitaban la región noreste de Baja California y el noroeste de Sonora, en México, y la zona sureste de California y suroeste de Arizona, en Estados Unidos. Eran una población nómada, es decir, se trasladaban a lo largo y ancho de este amplio territorio como una adaptación especializada para el mejor aprovechamiento del medio ambiente, dependiendo de las condiciones climáticas del año. En el pasado, los antiguos cucapá, se agrupaban en linajes, por lo que no se puede hablar de una población, sino de varios grupos o familias ampliadas, que se trasladaban de una región a otra.

Actualmente, los cucapá viven en las localidades de El Mayor Cucapá, el Cucapah Mestizo y el Indiviso, del municipio de Mexicali, Baja California; en Pozas de Arvizu del municipio de San Luis Río Colorado, Sonora, y en Somerton, Arizona. Además de habitar estos lugares reconocidos como poblaciones cucapá, hay quienes han migrado a las ciudades como Mexicali, Ensenada y San Felipe en Baja California y San Luis Río Colorado en Sonora por cuestiones laborales, para estudiar o por atención médica. Aunque ya no se organizan por linajes y ya no se desplazan libremente por su antiguo territorio, siguen conformándose en grupos por líneas familiares y tienen diferentes jefes tradicionales, como lo era la señora Inocencia González; además de la organización y las autoridades que responden a la división política y a la organización agraria de la región.

Los cucapá hablan la lengua cucapá, que junto con el pa ipai, ku’ahl, kiliwa y kumiai, forman parte de la familia lingüística Yumana, que a su vez pertenece a la familia Cochimí-yumana, de la que también forman parte las lenguas cochimí (ya extintas). Existen otras lenguas en Estados Unidos que son parte de esta familia lingüística, pero las aquí mencionadas son las que se encuentran en México. Clasificar a todas estas lenguas dentro de una misma familia lingüística implica que derivaron de una sola lengua antigua, que se habló hace muchos siglos en algún lugar entre el sur de Baja California y Arizona.

Los cucapá hablan la lengua cucapá, que junto con el pa ipai, ku’ahl, kiliwa y kumiai, forman parte de la familia lingüística Yumana.

La lengua cucapá varía entre las distintas familias y por generaciones, lo que indica la posibilidad de tener diferentes dialectos. Algunas personas con las que hemos platicado identifican varias formas de hablar, por ejemplo, una de El Mayor Cucapá (hablada por Inocencia González), otra compartida por algunas personas del Cucapah Mestizo y el Mayor, una más de Pozas de Arvizu y, además, la de Arizona. Sin embargo, no hay consenso en esto e incluso gente como Amelia Chan (de Pozas de Arvizu), quien convive con habitantes de todos estos lugares, señala que no son tantas las diferencias y que se puede entender bien con todos. Este es uno de los temas que queremos continuar investigando con el fin de hacer propuestas más adecuadas para el fortalecimiento de la lengua.

Mucho se ha dicho acerca de que la lengua cucapá está en riesgo de desaparecer, pero para entender esto es importante puntualizar algunas cosas. La lengua es solo una característica —sí muy importante, pero solo una— de las que hace que los cucapá se autoadscriban como tal. Otras son su origen familiar, su relación con el territorio, sus prácticas culturales, etcétera. De esta manera, el hecho de que dejen de hablar la lengua no implica que dejen de ser cucapá. Solamente depende de ellos y de sus propios criterios que se sigan asumiendo como cucapá o no.

De acuerdo con el Censo General de Población y Vivienda de 2020, del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), hay 172 cucapá en Baja California y Sonora, y entre ellos hay un menor número que se identifican como hablantes de la lengua. Si sumamos los hablantes registrados en las localidades de El Mayor Cucapá, El Cucapah Mestizo y El Indiviso, del municipio de Mexicali, Baja California, y los de Pozas de Arvizu, del municipio de San Luis Río Colorado, Sonora, se trata de 77 personas. Estos resultados son aproximados por diferentes factores, por ejemplo, hay nacimientos y muertes posteriores, pero además, las preguntas del censo y el procesamiento de datos sobre identidad y lenguas indígenas del propio INEGI no son lo suficientemente precisas. Sin embargo, hay otras maneras de contar. Por ejemplo, el señor Prisciliano Gonzáles (de El Mayor Cucapá) se ha dado a la tarea de identificar a los diferentes familiares cucapá, independientemente de dónde se encuentren y de su manejo de la lengua. En este caso, llega a contar alrededor de 700 cucapá. Por otro lado, Alonso Pesado (de Pozas de Arvizu) señala que hay aproximadamente 20 personas  que hablan la lengua de manera fluida, entre las diferentes poblaciones cucapá de Baja California y Sonora. Además, durante el trabajo de campo, hemos conocido a otras personas que, si bien no hablan la lengua de manera fluida, sí la entienden y pueden sostener conversaciones sencillas. Como se puede observar, como parte de los proyectos futuros, es necesario hacer censos locales con criterios y metodologías adecuadas.

Cuando decimos que las lenguas están en riesgo de desaparecer o de extinguirse, no se trata de que la gente dejará de hablarlas de un día para otro, sino de un desplazamiento lingüístico que consiste en que el español ha ido ocupando y sustituyendo espacios de uso del cucapá de manera constante desde hace décadas, o más bien siglos, hasta llegar al momento actual en que quedan aproximadamente 20 hablantes que, además, usan la lengua en espacios y condiciones muy restringidas. Éste es el caso de la única hablante fluida de la lengua en el Ejido Cucapah Mestizo, que solamente puede platicar un poco con su sobrina, Sonia Moreno, interesada en rescatar la lengua y en seguir aprendiéndola. Lo mismo sucede en la comunidad El Mayor Cucapá, donde hay unos cuatro hablantes fluidos, entre quienes estaba la señora Inocencia González. En Pozas de Arvizu se encuentran más hablantes fluidos, entre ellos algunos más jóvenes; sin embargo, tienen pocas oportunidades para hablar su lengua.

Finalmente, para entender la situación actual de la lengua cucapá es importante preguntarse por qué se deja de hablar una lengua. Todas las lenguas del mundo se encuentran en constante cambio y llegan al punto de morir o de diversificarse, por ejemplo, el latín se dejó de hablar como tal, pero derivaron lenguas que se hablan hasta la actualidad, como el español, italiano, portugués, etcétera. Además de este proceso natural de desaparición de una lengua, se deben considerar otras razones sociales y políticas como la discriminación, la falta de garantía de los derechos humanos, la falta de condiciones básicas de salud, trabajo, educación y el deterioro del medio ambiente, entre otras cosas, que provocan que la gente termine por decidir dejar de hablar la lengua, además de dejar de lado conocimientos históricos, prácticas cultuales e incluso su territorio. Este es precisamente el caso del desplazamiento de las lenguas indígenas en México, no sólo por favorecer el uso del español en el país, sino también porque erróneamente se les considera como primitivas e inferiores a las lenguas hegemónicas.  

Se provoca el desplazamiento de las lenguas indígenas en México, no sólo por favorecer el uso del español en el país, sino también porque erróneamente se les considera como primitivas e inferiores a las lenguas hegemónicas.

¿Se puede hacer algo para fortalecer y preservar la lengua cucapá? Sí, pero hay ciertas condiciones. Los únicos que pueden hacer que la lengua siga viva y que haya nuevos bebés que la adquieran, son los cucapá. Algunas personas cucapá han dedicado su vida a la preservación de su lengua o de sus prácticas culturales como la danza, el canto, la elaboración de pectorales de chaquira, etcétera. Sin embargo, esto sucede en condiciones adversas porque, al mismo tiempo, tienen que luchar por el territorio, el derecho a la educación y las condiciones de las escuelas, su derecho al río, al agua potable, el derecho a subsistir de la pesca, a subsistir económicamente, condiciones bajo las cuales vivió la señora Inocencia González.  

En este proceso de conservación de la lengua cucapá, se vuelve básico el papel que los externos, como individuos y como instituciones, podemos realizar cumpliendo con las responsabilidades que el proceso conlleva y apoyando al fortalecimiento de las comunidades. Podemos empezar por preguntarnos: ¿En qué condiciones está el río en el que pescan? ¿Cómo tienen acceso al agua potable? ¿En qué condiciones están las clínicas de salud? ¿Las letrinas y las fosas sépticas están en condiciones de sanidad adecuadas? ¿En qué condiciones están las escuelas? ¿La educación que reciben les permite acceder, mantenerse y egresar de la universidad? ¿Hay proyectos de desarrollo autosustentable? Estas, entre muchas otras cosas importantes que podemos atender desde las diferentes instancias de gobierno, desde las universidades y como sociedad en general. Así, el enfoque es más integral hacia las personas hablantes, con todas sus necesidades, y no solamente la lengua o ciertos aspectos culturales. Debemos garantizar y respetar los derechos humanos y los derechos de los pueblos indígenas establecidos en las diferentes leyes estatales y federales, informarnos sobre quiénes son y dónde están, identificar cómo discriminamos para dejar de hacerlo… 
Durante la investigación sobre el paisaje lingüístico, la señora Inocencia González nos contó que el Wi’okup o cerro de La Ventana, al sur de la Sierra Cucapá, es por donde pasan los difuntos, quienes al llegar al otro lado, se encuentran con los suyos. Esperamos que ya esté con ellos platicando en cucapá.

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