Colaborar en tiempos de disenso: polarización y oportunidades en la relación México-Estados Unidos

Carlos Moreno Jaimes y Alfonso Rojas-Álvarez escriben sobre los espacios de oportunidad que pueden consolidarse entre México y Estados Unidos en estos tiempos de convulsión política.

Texto de & 30/07/25

Estados Unidos

Carlos Moreno Jaimes y Alfonso Rojas-Álvarez escriben sobre los espacios de oportunidad que pueden consolidarse entre México y Estados Unidos en estos tiempos de convulsión política.

A pocos meses de haber regresado a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump ha vuelto a colocar la relación con México en el centro de su narrativa nacionalista. El endurecimiento de las políticas migratorias, las amenazas de imponer tarifas comerciales y la retórica sobre el crimen organizado mexicano han reavivado tensiones latentes entre ambos países. No obstante, la relación entre México y Estados Unidos va mucho más allá de las crisis que dominan los medios: se teje todos los días en acuerdos, flujos y decisiones institucionales que rara vez hacen noticia. Detrás de las declaraciones y las crisis cíclicas, existe una densa red de interdependencias políticas, económicas y sociales que obliga a ambos gobiernos a colaborar, incluso en tiempos de disenso.

A través de una encuesta aplicada a estudiantes de posgrado en asuntos públicos y temas afines de ambos países —futuros tomadores de decisiones y expertos en gestión pública— exploramos cómo la polarización ideológica está configurando las posibilidades reales de cooperación binacional.

Una relación tan necesaria como dividida

Desde la firma del TLCAN en 1992, la colaboración entre México y Estados Unidos se ha ampliado a sectores tan diversos como la seguridad, la salud, el medio ambiente y la gestión de recursos hídricos. Sin embargo, los acuerdos binacionales se han visto cada vez más condicionados por la creciente polarización política en ambos países.

Los resultados de nuestra Encuesta Binacional de Élites de Política Pública revelan una asimetría provocadora: mientras que en México la agenda binacional con Estados Unidos genera algunos, pero limitados, desacuerdos entre los simpatizantes del partido MORENA y sus opositores, en Estados Unidos la relación con México es un campo de fuerte disputa ideológica entre quienes se identifican como simpatizantes de los dos partidos dominantes en ese país (Demócratas y Republicanos). En otras palabras, entre las personas más polarizadas de cada grupo partidista, existen opiniones muy divergentes sobre cómo abordar los temas binacionales. Por ejemplo, al preguntar a las personas su opinión sobre los problemas que enfrenta el país vecino, encontramos que un tercio de los encuestados en México cree que el consumo de drogas es el principal problema de Estados Unidos, seguido por el racismo y la discriminación. En cambio, los estadounidenses identifican el crimen y la inseguridad como la mayor amenaza en México, seguida del problema de la corrupción. Sin embargo, es entre los republicanos más polarizados donde esta visión se vuelve crítica: hay 19 puntos de diferencia a favor de ese grupo en la percepción de que el crimen y la inseguridad son los principales problemas en México, en comparación con los demócratas. Por otra parte, es cuatro veces más probable que una persona polarizada a favor del Partido Demócrata, en comparación con una del Partido Republicano, diga que la desigualdad entre ricos y pobres es el principal problema de México (Cuadro 1).

Los nudos ideológicos de la relación binacional y una ventana de oportunidad

Los temas de migración y seguridad son los más divisivos en Estados Unidos. Mientras que 84 % de los demócratas apoya legalizar la migración de trabajadores extranjeros, solo 40 % de los republicanos está de acuerdo con esa medida. Algo parecido ocurre con la alternativa de legalizar el consumo de algunas drogas, pues más de 90 % de los republicanos se manifiesta en contra de dicha opción, mientras que 59 % de los demócratas la apoya.

En México, los contrastes entre grupos partidistas existen, pero son menos marcados. Las posiciones de los simpatizantes y opositores de MORENA, el partido en el poder, divergen especialmente en temas como la intervención estadounidense contra el crimen organizado o la designación de los cárteles como organizaciones terroristas. No obstante, ambos grupos mexicanos coinciden en respaldar la migración legal como mecanismo para atender la escasez laboral en Estados Unidos.

En medio de las profundas divisiones, hay un punto de convergencia que ofrece una pista sobre cómo reconstruir la agenda binacional: la responsabilidad compartida en el combate al crimen organizado. Tanto demócratas como republicanos reconocen que el tráfico ilegal de armas desde Estados Unidos hacia México es un factor clave que alimenta la violencia criminal. Este consenso, aunque parcial, es valioso, pues permite imaginar una agenda común que, sin borrar las diferencias ideológicas, se centre en acciones concretas como el control transfronterizo de armas, el rastreo de ventas ilegales y la cooperación en inteligencia criminal.

La Figura 1 sintetiza nuestros hallazgos sobre las divergencias ideológicas en ambos países respecto a la relación binacional: las barras representan el grado de discrepancia que cada medida de política pública genera entre los grupos partidistas más polarizados de cada país. También se señala cuál es el partido que más defiende cada alternativa. Aunque los partidarios polarizados de México muestran divergencias en los temas anteriormente señalados, estas son mucho menores en comparación con los desacuerdos entre demócratas y republicanos en Estados Unidos. De hecho, puede afirmarse que el grado de divergencia ideológica respecto a la agenda binacional es más del doble en Estados Unidos que en México.

Despolarizar sin ingenuidad

En tiempos marcados por la hostilidad retórica y el retroceso diplomático, como los que inauguró el nuevo mandato de Trump en 2025, resulta difícil no caer en el pesimismo. Pero nuestra evidencia muestra que, pese a las divergencias partidistas en ambos países, más de 90 % de las personas encuestadas se manifestó a favor de que la agenda binacional se amplíe hacia otros temas, como la protección del medio ambiente, la salud o las políticas para reducir la desigualdad. La clave para despolarizar la agenda está en identificar los temas donde las ideologías rivales, por distintas razones, pueden coincidir. El control del tráfico de armas es uno de ellos. La construcción de una narrativa de corresponsabilidad en la lucha contra el crimen puede ser otro.

México y Estados Unidos seguirán siendo vecinos. La decisión está en si quieren ser solo eso o también aliados, incluso en un mundo fragmentado. EP

*Este texto es una síntesis del artículo “Political Polarization & the Binational Agenda in Mexico & the United States” de Carlos Moreno Jaimes y Alfonso Rojas-Alvarez, el cual se publicará en el número 3 del volumen 16, de la revista Latin American Policy (LAP) en septiembre 2025.

El análisis independiente necesita apoyo independiente.

Desde hace más de 30 años, en Este País ofrecemos contenido libre y riguroso.

Ayúdanos a sostenerlo.

DOPSA, S.A. DE C.V