Chihuahua: La nueva frontera del vino en México

En los últimos años, el vino mexicano está cada vez más presente en las mesas, gracias al crecimiento de las regiones y los productores. En este texto, Sergio González nos presenta el prometedor panorama vitivinícola en Chihuahua y nos guía por sus vinos.

Texto de 09/07/21

En los últimos años, el vino mexicano está cada vez más presente en las mesas, gracias al crecimiento de las regiones y los productores. En este texto, Sergio González nos presenta el prometedor panorama vitivinícola en Chihuahua y nos guía por sus vinos.

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¿Sabías que Chihuahua será el estado que dará a la industria del vino mexicano más de la mitad de las hectáreas con las que hoy cuenta? El Sistema Producto Vid Chihuahua A.C. proyecta alcanzar esta meta, posicionándose como el segundo lugar nacional en producción de uva para vino, en un periodo máximo de siete años. Este objetivo ya se vislumbra con su actual cuarto lugar en producción nacional. Más del 60% de la extensión territorial del estado es apta para el cultivo de vid. Para ponerlo en perspectiva: Chihuahua cuenta con una superficie de 24.7 millones de hectáreas, prácticamente el 50% de la totalidad de España, el país con mayor extensión de viñedos en el mundo.

Estos datos tienen los reflectores del vino en Chihuahua, dado que su calidad y potencial de producción atrae las miradas de aficionados y profesionales del vino por igual. Nada es más excitante para los amantes del vino que probar una nueva región, una variedad de uva poco habitual o descubrir una nueva etiqueta. Y es que resulta imposible encontrar otra bebida en el mundo con más diversidad de marcas, orígenes, viñedos, variedades, etiquetas e incluso añadas, que nuestro gran amigo, el vino.

Recientemente logramos revertir la tendencia como consumidores de vino en México: de preferir vinos españoles, chilenos y argentinos, a los producidos en nuestro amado terruño, la vasta República mexicana. De tal suerte que para el consumidor que valora la calidad de la vitivinicultura mexicana, resulta apasionante conocer que en nuestro país existe una nueva frontera del vino: ¡Chihuahua, el estado grande!

“Nada es más excitante para los amantes del vino que probar una nueva región, una variedad de uva poco habitual o descubrir una nueva etiqueta”.

Por nueva me refiero a su actual resurgimiento, porque si nos remontamos a su auténtico origen, encontraremos registros que atestiguan su calidad, tan antiguos como el reporte de José Agustín Escudero en Noticias Estadísticas del Estado de Chihuahua publicado en 1834, donde se lee en el rubro de agricultura: Apenas podrá hallarse en la república un país en mayor aptitud de sacar muchas riquezas de las viñas que el estado de Chihuahua. En la villa del Paso, a 110 leguas al Norte, se cultivan las parras del fruto más variado y exquisito, y más de 8,000 almas sacan su mantenimiento de la fábrica de licores: ellos son de una calidad compatible con la de los mejores que vienen de los países extranjeros. La margen del famoso río del Norte, se halla poblada de viñedos en la extensión de 7 leguas […] Cuando los paseños dejan añejar sus licores, ningún otro que los tome puede creerlos fabricados en dicho país. En la Villa de Aldama, Allende y otros muchos lugares hay viñedos de consideración; pero ¡qué pocas ventajas dan! La industria no ha comenzado ni a nacer cuando ha sido ahogada en su embrión. Últimamente no tiene más razón España para enriquecerse con los vinos de Andalucía, Cataluña, Málaga, etc., que México con los licores y frutos de Coahuila, Texas y Chihuahua.

Durante el trazado y apertura del Camino Real de Tierra Adentro, una vez que los conquistadores españoles alcanzaron la actual Zacatecas, emprendieron diversas expediciones hacia el norte de nuestro país. La primera fue hacia el antiguo reino de la Nueva Vizcaya, siguiendo los importantes yacimientos de oro que posicionarían a Chihuahua como la capital de las provincias interiores. 

La presencia de vides nativas de vitis riparia mostró a los conquistadores la vocación de la región para este cultivo. Esto fue aprovechado por Álvar Núñez Cabeza de Vaca, quien plantó las primeras vides europeas de vitis vinífera para sustento de las misiones jesuitas.

La más importante y principal productora de vino de la región fue la Misión de Nuestra Señora de Guadalupe de los Indios Mansos del Paso del Norte, ubicada a espaldas de la actual catedral de Ciudad Juárez. Para 1830, la zona contaba con la mayor concentración de misiones del territorio nacional, por lo que las vides de la variedad Misión figuraron como el tercer cultivo más importante de la región. Sin embargo, los disturbios de la época terminarían con el desarrollo vitícola en el estado para dar paso a un nuevo cultivo altamente atractivo en su tiempo, el algodón.

En 1935, Chihuahua vivió un nuevo despertar en la producción de uva, esta vez destinada a la elaboración de Brandy, que nuevamente encontraría un prematuro fin debido a la prohibición en Estados Unidos, cuyos consumidores prefirieron destilados como el sotol y el whiskey.

El desarrollo vitivinícola se estableció de forma definitiva en el estado a causa de la fundación del distrito de riego V en la ciudad de Delicias en 1959, logrando detonar la producción de nogaleras de nuez pecanera y algunos viñedos. Este hecho trajo consigo un boom vitivinícola que llevaría a algunas familias italianas asentadas en la capital del estado como los Guglielmina, así como aficionados locales al vino como la familia Falomir Vallina, a sentar las bases de la viticultura chihuahuense.

Gastone Guglielmina fungió como pionero y mentor al inculcar el quehacer vitivinícola en sus principales aprendices: el Ing. Gilberto Pinoncely Nitschmann y Don Eloy Vallina, actuales propietarios de Bodegas Pinesque y Vinos Encinillas; sin duda, los mejores exponentes de la vitivinicultura chihuahuense actual.

“En Chihuahua, se emprende una aventura sin precedentes en la viticultura mexicana: la plantación de 14 viñedos experimentales a lo largo del estado”.

Con asesoría de organismos especializados como la Universidad de California en Davis, la Fundación Chile y las universidades locales, se emprende una aventura sin precedentes en la viticultura mexicana: la plantación de 14 viñedos experimentales a lo largo del estado. Esto después de que dichos estudios arrojaran que más de la mitad de su territorio es apta para este cultivo. 

Si a esto aunamos la diversa climatología que en sus cifras récord puede descender a -30°C y subir hasta los 50°C, la diversidad de suelos y altitudes que van de los 800 a los 2200 metros sobre el nivel del mar, encontramos una perfecta adaptabilidad de las cepas sugeridas por los estudios como las más adecuadas para los viñedos experimentales: Cabernet Sauvignon, Syrah, Tempranillo, Malbec, Chardonnay, Malvasía Bianca y Gewürztraminer.

La parte este de Chihuahua, colindante con Coahuila, se caracteriza por altas temperaturas y la menor altitud del estado, tornándola apta para la elaboración de vinos con un alto volumen de alcohol, gran madurez en su fruta y potencia en boca.

Conforme nos internamos en su zona montañosa en la región oeste, cerca de las Barrancas del Cobre, encontramos altitudes que superan los 2200 m.s.n.m. y temperaturas congelantes que favorecen la expresión de variedades adaptadas a climas fríos como Riesling y Gewürztraminer, dos cepas emblemáticas de Alemania.

En dirección norte, al acercarnos a la frontera con Estados Unidos, imperan los suelos arcillo-arenosos y temperaturas agresivamente calientes que dan pie a regiones semidesérticas y desérticas como la zona de dunas Médanos de Samalayuca, un potencial paraíso para la elaboración de vinos fortificados. Mientras que en torno a la ciudad de Madera, dada su proximidad a la Sierra Madre Occidental, prevalecen suelos de origen granítico y un registro consistente de las temperaturas mínimas récord del país, condiciones que favorecen una buena acidez en el vino. 

Hacia el centro del estado, en torno a su capital, se cuenta con microclimas especiales para el desarrollo de variedades tintas de gran refinamiento como Cabernet Sauvignon y Tempranillo, con gran carácter y estupenda acidez, que convierte sus vinos en los ejemplos más gastronómicos del país. A su vez, las variedades frutales como Syrah y Malbec complementan algunas de las etiquetas más codiciadas de Chihuahua debido a su elegante balance, madurez y complejidad. Por su parte, los viñedos próximos a Cuauhtémoc y Bachíniva entregan ya algunos espectaculares ejemplos de Chardonnay y Pinot Noir, dos cepas que aguardan un futuro brillante en el estado.

Chihuahua es uno de los estados de producción agrícolas más importantes del país: líder nacional en producción de manzana, membrillo, nuez, avena, chile verde y algodón. El amplio conocimiento del campo y su cuidado, aunado a la tenacidad y poderío económico de sus agricultores, augura un exitoso futuro para la vid en Chihuahua.

“Chihuahua representa la alternativa más novedosa y excitante de la enología nacional, con una calidad que supera por mucho su volumen de producción”.

Dichos esfuerzos son ya palpables con 10 bodegas comercialmente activas, 37 viñedos en producción, 360.8 hectáreas plantadas y 13 medallas en la última edición del prestigioso concurso Mexico Selection by Concours Mondial de Bruxelles. Estas preseas posicionan a Chihuahua como un firme contendiente para producir los mejores vinos del país. Hecho que se confirma con algunos de los principales productores a nivel nacional, que vislumbran ya el brillante futuro del estado adquiriendo grandes extensiones de viñedo e incorporando uva chihuahuense a sus vinos.

Chihuahua representa la alternativa más novedosa y excitante de la enología nacional, con una calidad que supera por mucho su volumen de producción. Conoce su gastronomía y acompáñala con sus grandes vinos. 

Inicia con la frescura de Triada, un vino blanco elaborado con uvas Ugni Blanc, que te adentrará en la expresión de su terroir. Continúa con 5 de Pinesque y Gastone e María, de Bodegas Pinesque, dos elegantes ensambles que incorporan Cabernet Sauvignon y Syrah añejados en barricas de roble francés y enaltecen su sentido de origen con una minuciosa selección de los mejores viñedos del centro del estado. Después, prueba Pegaso y Hacienda de Encinillas, ambos de Viñedos Encinillas, de probada calidad e inspirados en los tempranillos españoles y ensambles bordeleses. Con Alma de Serpiente, el ensamble de Syrah, Cabernet Franc, Merlot y Malbec de Casa Establo, podrás percibir en cada sorbo un noble esfuerzo sustentable, vitivinicultura de baja intervención que incorpora a las labores del cuidado del viñedo a mujeres de la etnia Tarahumara y su amor por la tierra. 

Termina con Pecus, un soberbio vino que dejará de manifiesto lo aquí leído; está respaldado por la medalla de Oro otorgada en República Checa por el Concours Mondial de Bruxelles y los 91 puntos otorgados por la Guía Peñín del crítico español. Elaborado a partir de uva Tempranillo de los Valles de Santa Clara en Cuauhtémoc y San Andrés en Riva Palacio, con 24 meses en barrica y 24 meses de afinamiento en botella, representa un desafiante guiño a los vinos españoles que abarrotaron los anaqueles del país y que hoy, gracias a la preferencia del consumo local, comienzan de a poco a ceder su espacio… ¡Arriba Chihuahua! EP

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