El país del no exageremos

Boca de lobo es el blog de Aníbal Santiago y forma parte de los Blogs EP

Texto de 12/02/20

Boca de lobo es el blog de Aníbal Santiago y forma parte de los Blogs EP

Tiempo de lectura: 3 minutos

Por ilustrativo, nos ocuparemos de Miky New York, anónimo que en Twitter le dijo a Dana C, feminista que reclamaba que en México los hombres maten mujeres: “Weeey, hablas de feminicidas como si fuera una especie oséa es algo que ocurre con un detonante, en este caso este wey andaba tomado y discutieron”.

Nos acabábamos de enterar de la escalofriante muerte de Ingrid Escamilla y otra vez descubríamos que en este país bajo el fondo hay más fondo. La madrugada del 9 de febrero en la Ciudad de México —nada menos que en el “epicentro civilizatorio” del territorio— la joven de 25 años fue asesinada por Francisco, su pareja. La desolló y extrajo sus órganos.

Pero para un hombre con libertad de decir lo que le apetezca en las redes existió un “detonante”. Es decir, dos factores marcaron el destino de Ingrid: la ingesta de alcohol y un diferendo. Ergo, apuntó Miky, si Francisco no se echaba unas copas ni ella lo hubiera contradicho, la tragedia no habría ocurrido. Ni modo: una anécdota del hogar con mal final. No exageremos.

Dana respondió: “Formas fáciles de detectar cuando un wey es un potencial feminicida: cuando acepta que él mismo podría ser uno si anduviera tomado y discutiera con su pareja”.

Es decir, con el criterio de Mike (criterio masculino de multitudes) que los feminicidios en el país se dispararan 137% en el último lustro se pudo evitar sin alcohol ni contrariando al hombre. O lo que es lo mismo, a las miles de asesinadas les esperaba mejor suerte si no hubieran estado donde estaban o cómo vestían. ¿Culpables? Las mujeres que accionan “detonantes”.

Pero no, el motivo para que una mujer pierda la vida a manos de su pareja es tener al lado un hombre. Así de simple. Hombres se abrogan el derecho de matarlas, y su razón es que ellas son mujeres.

Si faltaba algo para agravar el dolor, para multiplicar la infamia de un asesino que dibujó el estado de un país, en medios públicos se exhibió el cadáver de Ingrid como ya sabemos: muestro a Ingrid como Francisco la vio por última vez, como escarnio para las mujeres impertinentes que activan detonantes. El diario La Prensa tituló “Descarnada” sobre su cuerpo y presentó la foto del asesino insinuando una sonrisa.  Y al periódico Pásala no le bastó exhibirla. Imprimió en primera plana el cadáver de Ingrid y tituló así: “La culpa la tuvo cupido”. No la tuvo Francisco, el feminicida. Tal cual: no la tuvo el feminicida sino Cupido: o sea, el amor. Cosas que pasan en el amor. Otra vez, no exageremos.

¿Cuánto drama falta para que la emergencia nacional detone, esta vez sí detone, acciones transformadoras en la educación y la justicia de esta nación machista y criminal? En México son asesinadas entre 10 y 11 mujeres al día. Al año hay 4.5 millones de niñ@s víctimas de violencia sexual. En 2019 fueron asesinadas 3825 mujeres. Somos el país número 1 en trata de menores. De 2018 a 2019 subieron 6 % los feminicidios. Y en el suelo que pisamos surgen al año mil webs de pornografía infantil.

Ese es el México que gobierna nuestro presidente, quien en los mismos minutos en que Francisco aún descuartizaba a Ingrid le dijo al país: “se ha manipulado mucho sobre este asunto —los feminicidios— (…) Los medios que no nos ven con buenos ojos aprovechan cualquier circunstancia para generar campañas de difamación, así de claro, de distorsión, información falsa. (…) Hay un buen humor social -dijo sonriendo. Sí, sonrió mientras en GAM un hombre descuartizaba a su pareja- (…) están encorajados los grupos de poder que se sentían los dueños de México (…) todas estas son deformaciones de la realidad (…) no debemos hacerle el caldo gordo a quienes se sentían dueños de México”.

Lo dijo el presidente: el asesinato de Ingrid y miles más es cualquier circunstancia. El asesinato de Ingrid y miles más es manipulación de los medios contra la figura del presidente. El asesinato de Ingrid y miles más es difamación, distorsión. México está de buen humor por su presidente. El asesinato de Ingrid y miles más es una deformación de la realidad, invento de los encorajados para dañar al presidente.

Macabro: lo dice un desconocido como Miky, pero también el presidente: no exageremos. EP

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