Transformar vidas: el poder de la escuela

¿Cómo la escuela puede mejorar la vida de las personas? Irma Villalpando parte de dos trayectorias escolares diferentes para plantear algunos desafíos que enfrenta el estudiantado dentro del nuevo modelo educativo mexicano.

Texto de 21/01/25

pupitres de una escuela

¿Cómo la escuela puede mejorar la vida de las personas? Irma Villalpando parte de dos trayectorias escolares diferentes para plantear algunos desafíos que enfrenta el estudiantado dentro del nuevo modelo educativo mexicano.

Tiempo de lectura: 9 minutos
Me llevaba de casa a la escuela en su bicicleta. 
Barquero entre dos orillas, bajo la lluvia y el sol.

Annie Ernaux

Primera historia: Annie

Annie Ernaux, Premio Nobel de Literatura, escribió El lugar, una novela autobiográfica donde nos comparte pasajes trascendentales de su infancia y la vida con sus padres en un pequeño y pobre pueblo francés. Además de la degustación espléndida que nos ofrece la pluma de Ernaux, el texto —sin que fuera esa su intención— es una maravillosa fuente de optimismo para pensar la función social de la escuela.

Lejos del manido argumento meritocrático, Ernaux describe el ensanchamiento de su mundo a través de sus clases, especialmente de literatura y filosofía. Las anécdotas familiares que narra dan cuenta de las transformaciones que lenta, pero profundamente, operaron en ella mientras se educaba.

La autora reflexiona la contradicción que le representó acceder a mayores oportunidades de conocimiento a costa de cierta separación cultural que se abrió entre ella y sus padres, quienes, casi analfabetos, no podían participar en las formas de discernimiento que operaban en la mente y en las conversaciones de Annie; también advertía sus nuevos gustos musicales, el refinamiento —pequeñoburgués— de su mirada para seleccionar objetos del hogar y hasta la adopción de su volumen de voz atenuado. La pequeña Annie ya no habitaba en la Annie universitaria.

Una de las experiencias más emotivas en la vida de las pocas escuelas que en México enseñan inglés (la mayor parte privadas) es presenciar la satisfacción de los padres o madres de familia cuando escuchan a sus hijos hablarlo, sobre todo cuando ellos no lo hablan. Les llamo niños bilingües de primera generación. Este mismo asombro se dibujó en el rostro del padre de Annie al escucharla expresarse en esta lengua extranjera. El Sr. Ernaux no lograba comprender cómo su hija podía hablar un idioma de un país en al que nunca había visitado.

Algo similar sucedió con la escritura, las discusiones de sobremesa o las elecciones de vida que Annie adoptaba poco a poco. Sus padres vivían con fascinación y sorpresa el estilo de vida que su única hija había conquistado. Con respecto a su padre Annie escribió: “Quizá su mayor orgullo, o puede que, hasta la justificación de su existencia, es que yo pertenezca a un mundo que lo había despreciado a él”.

Segunda historia: Vasanti

Ya no desde la literatura sino desde la filosofía política y las teorías de justicia social, Martha Nussbaum documenta en su libro Crear capacidades, historias de mujeres de la India cuyas vidas se transformaron cuando tuvieron acceso mejores oportunidades educativas. Una de estas historias es la de Vasanti, una joven india analfabeta sumida no solo en la mayor pobreza material sino en el sufrimiento cotidiano de la violencia doméstica.

Vasanti pertenece a una sociedad donde la discriminación hacia las mujeres trasciende la línea religiosa para institucionalizarse en ordenamientos jurídicos desde los cuales se concretan desventajas de género; por ejemplo, hasta 2005 las mujeres indias no podían heredar sino hasta una cuarta parte de lo que heredaban los hijos varones. Este tipo de inequidades se suman a otras como alimentación, escolarización y salud dado que un rasgo de la cultura hindú es la minusvalía que se ejerce hacia las niñas.

Nussbaum describe a Vasanti como una mujer inteligente y fuerte, aunque menuda producto de una alimentación deficiente. El relato narra las dificultades de Vasanti para encontrar empleo dada su prácticamente nula escolarización. Las familias hindúes acostumbran enviar a los varones a las escuelas más que a las mujeres. Hasta 2002, la constitución política india convirtió la enseñanza de primaria y secundaria en un derecho y para promover la asistencia a la escuela, el gobierno ordenó que todos los centros educativos ofrecieran una comida nutritiva de mediodía que contenga un mínimo de 350 calorías y 18 gramos de proteínas. Vasanti no disfrutó esta nueva política pública.  

La historia de Vasanti cambió cuando tuvo la oportunidad de beneficiarse de programas de la Organización de Mujeres Autoempleadas (SEWA, por sus siglas en inglés) una ONG fundada por la destacada activista Ela Bhatt. Aprendió a leer y escribir, recibió una capacitación para el trabajo y fue beneficiaria de un crédito, lo cual le permitió tener autosuficiencia económica y liberarse del yugo de su esposo alcohólico.

Pero la historia de Vasanti es muy diferente a la de Annie, por mucho. Vasanti además de la precariedad material, vivió abusos domésticos, desde pequeña padeció desnutrición; por discriminación de género no la enviaron a la escuela y a la fecha aún no cuenta con estudios educativos formales. Ya de adulta, su vida se transformó positivamente porque aprendió a autoemplearse y a vivir con autosificiencia. Además, recuperó su dignidad al vivir sin violencia. Alguna vez dijo que había conseguido ser feliz, tal es…

El valor de la escuela

Con estas dos historias podemos colocar a la escuela como puente de posibilidad para mejorar la vida de las personas, no importando su punto de partida, ni sus condiciones contextuales.

Annie Ernaux tuvo acceso a una vida diametralmente diferente a la de sus padres; materializó su deseo de ser literata; tomó posturas públicas con respecto a la política de su país y, a través de su arte, la escritura, consumó una vida de creatividad y bienestar personal.

Vasanti logró salir de las condiciones de miseria de su hogar y enfrentar los enormes sesgos de género propios a su cultura. A pesar de ello, sus conocimientos continuaron siendo muy limitados, lo que ha mermado su intención de participar en la vida política de su país. Nussbaum advierte que Vasanti carece de conceptualizaciones sobre la historia de su país y la estructura política del mismo “[…] tampoco puede disfrutar de la poesía, las novelas o las múltiples obras de creatividad literaria que enriquecerían su vida y la harían más divertida” (p. 17).

Aunque cada historia tuvo trayectorias educativas de alcance diferente, el punto de convergencia es que en ambos casos los aprendizajes las habilitaron para acceder a una mejor situación que la que tenían.”

Aunque cada historia tuvo trayectorias educativas de alcance diferente, el punto de convergencia es que en ambos casos los aprendizajes las habilitaron para acceder a una mejor situación que la que tenían. Los conocimientos, y en el caso de Vasanti un mínimo impulso económico, jugaron un papel esencial para cambiar el azar de su origen por la construcción personal de una vida de mayor calidad.

El Enfoque basado en las capacidades de Martha Nussbaum sostiene que las personas tienen el derecho a elegir el estilo de vida que deseen. Para ello, la tarea del Estado es ofrecer los recursos y las oportunidades ―siempre con un enfoque de equidad― para que esto suceda. Annie aprovechó tener una buena escuela, con docentes bien formados y con un currículo robusto que abarcaba el aprendizaje de idiomas, ciencias, lengua, matemáticas, filosofía e historia. Vasanti necesitaba mucho más que eso, requería una política pública que contrarrestara la costumbre de su comunidad de no enviar a las niñas a la escuela, así como medidas para garantizarle una alimentación que previniera su desnutrición.

Aprendizaje escolar

Las aulas mexicanas están llenas de estudiantes tipo Annie y Vasanti. Estudiantes inteligentes que requieren abrevar de afluentes de mayor caudal al que su familia de origen puede darles. La escuela para ellos es la posibilidad de convertir su potencial en capacidades humanas de mayor envergadura. Este objetivo, y no solo el acceso, es la función social de la educación escolar.

Transitar del acceso a la escuela (cobertura y retención) a que ésta se convierta en mecanismo para mejorar la vida de las personas es un enorme desafío para nuestro sistema educativo. Para enfrentarlo es preciso garantizar que en las aulas se provea a los estudiantes de aprendizajes valiosos, significativos y útiles. En esta tarea existen tres elementos que lo hacen posible, en orden de importancia: a) calidad de los maestros b) equidad en la política educativa y, c) un currículo y materiales educativos bien diseñados.

Un maestro de calidad es aquel que conoce de manera profunda (que no es lo mismo que especializada, lo cual correspondería al nivel superior) su materia de enseñanza. Pareciera verdad de perogrullo, pero no lo es si consideramos que diversos estudios han reportado importantes deficiencias en diversas áreas del conocimiento en maestros de educación básica (INEE, 2018).

Enseñar requiere una comprensión clara y precisa de los contenidos; entender su funcionamiento, o sus causas, así como identificar los elementos esenciales de los fenómenos y las interacciones que operan entre ellos. En educación básica esto es fundamental porque una misma maestra enseña contenidos de diferentes áreas de conocimiento: matemáticas, física, literatura, química, gramática, arte, historia (aunque tomen otros nombres). Pocas veces se habla de la formación disciplinar del magisterio en educación básica y es la piedra angular para una buena enseñanza.

El segundo requisito de un maestro de calidad es contar con conocimientos de pedagogía y didáctica. Una pedagogía basada en evidencia le ofrecerá criterios para que, en el trayecto de la construcción de los conocimientos, pueda desarrollar habilidades cognitivas de alto nivel como: capacidad analítica y argumentativa, pensamiento crítico y lógico, expresión escrita, entre otras. Por otra parte, la didáctica le dará trayectos o secuencias de aprendizaje gradual y progresivo para una enseñanza de calidad.

Para elevar la calidad de los maestros habría que mejorar urgentemente los procesos de formación docente en las Escuelas Normales, así como implementar una formación continua constante y de largo aliento para los maestros en servicio. No veo otro camino.

Destinar los mayores esfuerzos para la formación inicial y continua de los maestros es una decisión de una política educativa orientada a la mejora de la escuela. Desafortunadamente, en México no la tenemos. En lugar de ello, hay toda una organización de entrega universal de becas para estudiantes de educación básica. Las familias reciben dinero, pero los niños no adquieren aprendizajes. Además, las becas, al no ser estrictamente focalizadas, incumplen criterios mínimos de equidad. Dar becas es una política educativa ineficaz dado que la evidencia muestra que este mecanismo no detiene la deserción escolar e impide que los recursos tengan un destino adecuado, dirigido, por ejemplo, a mejorar la calidad docente.

“La política educativa del anterior y actual gobierno no está orientada a que la escuela sea para los niños un lugar para el desarrollo pleno de sus capacidades.”

La política educativa del anterior y actual gobierno no está orientada a que la escuela sea para los niños un lugar para el desarrollo pleno de sus capacidades. Tenemos un magisterio con carencias importantes en su formación inicial y a pesar de ello, no reciben capacitación continua. Lo anterior, por supuesto, profundizará las enormes deficiencias en la adquisición de habilidades básicas como comprensión de lectura y pensamiento lógico-matemático. La última medición que hizo pública la Comisión para la Mejora de la Educación (MejorEdu) para el ciclo escolar 2022-2023, mostró que los estudiantes de secundaria alcanzaron apenas el 37 % de aciertos en matemáticas y 48 % en lectura.

El tercer elemento para mejorar los aprendizajes en la escuela, además de un currículo adecuado (centrado en los aprendizajes), es lo que se ha denominado el “currículo acompañado” (Crato, 2024), que se refiere a la calidad de los materiales educativos que acompañan las actividades de aprendizaje, en este caso, los libros de texto, libros de lecturas o de consulta (atlas, diccionarios, enciclopedias), con bibliotecas escolares.

Buenos libros de lectura o de texto de matemáticas y de ciencias traen enormes oportunidades para el desarrollo de las capacidades de los estudiantes. Niñas como Annie pudieron aumentar sus experiencias de conocimiento, y transformar sus habilidades en capacidades, cuando tuvieron acceso a materiales educativos de calidad.

A pesar del avance digital, los libros de texto en educación básica se han mantenido vigentes alrededor del mundo. Las razones son múltiples: al docente le otorgan la posibilidad de contar con un material de apoyo confiable para su enseñanza; a los estudiantes les permite practicar y afianzar los aprendizajes, pero también ejercer mayor autonomía para seguir aprendiendo en casa por ejemplo, y sin la presencia del docente; por último, también son útiles instrumentos para concretar en actividades y ejercicios, los objetivos generales del currículo planeado a nivel nacional. Aunque existen críticas a los libros de texto sobre todo por su poder unificador y homogeneizante del currículo (Rodríguez et al, 2023) lo cierto que éstos continúan siendo para la vida escolar una herramienta pedagógica imprescindible en la mayoría de las aulas.

La calidad de los libros de texto de la Nueva Escuela Mexicana es deplorable. A nivel didáctico no siguen las premisas mínimas de orden y coherencia; a nivel pedagógico no se adscriben a ninguna teoría actual del aprendizaje y a nivel disciplinar desconocen la construcción del conocimiento diferenciado para cada materia.

Es más o menos predecible esperar que, al ignorar la literatura académica de teorías del aprendizaje y la enseñanza disciplinar (cómo se aprende matemáticas, lenguas, historia entre otras), los aprendizajes de los niños serán pobres o deficitarios. Con maestros sin ninguna formación continua y materiales educativos deficientes, tenemos una escuela cada vez más frágil.

Lo que sí tienen los libros de texto de la NEM es una fuerte inclinación a pensar que la escuela es el medio de concientización política de la población infantil. Un total despropósito. La niñez es la etapa para desarrollar habilidades intelectuales, afectivas y motrices. Los niños en la escuela deben leer, desarrollar sus habilidades cognitivas, jugar y reír, tener actividad física y aprender a socializar armónicamente.

La lectura de la realidad que la NEM presenta a los niños es de una sociedad capitalista, abusiva y opresora a la cual hay que revelarse para transformarla. Quienes trabajamos con niños y adolescentes sabemos que este tipo de premisas no son objetivos de conocimiento sino de imposición dogmática, algo que la Pedagogía, en tanto disciplina que estudia las mejores formas de educabilidad del hombre, rechaza contundentemente.

Los niños necesitan educarse para ser reflexivos y analíticos de su vida y de su entorno. Cuando su edad cronológica alcance estadios cognitivos de mayor complejidad, podrán hacer abstracciones y procesamientos de información más rubustos; será entonces cuando construyan sus posiciones políticas. Hacerlo antes es adoctrinamiento.

Una mejor propuesta es que la escuela sea un cauce para desarrollar habilidades que, puestas en un entorno de oportunidades equitativas, permitan mejorar la vida de las personas.

Martha Nusbaum y el Premio Nobel de Economía Amartya Sen consideran que a la escuela le corresponde desarrollar estas habilidades internas (cognitivas), mientras que a las políticas de Estado les corresponde crear las condiciones para que cada persona pueda desarrollar su potencial. Esto traería como efecto que a la postre, y en pleno ejercicio de sus derechos de elección y creación, las personas puedan diseñar la vida que deseen y no la vida que los intereses del gobierno en turno les permitan tener.

El desafío para México está en que la política educativa llegue a las escuelas y transforme la pedagogía en las aulas para elevar la calidad de los aprendizajes y el desarrollo pleno e integral de la niñez mexicana. Esto es urgente. Sólo así la escuela enfrentará el reto de construir una sociedad con justicia social e igualdad de oportunidades. EP

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