
En este texto, Ricardo de la Peña explora la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 para entender cuál es el concepto de democracia entre las y los mexicanos.
En este texto, Ricardo de la Peña explora la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 para entender cuál es el concepto de democracia entre las y los mexicanos.
Texto de Ricardo de la Peña 07/05/25
En este texto, Ricardo de la Peña explora la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020 para entender cuál es el concepto de democracia entre las y los mexicanos.
En la pasada entrega cerrábamos con la exposición del dilema sobre la definición conceptual de la democracia: ¿se refiere a la disposición de un entramado jurídico-institucional que define las reglas de la competencia electoral o a un sistema regulador del gobierno que atiende a la respuesta que se da a las preferencias ciudadanas?
Existe una fuente alternativa para aproximarse a este asunto que corresponde a la visión de los mexicanos a este respecto. Dicha fuente no es totalmente reciente, pero sus datos aún pueden considerarse como vigentes, al menos hasta una esperable actualización del estudio. Nos referimos a la Encuesta Nacional de Cultura Cívica (ENCUCI) 2020, realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en colaboración con el Instituto Nacional Electoral (INE), en el marco del Subsistema Nacional de Información de Gobierno, Seguridad Pública e Impartición de Justicia. Esta encuesta recabó información relevante sobre los valores y prácticas de la ciudadanía mexicana con el objetivo de entender el involucramiento de la población en los asuntos públicos y conocer las características de la cultura cívica y el ejercicio de la ciudadanía, todo ello con el objetivo de diseñar estrategias para promover la participación y la interacción constructiva con autoridades e instituciones.
La ENCUCI tenía, como antecedente en el INEGI, la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP), enfocada en el diagnóstico de la participación cívico-política de los ciudadanos y el nivel de compromiso de la ciudadanía con los valores, principios e instituciones de la democracia. La ENCUP tuvo cinco levantamientos (2001, 2003, 2005, 2008 y 2012), de los cuales tres fueron realizados por el INEGI (2001, 2003 y 2008).
Por su parte, en 2013, el entonces Instituto Federal Electoral y El Colegio de México llevaron a cabo la Encuesta Nacional sobre Calidad de la Ciudadanía, con el objetivo de generar indicadores para medir la calidad de la ciudadanía en el marco de la Estrategia Nacional para el Desarrollo de la Cultura Política Democrática en México 2011-2015.
A pesar de estos esfuerzos previos, en 2020 se consideró que las necesidades presentes demandan una exploración más detallada sobre la percepción y vivencia de la ciudadanía —entendida como el ejercicio de derechos por parte de las y los mexicanos— que aquella que ofrecía la ENCUP. Por esta razón, fue necesario un nuevo instrumento y medición que atendiera a las demandas que habían surgido a partir de los cambios en la socialización política de la comunidad.
Cabe mencionar que el universo observado superó la limitación a la baja para la ciudadanía en México, incluyendo un total de 21,564 observaciones válidas entre la población de 15 y más años de edad. La documentación, tabulados, micro-datos, datos abiertos y herramientas relativas de la ENCUCI 2020 se encuentran disponibles para el público interesado en https://www.inegi.org.mx/ programas/encuci/2020/.
Por su parte, el INE llevó a cabo, tras disponer de los datos de esta encuesta, un estudio elaborado por un grupo de especialistas e investigadores de diversas instituciones académicas y gubernamentales con la intensión de documentar y analizar las percepciones y creencias de la población mexicana con respecto al poder público, la democracia, los valores democráticos, la participación en la vida pública, la confianza interpersonal y hacia las instituciones, así como el reconocimiento de sus derechos y obligaciones. Asimismo, se propone un enfoque integral de ciudadanía que reconozca su capacidad de generar cambios a través de su relación con la autoridad y de su asociación con otros individuos.
El estudio, bajo el título de Informe país 2020: El curso de la democracia en México, fue realizado no solo a partir de fuentes como la Encuesta Nacional de Cultura Cívica 2020 (ENCUCI), sino también del Informe Latinobarómetro 2021 y anteriores, y de la Encuesta Mundial de Valores 2017-2020, entre otras, convirtiéndose en un referente para las personas interesadas en estudiar el desarrollo democrático del país y conocer el estado actual de la ciudadanía y la democracia.1
El Informe país 2020 parte de la concepción de la democracia como aquello que implica la vigencia de instituciones políticas que constituyen un gobierno representativo legítimo,2 y también la existencia de canales de participación para que la ciudadanía cuente con medios de incidencia en los asuntos públicos y en el poder del gobierno representativo mediante acciones de control. Se asume, en suma, que la democracia comprende las libertades y derechos para que dichas instituciones y canales permitan la efectiva influencia de la voluntad de las personas que habitan el país.3
Este documento apunta que la ciudadanía mexicana presenta “una aparente contradicción entre su percepción sobre el deber en el ámbito de lo público —que asume como valores deseables la participación y la representación— y las percepciones y actitudes de una cultura política en la que permanecen los viejos hábitos de cómo relacionarse con la autoridad y las instituciones, la desconfianza, la desconexión y el desencanto”.4
Al tratar la evidencia empírica producto de la ENCUCI 2020, en el Informe país 2020 se llega a la conclusión de que para las personas la condición de ciudadanía se asocia con dos características principales: tener responsabilidades y tener derechos (Gráfico 1), aunque para la mayoría la única manera de opinar sobre política es mediante el voto.
Los datos de la ENCUCI 2020 permiten analizar el reconocimiento a nivel genérico que la ciudadanía dice tener sobre lo que es la democracia. En lo que respecta a la idea general de la democracia, observamos que 73 % de las personas encuestadas dijeron saber o haber escuchado sobre ella (Gráfico 2). “Esto implica que una cuarta parte de la ciudadanía desconoce de entrada qué es la democracia o no ha oído hablar de ella, lo cual es un dato que debiera alertarnos sobre un grupo importante de la población que pareciera mantenerse completamente alienado del sistema político”.5
Luego de analizar los datos anteriores y otros diversos provenientes de la misma ENCUCI 2020, los autores del Informe país 2020 concluyen que en México existe una ciudadanía en formación que sufre un desencanto ante la idea de democracia, pero que más adelante vuelve a creer en ella, que apoya proyectos democráticos o que simplemente se desilusiona y se aleja de la participación y que está envuelta en contradicciones y dilemas que se plantean de forma precisa en la tesis siguiente: “la democracia es compatible con la desigualdad, la irracionalidad, la injusticia, la aplicación particularista de las leyes, la mentira, la ofuscación, un estilo policial tecnocrático e incluso una dosis considerable de violencia arbitraria. La vida cotidiana de la política democrática no es un espectáculo que inspire admiración […] No es ninguna sorpresa, por lo tanto, que después de seguir la liberación, la transición y la consolidación, hayamos descubierto que todavía hay algo que mejorar: la democracia”.6
Aunque interesantes, estos datos acopiados por la ENCUCI 2020 y referidos en el Informe país 2020 no dan cabal respuesta a la preocupación sobre qué es exactamente lo que entiende la ciudadanía mexicana por el concepto de democracia. Hemos de explorar otras fuentes para poder desentrañar este cuestionamiento, central para comprender los motivos de la (in)satisfacción ciudadana con la democracia mexicana. Su detección y recuperación será tarea para adelante. EP