MC Hammer le rapeó al presidente: U can’t touch this

Boca de lobo es el blog de Aníbal Santiago y forma parte de los Blogs EP.

Texto de 04/08/21

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El expresidente Vicente Fox (a través de su community manager costeado, a no dudarlo, con los remanentes de lo que le pagamos en su sexenio) lanzó un chiste irritante para burlarse de la Consulta Popular impulsada por López Obrador para que la sociedad opinara si hay que llevar a sus predecesores ante la justicia o mejor no.

En un breve video, las fotos del propio Fox, Enrique Peña y Felipe Calderón se manipularon digitalmente para que en Twitter cantaran, felices, el éxito de MC Hammer que millones bailamos en 1992 durante el apogeo de Carlos Salinas de Gortari (a quien no se animó a incluir en el chistorete). Curioso, jamás faltaría la música de ese rapero si hiciéramos un soundtrack del salinismo, justo el periodo en que el Estado se vendió (o se regaló) al poder privado hasta quedar en huesos y los políticos se desataron en una voracidad corrupta y antropófaga que sigue deglutiendo mexicanos. MC Hammer suena un poquito a la desgracia noventera que aún hoy acarreamos.

Quizá Fox no se dio cuenta de esa intersección de música y catástrofe nacional, pero sí se dio cuenta del título de esa canción de la que tomó 12 segundos, justo en una estrofa clave que le da título y que oímos claramente: U can’t touch this (esto no lo puedes tocar). Y tiene razón, hasta ahora, ninguno de esos tres políticos (ni Zedillo ni Salinas), pese a su historial macabro, pese a sus gestiones desastrosas e incluso criminales, ha sufrido un jaque a su libertad y privilegios. Si acaso alguien en la calle le mienta la madre a Vicente, o a otro exmandatario jocosamente le grita “¡borracho!”. Eso es lo más terrible de sus penas.

Fox le aclaró a López Obrador: a nosotros tres no nos tocas. Y eso, qué doloroso, es una verdad grande como que el agua moja: nuestra justicia fabrica impunidad. Los delitos presidenciales no se investigan ni se descubren y menos se pagan. 

Indignadas, las redes sociales observaron ayer el video y multitudes lanzaron un grito. Fox era “cínico”, “descarado”, “prepotente”, reclamaron miles, entre ellos figuras como El Fisgón, Fabrizio Mejía o Monero Rapé. 

Sin embargo, no nos tendría que extrañar una migaja que Fox se divierta en su vejez lastimosa explicándonos que el manto de la impunidad los protege. Así son, están moldeados por el abuso y la inmoralidad, y lo disfrutan. 

Pero lo que no tiene discusión es que Fox, Calderón, Peña, Zedillo y Salinas volvieron a ganar. En el juego político de una consulta con la que López Obrador quiso exhibir a quienes lo antecedieron, terminó exhibido él. Puso a trabajar al Instituto Nacional Electoral, a la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y supongo que pretendió obtener el voto de al menos 37 millones de mexicanos (de ese modo el resultado de la consulta sería vinculante y el aparato de la justicia empezaría a moverse). Pero los cálculos de su estrategia fueron calamitosos: la pregunta a la que había que contestar sí o no tuvo medio centenar de palabras, y era más enredada y rebuscada que un parlamento de Cantinflas. De los 93.6 millones de electores participó el 7.74 %. Hasta La Jornada reprodujo fotos de las casillas desoladas, a las que acudió la quinta parte de votantes necesarios para llevar a tribunales a los expresidentes que dejaron un país en ruinas. Es decir, invitaste a tu fiesta, prometiste a todo mundo que estaría a todo dar, acudieron solo tres y para colmo el DJ solo puso esa rolita del californiano MC Hammer.

En la mañanera, para justificar un ejercicio que terminó siendo un boomerang, López Obrador acusó al Instituto Nacional Electoral, al que descarga su furia día tras día, de ser culpable del fracaso: “No tenían entusiasmo por esta consulta popular. Fingen ser demócratas”.

Aunque es un delirio que el INE conspira contra él, por un momento compartamos la fantasía y pongamos que es absolutamente cierto. Entonces, ¿dejas en las manos de tu peor enemigo una votación con la que te quieres legitimar? ¿Cedes al ente maléfico que desangra a la democracia la organización de una consulta que promueve las decisiones democráticas entre los ciudadanos? ¿Haces que la justicia aplicada a los poderosos del pasado dependa, precisamente, del INE maldito, de los que asumes como amigos de esos poderosos del pasado? Pues no. Preferible, antes de entregarle a los malhechores tu perla democrática, haz un esfuerzo y cabildea con el INE, explícale, convence, armoniza la relación institucional, sana las diferencias con un discurso respetuoso para que colabore contigo y no actúe como el rival a muerte que juras que es. De eso también se trata la política; no solo de dar zancadillas en un atril cada mañana.

El presidente no hace política sino la guerra y en su inocencia ha perdido una batalla importante. Y de paso se pone de pechito ante Fox, que como vocero de los otros expresidentes le advierte entre carcajadas: U can’t touch this. EP

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