Dedicatorias

La moronga es el blog de La Murci y forma parte de los Blogs EP

Texto de 31/01/20

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Tiempo de lectura: 3 minutos

Ay amigas, el otro día pesqué en la tele una película malísima que me conmovió hasta las lágrimas (he andado así, volando bajo); salió en 2008, el mismo año de la crisis, y se titula –en nuestra lengua– Definitivamente, tal vez. Si ya la vieron, lo lamento. Si no, ahórrensela, pero ténganme paciencia, porque sí hay algo que viene al caso. La cuestión es que parte de la trama implica a una coleccionista de libros. Pero su coleccionismo es uno muy específico: sólo compra copias de Jane Eyre de Charlotte Brontë. ¿Por qué? Porque tiene ahí un traumita (se le murió el papá, y lo último que le regaló fue la novela, con una dedicatoria muy bonita) y desde entonces se la ha pasado, como alma en pena, buscando el libro. Obviamente en la película encuentran el mentado libro, o sea, el que le regaló el papá, y debo decir que el libro es mejor que la película. La edición específica –investigué– es de 1943, publicada por Random House, y tiene la gracia de ostentar unos bonitos grabados de Fritz Eichenberg (quien también ilustró libros de Dostoievski, Tolstoi, Swift y Poe; murió en 1990, el mismo año en que inició la década en la que se desarrolla la peliculita esta, que se salvó de ver).

            Debo confesar que me entusiasmo cuando aparecen librerías de viejo en las películas. Generalmente atinan a capturar el aura romántica y darketona que aún me ayuda a salir de mi sarcófago por las madrugadas. Hay una peli reciente de Tarantino donde aparece una, que a su vez es una cita de la que sale en The Big Sleep (1946). No sé por qué me estoy acordando de estas cosas, ¡parezco emo! Pero hablando de citas, la dedicatoria ficticia de Definitivamente, tal vez, que el papá ficticio, y muerto, pone en el libro regalado, dice: “El corazón humano tiene tesoros ocultos, mantenidos en secreto, sellados en silencio; los pensamientos, las esperanzas, los sueños, los placeres, que si se revelaran, sus encantos romperían”.

            Cosa que me recuerda cómo opera el alma de los coleccionistas, pero también otro libro donde también se comenta, pero ya desde la literatura, Jane Eyre; y es Gótico carpintero, de William Gaddis, ese viejillo insoportable. Pero es muy raro porque lo que uno lee en Gótico carpintero que proviene de Jane Eyre en realidad son citas de diálogos de una adaptación al cine –una de muchas– que se hizo de la novela de Brontë. ¡Y esa apareció en 1943! ¡El mismo año en que se publicó la edición de Random House! En español le pusieron Tuyo es mi destino, y sale Orson Welles como Edward Rochester (en Gótico carpintero, así, lo que leemos es lo que dice Welles en una televisión, rellenando y entorpeciendo las habitaciones de la vieja casona titular de ese novelón de Gaddis).

            Vuelo bajo pero a esta altura me encuentro con curiosas marañas de referencias y constelaciones, las que me detonan los libros. Qué situación tan vaciada, ¿no? Ociosa, me puse a buscar –donde los coleccionistas sabemos hacer– y todavía puede encontrarse la edición de Jane Eyre de 1943; a veces en un paquete doble, con una versión de Cumbres borrascosas que también lleva grabados de Eichenberg. Y no tan caro, debo decir (más gastos de envío, salen entre 600 y 700 pesos). Pero qué peligroso es padecer tabardillo y tener la tarjeta de crédito a la mano (yo uso Banca Tesangraré, ¿ustedes?).

            Cada tanto llegan a mi cueva libros con dedicatorias: de noviazgos infructuosos, de padres amorosos, pero también de escritores oportunistas (¿han notado eso? Les meten dedicatorias con la ilusión de que uno no se va a deshacer del libro). A veces no llegan las dedicatorias pero sí las huellas de una página arrancada: a varios les gana la pena. Alguna vez conocí a un hombre desapegado que arrancaba las dedicatorias de los libros que le regalaban (era un profesional) y las guardaba en un sobre que arrumbaba en un cajón. Los libros, los vendía. Como ven hay una tarea aún por hacerse, la taxonomía del coleccionista que sólo está interesado en las dedicatorias y sus distintos tipos. Pero, ¿quién la va a hacer? Yo no, si en estos días a duras penas veo comedias románticas para ver si salen librerías. ¿Ya vieron Notting Hill? EP

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