Democracia y autoritarismo en América latina: una aproximación a partir del Latinobarómetro

Con base en los resultados del Informe 2024 del Latinobarómetro, Ricardo de la Peña analiza las tendencias hacia la democracia y el autoritarismo en América Latina durante los últimos años.

Texto de 12/03/25

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Con base en los resultados del Informe 2024 del Latinobarómetro, Ricardo de la Peña analiza las tendencias hacia la democracia y el autoritarismo en América Latina durante los últimos años.

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En días recientes, la Corporación Latinobarómetro —instancia de derecho privado sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile— dio a conocer su Informe 2024, el cual incluye un estudio aplicado a diecisiete países que conforman la región, entre el 23 de agosto y el 9 de octubre del año pasado, con un total de 19,214 entrevistas realizadas de manera presencial (cara a cara) a muestras representativas de la ciudadanía de cada país, atendiendo a las diferencias en la obtención de la mayoría de edad en cada uno de ellos —lo cual en la mayoría de casos es a los 18 años. La colección de datos recabados desde 1995 se encuentra disponible al público en https://www.latinobarometro.org.

“la Corporación Latinobarómetro —instancia de derecho privado sin fines de lucro con sede en Santiago de Chile— dio a conocer su Informe 2024…”

El esquema de muestreo de este estudio dispone de una muestra total de ±1 % al 95 % de confianza, y de muestras nacionales con un margen de error medio de ±3 %, aunque el margen estimado por país varía entre ±2.8 % y ±3.1 % (con la excepción de Colombia, donde alcanza ±6 %), dado que se obtuvieron muestras de 1200 casos en diez países de Sudamérica y en México, y de 1000 casos en cinco países de Centroamérica y uno de El Caribe. No se aplicó el estudio en sociedades con regímenes francamente dictatoriales, como Cuba y Nicaragua.

Las mediciones realizadas en diversas fases y para distintos países abarcan muy diversos temas, entre los que se encuentran la economía, el bienestar, la demanda de cambio, la democracia, el cambio climático, las relaciones internacionales y algunos aspectos relacionados con los valores de la población latinoamericana.

En este breve texto atenderemos a la recuperación de uno de los indicadores más destacados en torno a la democracia, en concreto a la afirmación de que “la democracia es preferible a cualquier otra forma de gobierno”, hecho que nos permite aproximarnos a temáticas que nos han venido ocupando en nuestras colaboraciones anteriores para este medio. Debido a que son muchos los temas que podrían tratarse, hemos tenido que enfocarnos en la temática referida, excluyendo por espacio —y no por carecer de interés y relevancia— otros aspectos como las opiniones sobre el estado de la democracia en cada nación, las actitudes generales hacia el autoritarismo, los partidos y el legislativo, la confianza en las sociedades, la aprobación de gobiernos, los valores políticos, la libertad de expresión, la violencia y la corrupción —temas que podrían ser atendidos en futuras entregas.

Democracia frente a autoritarismo

El proyecto Latinobarómetro ha cumplido tres décadas, nacido en un momento de cambio en América Latina que parecía presagiar una expansión y consolidación de la democracia en el subcontinente, luego de una época oscura de dictaduras y rupturas de los órdenes democráticos. Sin embargo, los datos disponibles y la realidad corroboran que el sueño de olvidar las formas autoritarias no se cumplió: no se transitó siempre, ni regular ni sistemáticamente, hacia esquemas democrático-liberales, sino por el contrario en algunas naciones la democracia naufragó.

En este contexto, resulta por lo menos paradójico y digno de intentar ser explicado el “brinco” de cuatro puntos porcentuales en un año (de 2023 a 2024) en el hecho de que los ciudadanos latinoamericanos declaran preferir la democracia ante cualquier forma de gobierno autoritario, el típico reactivo que da cuenta de la actitud selectiva de las poblaciones hacia la fórmula democrática convencional. Desde hace casi tres lustros no se verificaba un cambio de esta magnitud en la región respecto a este indicador (Gráfica 1).

No debe soslayarse, sin embargo, el hecho de que este repunte en el último año no compensa la caída previamente registrada, que sitúa la preferencia por la democracia debajo de los valores históricamente detectados hasta 2017 (con excepción de la medición de 2001, con un importante número de casos que no respondieron a las opciones planteadas expresamente en el reactivo). Esto podría hablar de afectaciones en la medición que no solamente derivarían de cambios de opinión entre las poblaciones, sino también de diferencias en la calidad y las características de la aplicación de este estudio a lo largo del tiempo.

Puede sostenerse, de entrada, la hipótesis de que, de la mano de este cambio de actitud hacia la democracia, se inscribe la superación de un ciclo de alternancias en los gobiernos de las naciones rumbo a un emergente y todavía no constatado ciclo de permanencias de quienes detentan los poderes ejecutivos en los países de la región. Esto podría observarse de manera particular en México, donde conforme al Latinobarómetro se da un anómalo salto de catorce puntos en la preferencia por la fórmula democrática en un año en que ocurrió una elección presidencial que dio el triunfo por vez primera a una mujer, pero que significó la continuación del partido gobernante. Este brinco solamente pudiera ser comparable con el que acompaño la más reciente alternancia en el poder en Argentina (Gráfica 2).

No deja de ser significativa la presencia de diferentes niveles de indefinición en este reactivo entre naciones y por años. Así, en países como Argentina, Venezuela o Costa Rica se dan reducciones importantes en la proporción de casos con respuestas “da lo mismo”, “no sabe” o “no dice”. Esto afecta de manera relevante la distribución de casos entre los dos extremos.

La situación anterior hace necesario llevar a cabo un ejercicio para la normalización de los datos: esto se obtiene dividiendo la proporción de casos donde se declara que la democracia es preferible, entre la proporción correspondiente de casos donde se responde que un gobierno autoritario puede ser preferible, haciendo caso omiso de los casos no definidos por ninguna de las opciones extrema (Gráfica 3).

Al hacer este ejercicio se puede ver que existe una relativa estabilidad en la mayoría de los países observados, con cambios mayores en Argentina y México favorables a la democracia —dejando de ser México el país con mayor proclividad declarada hacia un régimen autoritario en toda la región— y en Bolivia, Perú y Venezuela hacia quienes consideran que un gobierno autoritario podría ser preferible.

“los ciudadanos latinoamericanos declaran preferir la democracia ante cualquier forma de gobierno autoritario…”

Si los casos de aumento significativo en la proporción inclinada a favorecer la democracia se pueden explicar por los procesos electorales ocurridos de manera reciente, en aquellos donde el movimiento va en sentido contrario se podría pensar que existe una proclividad de la ciudadanía a responder a este reactivo tomando en consideración las acciones que está ejecutando el gobierno nacional. Esto empataría la opinión pública con el sentido de la acción de quienes detentan el poder, en una suerte de conformidad con cambios hacia el endurecimiento de los regímenes. EP

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