
Desde hace más de treinta años, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez acompaña a víctimas, comunidades y defensores en la lucha contra la impunidad y por la transformación estructural de México.
Desde hace más de treinta años, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez acompaña a víctimas, comunidades y defensores en la lucha contra la impunidad y por la transformación estructural de México.
Texto de Este País 23/10/25

Desde hace más de treinta años, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez acompaña a víctimas, comunidades y defensores en la lucha contra la impunidad y por la transformación estructural de México.
Fundado en 1992, el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro PRODH) surgió en un momento crítico de la historia reciente de México, marcado por graves violaciones a los derechos humanos derivadas de la violencia estatal y social. Su creación respondió a la necesidad de brindar asesoría legal, acompañamiento y defensa a víctimas de abusos por parte del Estado mexicano, así como de promover una cultura de respeto a los derechos fundamentales. Desde entonces, el Centro PRODH se ha consolidado como una de las organizaciones más relevantes en la defensa de los derechos humanos en México, con un enfoque orientado a la justicia social y a la transformación estructural del país.
Para lograrlo, el Centro ha trabajado de manera constante con organismos nacionales e internacionales, ofreciendo acompañamiento jurídico a víctimas de desaparición forzada, tortura, ejecuciones extrajudiciales, discriminación y otras violaciones graves a sus derechos. También ha desarrollado investigaciones y documentado patrones de violaciones sistemáticas, con el propósito de promover la rendición de cuentas del Estado. A la par, ha impulsado reformas legales y políticas públicas, y ha participado en la formación de defensores comunitarios y funcionarios públicos, combinando así la atención directa con una estrategia de incidencia estructural.
El Centro PRODH ha participado en algunos de los casos más emblemáticos de la historia contemporánea mexicana, logrando sentencias históricas y avances legislativos que han visibilizado problemáticas como la desaparición forzada y la tortura. Entre ellos destacan los casos Ayotzinapa, donde ha acompañado jurídica y políticamente a las familias de los 43 normalistas desaparecidos, enfrentando la “verdad histórica” impuesta por el Estado; San Salvador Atenco, en el que litigó las violaciones a derechos humanos ocurridas durante el operativo policial de 2006, logrando una sentencia condenatoria de la Corte Interamericana de Derechos Humanos; y Tlatlaya, donde documentó la ejecución extrajudicial de civiles a manos del Ejército en 2014 y denunció la manipulación de la escena del crimen, desmantelando la versión oficial de un “enfrentamiento”.
Estos casos evidencian el papel fundamental del Centro PRODH en la exigencia de justicia frente a crímenes de Estado y en el fortalecimiento de la cultura de derechos humanos en México. Su trabajo, reconocido nacional e internacionalmente por su rigor y compromiso, combina la defensa legal especializada, la investigación sólida y el trabajo comunitario. Gracias a la articulación entre víctimas, sociedad civil y organismos internacionales, el Centro ha logrado atender casos individuales, incidir en políticas públicas y promover normas que prevengan futuras violaciones. Su labor ha contribuido a generar cambios duraderos en la realidad política y social del país, reafirmando su papel como una de las voces más firmes en la defensa de la dignidad y los derechos humanos. EP